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Coincidiendo con la desescalada en las medidas de prevención de COVID-19 que arrancan esta semana en España y que te explicamos aquí, la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMISYUC) ha preparado un documento de consejos, medidas y recomendaciones específicas para los servicios de Medicina Intensiva en los que se contempla un posible repunte de la enfermedad en las semanas venideras.
En resumen, los intensivistas piden que no se baje la guardia. Ya se dan las condiciones para la desescalada, explican, aunque la situación sea desigual en las diferentes comunidades y, por lo tanto, se tiene que ir midiendo caso por caso. “Hay hospitales cuyas UCI se mantienen por encima del 150% de su capacidad a fecha de hoy”, sostienen.
Alerta ante el repunte de las enfermedades no relacionadas con la COVID-19
Los especialistas recuerdan que lo importante es que se siga haciendo el seguimiento de nuevos casos, teniendo en cuenta que, superada la fase de emergencia, muchas de las patologías no relacionadas con la COVID-19 cuya incidencia en estos meses había bajado, sufrirán un repunte a medidas que se liberan camas.
Por eso piden que “los recursos de otras especialidades que se han estado utilizando durante las primeras semanas de la pandemia deberían volver a sus funciones habituales cuanto antes, siempre y cuando la carga de pacientes lo permita”. Sin embargo, añaden que en todo caso se preparen protocolos para asegurar la duplicación de las camas UCI en caso de repunte. Es decir: que haya espacios preparados para enfermos de COVID-19, sin bloquear el resto de actividades propias de intensivos.
Evaluar el material y estabilizar los cuadros de personal
Muchos hospitales en estos meses, en situación de emergencia, han predispuesto espacios y estructuras para tratar los enfermos afectados por la pandemia. Ahora que hemos salido de la emergencia, la SEMISYUC cree que se tiene que hacer una evaluación de estas estructuras, del nuevo material que haya llegado en estas semanas y que, si es preciso, se sustituya el material obsoleto o se hagan las adaptaciones de las estructuras existentes a estándares de mejor calidad, como la adaptación de todos los boxes a presión negativa.
¿Qué quiere decir presión negativa? Una habitación hospitalaria con una presión atmosférica menor con respeto a los ambientes adyacentes, de forma que se evita la dispersión del aire contaminado del paciente que tenderá a mantenerse al interno de la habitación. Es especialmente útil para los patógenos más peligrosos que se transmiten por vía aérea.
Otra recomendación clave es que no se pierdan los profesionales de la UCI que se hayan ido incorporando en estas semanas: intensivitas, enfermeros y otro personal. Según la SEMISYUC, el estrés acumulado necesitará descanso adecuado que solo se podrá garantizar si se puede mantener la rotación adecuada de la plantilla. “Estabilizar los cuadros de personal es una cuestión de primer orden”, dicen. Además, será clave garantizar la formación continua iniciada para la COVID-19.
Mantener la plantilla y preparar el doble del stock de proteción habitual
Los intensivistas abogan también por poner en marcha un sistema de reposicionamiento continuo del equipamiento de protección en cuanto se detecte la llegada de nuevos infectados.
De entrada, aconsejan tener preparado un stock de al menos el 200% del material con el que se cuenta normalmente; de cara al futuro, proponen “sistemas de monitorización” para detectar de forma temprana las señales de una nueva oleada, “que anticipen los escenarios a corto y medio plazo e indicadores dinámicos”.
Garantizar el contacto con los familiares de los pacientes y mantener los equipos multidisciplinares
Los especialistas subrayan también la importancia de garantizar el contacto de los pacientes con sus familiares, y piden que se permita “la comunicación directa por encima de la telemática”, solucionando los problemas estructurales que la impiden. Además abogan “por mantener de forma habitual como parte de la asistencia el uso de dispositivos electrónicos que permitan la comunicación con las familias y asegurar el contacto telefónico”.
Finalmente, hacen hincapié de la importancia del trabajo de compañeros de otras especialidades que se ha ido desarrollando en estos meses de emergencia: “Abogamos por mantener el trabajo en equipos multidisciplinares”. Y concluyen: “Estos equipos de trabajo se tienen que mantener latentes y en contacto continuo, de cara a la aparición de nuevas oleadas o rebrotes que pudieran surgir en las próximas fechas”.
