¡Hola, malditas y malditos! Aquí seguimos el último martes del mes fieles a la cita con el consultorio tecnológico. Hoy responderemos a las preguntas que nos habéis mandado sobre la relación entre piratería y plataformas de streaming, la monetización de contenidos en TikTok y el uso de dispositivos de Apple por parte de los villanos de las películas.
Seguimos pendientes de que nos mandéis más preguntas que os ronden la cabeza sobre el mundo digital y la tecnología en general. ¿Cómo podéis hacerlo? Pues muy fácil, mandando un correo a [email protected], dejando un mensaje a nuestro Twitter, a Facebook o completando este formulario. ¡Ahora sí, arrancamos!
¿Cómo han afectado los servicios de streaming al auge de la piratería? ¿La gente descarga menos ahora al estar suscrita a varios servicios de este tipo?
En los años posteriores a la crisis económica de 2008, España era uno de los líderes mundiales en la descarga ilegal de contenidos, según denunciaron varios organismos internacionales relacionados con los derechos de autor, como el Caucus Antipiratería Internacional del Congreso de Estados Unidos, que aseguró que en 2011 sólo superaban en números a España cuatro países: Canadá, China, Rusia y Ucrania.
Según un estudio impulsado por la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos en 2009, la descarga de contenidos en España se cuantificaba en más de 5.100 millones de euros, “un 76% del mercado”.
“Música y películas alcanzaron un porcentaje pirateado del 95,6% y 83,7%, espectivamente, videojuegos del 52,3%, seguido de un relevante 19,7% en el libro, sector donde la piratería acaba de empezar”, afirmó la organización española en el estudio.
¿Cómo han cambiado las cosas en poco más de una década? A simple vista, es fácil reconocer que en nuestro entorno se han popularizado los servicios de streaming, plataformas que nos permiten consumir todo tipo de contenidos protegidos con derechos de autor a cambio de una suscripción: Spotify o Apple Music para música; Steam para videojuegos; Netflix, Filmin o HBO para películas y series, etc.
Según apuntan estudios más recientes, este auge del streaming ha reducido notablemente en apenas diez años el número de descargas ilegales. El último estudio de la Coalición de Creadores refleja que “la descarga de contenidos ilícitos registró una caída del 5% en 2019”. En el acumulado se observa que este descenso crece hasta el 17% si comparamos con las cifras de 2015.
El informe señala que el 66% de los encuestados que consumen música en formato digital lo hacen de forma legal, un dato casi idéntico (67%) al de usuarios que ven las películas y series pagando su suscripción y no descargándolas de forma irregular.
También apunta en esta dirección el informe de 2020 ‘Los ciudadanos europeos y la propiedad intelectual: percepción, conciencia y comportamiento’ elaborado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea. Según sus datos, un 10% de los encuestados españoles admiten “haber descargado contenido desde fuentes ilegales en internet”, lo que supone una caída de seis puntos respecto al mismo estudio de 2017.
Otra tabla del informe europeo pone datos al rápido aumento de los servicios de streaming. El 54% de los españoles afirma utilizar de manera habitual este tipo de plataformas. O dicho en otras palabras, un 30% más que en 2017, lo que sitúa al país en cuarta posición en el uso de estos servicios en la UE por detrás de Finlandia, Suecia y Dinamarca.
Una vez vistos los datos, preguntamos a nuestro maldito Rafael Galán Pérez, miembro de la Junta Directiva de la SGAE, sobre la relación entre el auge del streaming y la caída de descargas ilegales. A su juicio, si comparamos la situación actual con la de hace una década, “la gente descarga menos por la persecución legal y los cierres de las web de descargas”.
“Los servicios de streaming también han contribuido enormemente porque ahora son accesibles productos, como la música, en plataformas que ofrecen tarifas planas a precios asequibles”, afirma.
¿Y esta solución es la idónea para todas las partes? Pese a que ahora el consumo se realice por cauces legales, Pérez considera que la retribución que llega a los autores es, en la mayoría de los casos, “ridícula”. Además, critica que estas plataformas “se niegan a facilitar los datos” de visionados o escuchas de cada obra, algo que ayudaría a “negociar el pago de derechos” a los creadores.
Marelisa Blanco, abogada especializada en propiedad intelectual, señala a Maldita.es que los estudios recientes apuntan a “un estancamiento o un proceso a la baja” de las descargas ilegales de contenido, explicadas en buena medida por “los precios asequibles para el acceso a muchas obras” que ofrecen las plataformas de streaming.
“Sin embargo, con la situación desatada por la COVID-19 hubo un repunte. Tampoco es de extrañar, estamos en medio de las guerras del streaming, donde tienes que tener todas y cada unas de las plataformas si quieres ver las series exclusivas o del momento. Creo que las personas somos como somos y queremos hablar de lo que está de moda por ese famoso miedo a perdérselo (FOMO o fear of missing out en inglés) del mundo de las startups”, afirma.
La especialista también vincula este repunte de la piratería durante la pandemia, del que advierte el último informe de la Coalición de Creadores, al “aburrimiento” por la falta de alternativas de ocio y al empeoramiento de la situación económica de muchos hogares.
Desde el punto de vista legal, Blanco considera que en los últimos 20 años “se ha intentado, por muchos medios, atajar el problema que supone la piratería” con campañas de sensibilización o reformas legales “muy sonadas” como la denominada ‘ley Sinde’, orientada a perseguir judicialmente la descarga de contenido protegido con copyright en Internet.
