MENÚ
El precio mayorista de la electricidad está bajando en España desde que se aplicó la excepción ibérica, lo que ha reducido uno de los componentes de la factura de la luz para los consumidores afectados. Sin embargo, la inflación interanual (es decir, el aumento generalizado de precios con respecto al año pasado) en España se ha situado en julio de 2022 en un 10,8%, la cifra más alta desde septiembre de 1984 y mayor que en otros países europeos. ¿A qué se debe esto?
En primer lugar hay que tener en cuenta que el IPC mide la variación en los precios (no los precios en sí). Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), organismo que calcula el Índice de Precios de Consumo (IPC, el indicador que usamos para calcular la inflación en España), y los expertos consultados por Maldita.es, que una bajada en el precio de la luz coincida con un IPC mayor que otros países se debe a varias razones.
Una de ellas es que, para reflejar la variación en el precio de la electricidad, el INE sólo utiliza el precio de venta al pequeño consumidor (PVPC) o tarifa regulada, que ha aumentado más con respecto al año pasado que los precios del mercado libre. Y además hay que tener en cuenta otros factores como los alimentos, la gasolina, los automóviles y la energía.
El INE ha explicado que para calcular el precio de la luz solo utiliza el PVPC
La inflación, como ya hemos explicado en Maldita.es, es el aumento general de los precios, lo que según el Banco Central Europeo (BCE) “da como resultado que por cada euro puedan adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer”. En España se calcula a partir del IPC, que compara el precio de distintos productos mes a mes y año a año.
El último dato del IPC disponible es el de julio, por tanto, podemos decir que la inflación con respecto a julio de 2021 es del 10,8%. Es decir: una compra que en julio de 2021 habría costado 100 euros ahora costaría 110,8. Este dato de inflación es el máximo desde septiembre de 1984, aunque el precio de la luz ha bajado en los últimos meses.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha explicado a Maldita.es que sólo tiene en cuenta la electricidad del mercado regulado, pero indica que “reducir el análisis de la inflación a este componente de la cesta puede llevar a una conclusión simplista de la situación, ya que si se analizan las tasas de variación de todos los componentes del IPC puede observarse que la mayoría de ellos está repercutiendo en su evolución general”. Es decir, que existen otros factores aparte de la electricidad que influyen en el IPC, como el precio de los combustibles, de la vivienda o de los alimentos.
De hecho, el INE también ha destacado que “si se analiza la tasa de variación anual del IPC general sin los alimentos frescos y sin la energía (es decir, si se analiza la inflación subyacente, que elimina los componentes más volátiles) se aprecia cómo esta ha aumentado desde comienzos de año desde el 2,4% en enero hasta el 6,1% en el mes de julio”.
Mónica Melle, economista de Economistas Frente a la Crisis, ha explicado a Maldita.es que “es verdad” que esa metodología de cálculo del IPC ha afectado a las cifras. Aunque ha apuntado a otros factores como la influencia de los precios de la energía en otros sectores, como el sector servicios, el efecto de “segunda ronda”. Es decir, si sube la luz también sube el coste de, por ejemplo, producir los alimentos, por lo que también sube su precio al consumidor final.
La economía española, y también el IPC, dependen más de la energía que otros países
Por su parte, Javier Díaz Giménez, profesor de Economía en la escuela de negocios IESE, explica que “cuando la razón principal detrás de la subida del IPC es una distorsión en los mercados de los carburantes, de los combustibles y de la energía, la inflación española sube más que la de otros países” porque nuestro sistema “es más intensivo en energía que otros países”.
Además, Díaz Giménez remarca que “cada país calcula su IPC con una cesta de consumo distinta”. Es decir, que no se calcula de una misma forma en todos los países. ”Las ponderaciones, el peso de cada grupo de productos del IPC, son distintas, por ejemplo, entre Alemania y España. Una parte de las diferencias se debe a lo que cambian los precios, pero otra a las ponderaciones. Lo que más ha subido es la energía y la comida, y ahora miras el IPC español y tiene más ponderación de comida y de energía que el alemán”.
