Twitter no ha desvelado demasiada información sobre sus algoritmos de recomendaciones más allá de que los tuits que vemos proceden de interacciones pasadas e intereses que infiere sobre nosotros. La red social nos da la opción de ordenar los tuits en orden cronológico o mostrando los “destacados” primero. Con esa opción, delegamos en los sistemas de la plataforma qué contenido veremos antes.
Si escogemos la opción de “Mostrar tuits destacados primero” (que podemos activar y desactivar pulsando en las estrellitas que aparecen en la esquina superior derecha de la plataforma), Twitter nos mostrará los contenidos que cree que van a ser más relevantes para nosotros. Por tanto, aparecerán publicaciones de gente con la que interactuamos más a menudo, por ejemplo que hayamos dado ‘me gusta’ o comentado, y también tuits de personas con muchos seguidores y muchos retuits.
Twitter nos clasifica según los "intereses" que detecta que podemos tener
Una manera de comprobar en qué categorías cree Twitter que estamos interesados como usuarios es accediendo al menú de “Configuración y privacidad” > “Privacidad y seguridad” > “Contenido que ves”. Una vez ahí verás que hay dos submenús: “Temas” e “Intereses”, y que si pinchas en ellos puedes llevarte una sorpresa.
En “Temas” nos vamos a encontrar con cientos de temáticas que Twitter nos sugiere que sigamos. Pueden estar basadas en las tendencias de cada día y si hacemos clic en ellas Twitter empezará a tener en cuenta que hemos seguido ese “Tema” a la hora de enseñarnos contenido relacionado con ellas. Cualquiera que vea tu perfil podrá ver también los “Temas” que sigues, a no ser que hagas tu cuenta privada.
Los “Intereses” no se marcan, sino que Twitter los va asociando a tu perfil según la actividad que tengas con él. Dentro de “Intereses” tenemos dos subcategorías: “Conocido por” e “Interesado en”.
La primera hace referencia a los temas por los que el resto de usuarios de Twitter puede conocer tu cuenta. Digamos que es como una descripción de lo que se habla en ella. Por ejemplo, para la cuenta de Maldita Tecnología, Twitter nos asocia a las categorías de “inteligencia artificial”, “ciberseguridad”, “Google”, “Instagram”, “noticias de tecnología”, “Twitch”, “redes sociales”, etc. ¿Por qué? Porque hablamos mucho de esos temas en la cuenta, así que cree que la define.
En el apartado de “Interesado en” vemos las categorías de temas en los que Twitter cree que estamos interesados. Ahí pueden aparecer cientos de temáticas diferentes que pueden coincidir con tus gustos y tus intereses o no. Sea o no sean acertadas, Twitter personaliza tu contenido en base a ellas. Es decir, que prioriza ciertos anuncios y ciertos tuits frente a otros si tienen que ver con los temas que aparecen en ese menú.
Desde el menú de “Intereses” y desde el de “Temas” se pueden marcar y desmarcar casillas a nuestro antojo, dependiendo de si preferimos que Twitter nos personalice el contenido que vemos en base a las etiquetas que aparecen o no.
También recoge información de la actividad que tenemos en otras páginas
Además de estas opciones, Twitter basa sus sugerencias en nuestra actividad en otras páginas y aplicaciones que no sean Twitter: en páginas de terceros. Si una tienda de ropa tiene activada una función para que cada vez que mires camisetas esa información se mande a Twitter, la red social puede empezar a mandarte anuncios de más ropa de esa tienda o de camisetas parecidas.
Este tipo de personalización se puede desactivar desde el menú de “Personalización y datos”, que enlazamos. Una vez ahí podemos desactivar todas las opciones de configuración de personalización que tiene Twitter: por ejemplo, que nuestros anuncios se personalicen según la identidad que ellos infieren que tenemos o que se manden acorde a los sitios que hemos visitado (porque hayamos dado permiso a Twitter para que recoja nuestra ubicación: desactívalo aquí).
Por último, te recordamos que la única manera de conocer al cien por cien cómo ordenan las plataformas el contenido que nos muestran es analizando el código de sus algoritmos. Es decir, viendo exactamente qué instrucciones le han dado los equipos de desarrolladores de las plataformas a los programas informáticos que colocan de manera automática el contenido, y esto es algo que las compañías propietarias de las redes sociales no han enseñado nunca.