El 8 de septiembre está previsto que el Banco Central Europeo (BCE) suba los tipos de interés entre 0,5 y 0,75 puntos, como ha adelantado, entre otros, la Agencia EFE. Este movimiento se haría para contener la inflación, que en agosto llegó al 9,1% en la zona euro, la mayor de la historia.
Los tipos de interés son, según el propio BCE, lo que alguien tiene que pagar cuando un banco le concede un préstamo. Es decir, el ‘precio’ del préstamo. Si, por ejemplo, alguien pide un préstamo de 10.000 euros con un tipo de interés anual del 3%, tendrá que pagar el 3% de estos 10.000 euros (es decir, 300 euros) al año además de esos 10.000 euros. Los tipos de interés de los bancos evolucionan de forma parecida a la que lo hacen los del BCE, ya que el Banco Central sube el dinero que los bancos le tienen que pagar cuando les concede préstamos y los bancos repercuten esta subida en los préstamos que ellos conceden a consumidores y empresas para no perder dinero.
También funciona a la inversa: si depositamos nuestros ahorros en un banco, el tipo de interés es el porcentaje de nuestro dinero que nos pagará el banco al año. Es decir, si alguien deposita 1.000 euros en una cuenta de ahorro a un tipo anual del 2%, cada año el banco le pagará 20 euros de intereses.
Cómo influyen los tipos de interés en la inflación
El Banco Central Europeo explica que al subir los tipos de interés se consigue que el crédito (es decir, lo que pagamos a los bancos por los créditos) sea más caro, lo que enfría la economía (menos gente pide créditos y, por lo tanto, gasta menos). Esto, según explica Antoni Cunyat, profesor de análisis económico de la Universitat de València “es una medida que hace que baje el Índice de Precios de Consumo (IPC) y, por lo tanto, disminuye la inflación”.
Eso sí, el BCE reconoce que “las subidas de los tipos de interés no resolverán, por sí solas, todos estos problemas” y advierte que “unos tipos de interés más elevados no servirán para reducir el precio de las importaciones de energía, para llenar estanterías vacías en los supermercados ni para suministrar semiconductores a los fabricantes de automóviles”.