“La ley ha intentado solventar en parte este problema, pero, como todo, tiene límites. La piratería es un asunto complejo que requiere acciones desde varios frentes y un análisis sosegado. Puede que la economía doméstica tenga mucho que ver, no sólo por el ejemplo comentado sobre el repunte en piratería debido al coronavirus, sino también con el alivio que supusieron las plataformas en streaming”, concluye.
¿Cómo ganan dinero los influencers de TikTok?
Los creadores de contenido con una presencia asentada en TikTok tienen dos vías para obtener ingresos en la plataforma: a través de un fondo creado por la red social para los usuarios con mayor actividad y, por otra parte, gracias a las colaboraciones y patrocinios que firman de manera individual con empresas y marcas de todo tipo.
El primero sería un sistema de monetización similar al que funciona en YouTube: si cumples unos requisitos mínimos de seguidores e impacto, la red social te paga en función del alcance de los contenidos que subas.
En este comunicado publicado por TikTok en marzo de este año se explica que el Fondo de Creadores está abierto a usuarios mayores de edad que cuenten con “al menos 100.000 visualizaciones en los últimos 30 días”. También es necesario tener más de 100.000 seguidores.
Si se cumplen estos requisitos, los usuarios pueden formar parte del Fondo de Creadores, que en su origen contó con una dotación de 60 millones de euros para autores europeos y que pretende “alcanzar un total de 225 millones de euros en los próximos tres años”, según la propia plataforma.
Desde TikTok confirman a Maldita.es que este sistema está en marcha para apoyar los “contenidos de mayor calidad”, pero que la principal fuente de ingresos para los usuarios más populares en la red siguen siendo los patrocinios con empresas.
Es el sistema que utilizan los influencers de Instagram: las empresas les pagan por mostrar de forma más o menos directa sus productos o marcas, aunque según la regulación siempre deben advertir que están promocionando un producto. En TikTok, por ejemplo, los creadores de contenido pueden unirse a un reto viral propuesto por una compañía, compartiendo sus hashtags y animando a su comunidad a que participen en eventos online.
Desde la red social no entran a detallar cuánto dinero reciben los creadores de contenido por sus visualizaciones.
Sergio Barrera, director ejecutivo de la agencia de representación de influencers Keeper, cuenta a Maldita.es que el Fondo de Creadores de TikTok “es una vía de ingresos muy, muy secundaria” para los clientes que trabajan en la plataforma.
“La aplicación no tiene una tarifa como tal y es muy difícil calcular cuánto vas a sacar al mes con el dinero que te da la empresa. Los creadores que pasan los requisitos cobran en función de las visitas que tienen sus vídeos pero el CPM (coste por cada mil impresiones) es muy bajo”, añade.
¿Es cierto que Apple no permite que en películas y series los “villanos” utilicen iPhone?
Aunque no es extraño ver marcas comerciales publicitándose en películas y series, esta vez nos preguntáis por el caso opuesto: si una empresa, en este caso Apple, no permite que las productoras usen sus dispositivos con los ‘malos’ de las películas.
El primero en comentar esta situación fue el cineasta estadounidense Rian Johnson, autor de películas como ‘Star Wars: El Último Jedi’, ‘Looper’ o ‘Puñales por la espalda’. Lo hizo en febrero de 2020 en un vídeo de Vanity Fair en el que analiza una escena de esta última película y la construcción del misterio en el cine y afirma lo siguiente:
“No sé si debería decir esto o no. No porque sea lascivo o algo así, sino porque me va a fastidiar en la próxima película de misterio que escriba. Pero olvídalo, lo diré, es muy interesante. Apple te permite usar iPhones en las películas pero, y esto es muy importante, si alguna vez ves una película de misterio, los malos no pueden tener iPhones delante de la cámara”.
En este artículo de Wired de 2002 también se vincula la naturaleza de los personajes de la serie ‘24’ a la marca de sus dispositivos: sólo los investigadores de la policía utilizaban productos de la marca, mientras que a los delincuentes se les veía con dispositivos de otras firmas. Una premisa que también se comprobaría en las comedias ‘Tienes un email’ y ‘Una rubia muy legal’, según apunta el artículo.
Hemos preguntado a Apple sobre ello y desde la multinacional prefieren no pronunciarse y se remiten a su ‘Guía para el uso de las marcas registradas de Apple’, destinada a todas aquellas empresas o particulares “que quieran utilizar las marcas comerciales, las marcas de servicio o las imágenes de Apple en materiales promocionales, publicitarios, instructivos o de consulta, o en sus sitios web, productos, etiquetas o embalajes”.
En el apartado ‘Representaciones de Apple’ se puede leer que, como norma general, todo aquel autor que quiera mostrar productos de la empresa tecnológica debe hacerlo “sólo de la mejor manera, en una forma o contexto que refleje favorablemente los productos de Apple”.
Esta guía, eso sí, sólo se aplicaría para aquellas empresas que no tengan un acuerdo específico con Apple para el uso de sus productos.
Desde el departamento de Producción de Mediapro Studio explican a Maldita.es que, en su caso, tienen “autorización de Apple para el uso de sus productos” en varias películas y series. “Nos han cedido producto sin preguntar el personaje al que se haya asignado el material”, afirman.
Pese a que no tienen unas limitaciones concretas con el personaje, la productora confirma que Apple les ha trasladado de manera informal, sin que figure en ningún contrato, su interés en que los móviles “no se tirasen en acción para evitar que se viesen rotos”.
¡Un minuto más!
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En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Rafael Galán Pérez, miembro de la Junta Directiva de la SGAE.
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