Si has ido en los últimos años a comprar electrodomésticos, quizá te hayas fijado en que la mayoría ya cuentan con pantallas e incluso con conexión a internet. El conjunto de dispositivos que incorporan esta conectividad se conoce como internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y abarcan desde televisores a aspiradoras. Hay un paso más: cuando estos aparatos incluyen inteligencia artificial (IA) reciben el nombre de inteligencia artificial de las cosas (AIoT, por sus siglas en inglés), el término que se emplea cuando nuestros dispositivos hacen uso de esta tecnología para mejorar sus funciones.
La AIoT tiene diferentes aplicaciones, como ahorrar energía en nuestro hogar si se emplea en enchufes o en electrodomésticos. Aunque puedan ser muy útiles, hay cosas que tenemos que tener en cuenta antes de usarlos, como la cantidad de datos que recogen y el riesgo de que estos dispositivos sirvan como puerta de entrada para los cibercriminales.
El AIoT se puede usar para ahorrar energía, evitar desperdicios o crear dispositivos de accesibilidad para personas con discapacidad
El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es un término que hace referencia a la capacidad que tienen algunos dispositivos que usamos en nuestro día a día para conectarse a la red. Nos hemos acostumbrado a que nuestra televisión esté conectada a internet o que nuestro coche se actualice, pero también es ya habitual que lo haga nuestro robot de cocina o nuestra aspiradora.
Cuando esta conectividad se junta con la IA, recibe el nombre de inteligencia artificial de las cosas (AIoT). Esto permite a los dispositivos conectarse a la red y además emplear la IA para mejorar sus capacidades y realizar más funciones. Mientras que un frigorífico inteligente es capaz de avisarnos de una avería o nos permite anotar la comida que tenemos dentro de la nevera y sincronizar la lista de la compra con nuestro móvil, un frigorífico que incluya inteligencia artificial puede servir para registrar automáticamente qué alimentos hemos introducido y sugerir qué recetas podemos hacer con ellos.
Además de evitar el desperdicio de alimentos, esta tecnología promete otras ventajas, como mejorar el consumo eléctrico. Por ejemplo, un termostato que incorpore IA puede detectar nuestros hábitos y activar un modo de ahorro de energía durante las noches o en los periodos en los que estemos fuera de casa, sin que lo tengamos que programar nosotros.
Según la Autoridad de Conservación y Eficiencia Energética (EECA, por sus siglas en inglés) de Nueva Zelanda, este tipo de sistemas, aplicados en ámbitos como la industria, pueden llegar a generar un ahorro energético de alrededor del 50% en la gestión de energía de un edificio o del 60% en sistemas de climatización. La diferencia frente a un sistema IoT, que sólo recogería la información y la pondría a disposición del usuario para que este tome una decisión, está en que al añadir la IA a la ecuación esas acciones se realizarían de manera automatizada, detalla la EECA.
Esta tecnología también se emplea en el ámbito sanitario. Los dispositivos integrados en la IAoT pueden ser útiles para un paciente con diabetes que necesite monitorear sus niveles de glucosa o para que un profesional o equipo sanitario controle el estado de salud de un paciente desde su casa, sin necesidad de que esté hospitalizado. También se puede emplear como una ayuda a las personas con discapacidad, por ejemplo con dispositivos para mejorar la comunicación de las personas sordomudas o interpretar la lengua de signos.
La conectividad de los dispositivos AIoT puede suponer una puerta de entrada para los cibercriminales a nuestro hogar
Para que estos dispositivos hagan todas estas funciones necesitan recoger muchos datos sobre nosotros y nuestro entorno a través de cámaras o sensores. Algunos electrodomésticos pueden llegar a recoger información sobre su uso alrededor de 300 veces al día. Esta información no se queda almacenada en el dispositivo ni se procesa dentro del mismo, sino que se envía a la nube: los servidores que utilizan las empresas para tratar estos datos y que cuentan con mucha más potencia para utilizar la inteligencia artificial.
Al igual que con los dispositivos IoT, esta conectividad puede suponer una puerta de entrada para que los cibercriminales entren en nuestro hogar. En el caso de los aparatos AIoT estos electrodomésticos almacenan mucha más información sobre nosotros, como nuestros horarios y nuestras rutinas, información que puede ser valiosa para los cibercriminales.
Estos ataques también pueden dirigirse contra las bases de datos que necesitan para funcionar, lo que podría dejarlos inservibles. Por ejemplo, si utilizamos un sistema de reconocimiento facial para entrar a un edificio y ese sistema es atacado, el sistema no reconocerá nuestro rostro y puede que no podamos pasar. Según un informe de la empresa de ciberseguridad SonicWall, en 2022 se registraron 112 millones de ataques a este tipo de dispositivos, el doble que en 2021, mientras que un análisis de la compañia Forescout de 2021 señala que al menos 100 millones de estos aparatos podrían estar expuestos a un ataque informático.
Consejos para que nuestros dispositivos estén más protegidos
Si contamos con un dispositivo AIoT y nos preocupa nuestra privacidad, ESET, Kaspersky y la compañía de telecomunicaciones Kajeet dan una serie de consejos para estar más protegidos.
Mantén tu dispositivo actualizado. Asegúrate de que tus aparatos cuentan con la última versión de software y están protegidos contra las últimas amenazas.
Cambia la contraseña y utiliza claves fuertes. Modifica la clave que viene por defecto y evita contraseñas fáciles de adivinar, como “admin” o “123456”.
Comprueba los ajustes de privacidad y revisa las políticas de privacidad. Reduce los datos que compartes con estos aparatos y averigua si el fabricante los gestiona correctamente.
Desactiva las funciones que no necesites. Aunque brindan muchas posibilidades, a veces estos aparatos incluyen funciones que no necesitamos, como una conexión Bluetooth, que puede servir de puerta de entrada para los cibercriminales.
Primera fecha de publicación de este artículo: 18/04/2024