Antes de empezar, tenemos que recalcar que ninguna red social es demasiado específica a la hora de explicar al dedillo cómo ordenan el contenido que nos muestran. En general, todas tienen en cuenta factores similares: a qué damos me gusta, qué tipo de publicaciones vemos o comentamos más, qué guardamos para ver más tarde, con quién interactuamos más y también otro tipo de datos como dónde residimos, en qué idioma hablamos o incluso qué modelo de móvil tenemos.
La única manera de conocer al cien por cien cómo ordenan las plataformas el contenido que nos muestran es analizando el código de sus algoritmos. Es decir, viendo exactamente qué instrucciones le han dado los equipos de desarrolladores de las plataformas a los programas informáticos que colocan de manera automática el contenido, y esto es algo que las compañías propietarias de las redes sociales no han enseñado nunca.
Instagram analiza miles de "señales" sobre nuestro perfil para hacernos recomendaciones
Hace poco Instagram publicó un post en su blog en el que detalla (más que antes, al menos) cómo se ordena nuestro tablón de publicaciones. En principio, lo que sale en él viene sólo de lo que cuelgan las personas a las que sigues. La única excepción son los anuncios publicitarios, que se colocan en función de tus intereses.
Instagram dice que analiza miles de “señales” sobre los contenidos para poder clasificarlos. Esas señales son cosas que a simple vista no se ven: no hablamos sólo de cuántos ‘me gusta’ puede llegar a tener un post, sino la hora y la ubicación (exacta o aproximada) de publicación el tiempo que la gente se detiene para verla, si se ha subido desde un móvil o un ordenador e incluso qué marca de dispositivo es.
Entre las “señales” más importantes están la popularidad que Instagram considera que tiene una publicación: si tiene miles de interacciones, si se ha subido en una localización que está de moda, si se publicó hace un día o un mes, etc. Las publicaciones dejaron de aparecer en orden cronológico hace varios años, pero aun así es una red social en la que se prioriza el contenido más reciente frente al de años atrás.
También analiza quién ha publicado el post. Es decir, si sigues a esa persona y si lo haces desde hace mucho tiempo o no, si interactúas con su perfil a menudo, si únicamente te ‘cruzas’ con sus publicaciones y ya está o si motu proprio te metes en su perfil a ver lo que tiene publicado en él. También cuántos seguidores tiene esa persona, a quién sigue, qué tipo de contenido publica, etc. Porque sí, Instagram usa tecnologías de reconocimiento de imágenes que pueden saber hasta cierto punto qué contiene una imagen.
Por supuesto, entre las “señales” más importantes también está nuestra propia actividad. Esta parte no sólo va de con qué tipo de contenidos interactuamos, sino también cuánto lo hacemos. Piensa que cuanto menos posts guardemos en nuestros ‘me gusta’ y menos sigamos a gente que publique contenido similar, más le va a costar a la plataforma saber qué nos interesa realmente.
Los algoritmos se usan para predecir qué cosa pueden gustarte y cuáles no (pero no siempre aciertan)
A partir de ahí, son todo predicciones. Para eso utilizan los llamados algoritmos: cogen todas esas “señales” y las combinan para calcular la probabilidad que hay de que al ver una publicación completamente nueva te vaya a gustar o no. Y, por tanto, vayas a querer guardarla, a darle a ‘me gusta’, a ver más del autor o la autora… O sea, a pasar más tiempo en la plataforma.
“En tu tablón, las cinco interacciones que miraremos con más detenimiento son: qué probabilidad hay de que pases unos cuantos segundos viendo un post, lo comentes, le des a ‘me gusta’, lo guardes y hagas clic en la foto de perfil. Cuantas más posibilidades, y dependiendo del peso que le demos a esa acción, más arriba verás el post en cuestión”, explica el director ejecutivo de Instagram, Adam Mosseri.
La cuestión es que sin poder ver y estudiar el código de esos algoritmos, nunca podremos saber qué “peso” le da Instagram a cada acción. También admite, en base a sus cálculos, que “la mayoría de tus seguidores no verán lo que compartes porque la mayoría miran menos de la mitad de su tablón”.
Tanto el feed como la función 'Explorar' funcionan en base a los intereses
Hasta aquí hemos hablado del tablón de publicaciones (llamado feed en inglés). Instagram tiene también una función para “Explorar”, en la que sí que aparece contenido de personas que no sigues: “Para encontrar fotos y vídeos que pueden interesarte miramos señales como qué posts has marcado como ‘me gusta’ o cuáles has comentado en el pasado”.
Aquí entran en juego tus intereses (o al menos los intereses que Instagram cree que son los tuyos): si subes fotos de restaurantes de moda, de recetas de cocina, de viajes, de animales, de ropa, de modelos, de series de televisión… También si en lo que estás interesado directamente es en las personas que actúan como influencers: perfiles que tienen una amplia popularidad y muchos seguidores por subir fotos de su físico, patrocinar marcas de ropa o ser una figura pública y famosa.
Pese a ser esta la versión oficial de Instagram, también hay investigaciones sobre qué contenidos prioriza la red social. Una de la organización alemana AlgorithmWatch levantó la liebre con que Instagram podría haber entrenado a su algoritmo para que muestre a chicas en ropa interior o bikini y a chicos con el pecho desnudo preferentemente, hayas interactuado o no con esas publicaciones concretas.