¡Hola, malditas y malditos! Volvemos a la carga un martes más con el consultorio tecnológico, preparado para resolver vuestras dudas. Hoy hablamos de WhatsApp por varias razones y también de prendas inteligentes: ¿hasta qué punto puede serlo una camiseta o unas zapatillas? Quédate con nosotros, que te lo contamos.
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¿Cómo de inteligente puede ser una prenda de vestir o unas zapatillas?
Como ya hemos analizado alguna vez en Maldita.es, la tecnología ‘wearable’ o vestible es aquella que podemos llevar puesta encima como una prenda o un accesorio más. El ejemplo más evidente es el de los relojes inteligentes, que ya se han abierto un hueco en el mercado ofreciendo una monitorización de las pulsaciones, análisis de la calidad del sueño o un conteo de los pasos que has dado a lo largo del día.
Esta semana nos habéis preguntado por los usos que se le puede dar a esta tecnología cuando se aplica directamente a prendas de vestir, como camisetas con tejido inteligente capaz de registrar tus constantes vitales y alertar sobre posibles problemas de salud o zapatillas diseñadas para corredores o deportistas de élite. ¿Hasta qué punto pueden ser este tipo de productos “inteligentes”?
Ingrid Munné, doctoranda en el CITCEA de la Universitat Politècnica de Catalunya y coautora del artículo ‘Tecnología vestible: combinando diseño, arte y tecnología’ explica a Maldita.es que pese a que existe cierta tendencia por comprar este tipo de productos “por el ‘hype’ de tener algo a la última moda”, también existen aplicaciones a valorar desde el punto de vista científico y sanitario.
“Pueden ser inteligentes, claro, pero siempre teniendo en cuenta el objetivo. Pueden ayudar en el ámbito médico para el monitoreo del latido del corazón, temperatura corporal, etc. Pueden ser importantes en los casos, por ejemplo, de recién nacidos con alguna patología”, afirma.
Munné también destaca otro tipo de usos útiles como el “análisis de la pisada” que ya ofrecen algunos modelos de calzado deportivo y que puede resultar “muy útil para personas con patologías en las extremidades inferiores” o chalecos reflectantes que ayudan a los ciclistas a marcar la señalización de sus giros y prevenir a los conductores.
¿Qué tipo de tecnología utilizan la mayor parte de estos dispositivos? Nos lo explica Oriol Boix, profesor del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona (UPC): “La gran mayoría de dispositivos vestibles utilizan algoritmos tradicionales como comparaciones y funciones matemáticas”. Es decir, que a nivel tecnológico no es que la camiseta pueda poner en marcha aplicaciones demasiado complejas, sino que se limita a captar determinadas constantes biométricas mediante sensores.
Estos sensores son en su mayoría simples electrodos, como los que nos ponen para medir nuestras constantes vitales en un reconocimiento médico, que se han ido adaptando con el paso de los años para hacerlos flexibles e integrarlos en el textil. Al estar en contacto directo con nuestra piel, una camiseta de este tipo puede obtener datos como el electrocardiograma, la frecuencia cardíaca, la respiración y la actividad de movimiento. Ya en Maldita.es os hablamos de hasta qué punto son fiables las métricas que hacen los ‘wearables’.
Por otra parte, una cosa es obtener la información en bruto y otra cosa es digitalizarla y traducirla para que sea entendible. Aquí es donde entran en juego los microprocesadores, que van pegados a la prenda de la forma más orgánica posible. Este es el cerebro del ‘wearable’ y es fácilmente identificable porque se trata de un pequeño bulto situado en algún lugar de la camiseta, de los calcetines o de la prenda de turno.
Esta información biométrica que se va recogiendo en tiempo real no se interpreta en la propia prenda. La información se envía a través de Bluetooth, Wi-fi o 5G, dependiendo del diseño por el que hayan apostado los desarrolladores, hacia un dispositivo externo que hace este papel. Por eso, suelen estar controladas por aplicaciones móviles.
“Casi todo el mundo lleva encima un dispositivo con una importante potencia de cálculo: un teléfono móvil. No hace falta integrar toda la ‘inteligencia’ en el dispositivo vestible. Basta con integrar en la prenda lo que debe funcionar en tiempo real (lectura de sensores, avisos de problemas graves, etc.) y que luego el dispositivo vestible se comunique con el teléfono para todo lo que no requiere inmediatez como subir datos a la nube, cálculos a lo largo del tiempo, mostrar tendencias de datos, etc.”, explica Boix.
En cuanto a las zapatillas deportivas, el sistema de sensores y el microprocesador se esconden en la suela. En este caso, la información que se envía a nuestros móviles no es muy diferente a la que nos ofrecería una pulsera de actividad: pasos, calorías quemadas o distancia recorrida. Algunos modelos también calculan el peso o la intensidad de la pisada.
La comunicación prenda-móvil se suele realizar a través de una aplicación específica diseñada por el fabricante, y ya es en el dispositivo donde se ofrecen gráficas de actividad física, avisos sobre potenciales problemas de salud y recomendaciones ofrecidas en base al análisis histórico de tus datos.
Al no estar tan generalizados como las pulseras o los relojes inteligentes, todavía no hay un análisis sólido sobre la fiabilidad que presentan este tipo de prendas a la hora de recoger datos biométricos.
Algunos de los estudios realizados apuntan a resultados positivos, sobre todo en el análisis de la frecuencia cardiaca. En esta investigación publicada en 2019 por la revista Nature, cien hombres sanos accedieron a vestir una prenda que les monitorizaba las constantes vitales a lo largo de dos meses, cuatro días a la semana, para tratar de detectar arritmias y evitar problemas de salud de forma prematura.
Hasta diez participantes registraron arritmias de distinto grado y, según concluyeron los investigadores japoneses que firmaron la investigación, “el sistema de monitorización portátil tipo camiseta fue adecuado para el uso continuo y a largo plazo entre los jóvenes con gran actividad física y tuvo la capacidad distintiva de identificar arritmias encubiertas”.
Debido a que no hay muchas alternativas en el mercado, en la actualidad este tipo de prendas tecnológicas están centradas en el mundo del deporte. Tal y como apunta esta investigación publicada en 2021, que recopila los estudios sobre camisetas ‘wearables’ desde hace una década, todavía falta trabajo por delante para calcular la precisión y los beneficios derivados de un uso diario de estas tecnologías.
“Algunos investigadores prueban el rendimiento de estos textiles inteligentes fuera de un entorno controlado, centrándose en las actividades rutinarias de la vida humana en los lugares de trabajo y en el hogar. Sin embargo, el efecto real de las diferentes condiciones fisiológicas, las diferencias de género y de edad aún no se ha estudiado en este tipo de textiles y pueden investigarse más a fondo”, considera el texto.
¿Cómo funciona el nuevo sistema de Facebook para que los negocios vendan sus productos a través de WhatsApp? ¿Puedo pagar directamente desde la aplicación?
Vas a un bar y en las mesas te indican que para pedir las consumiciones tienes que agregar un número de teléfono a tu agenda y, desde WhatsApp, mandar un mensaje con la comanda. A lo largo de las últimas semanas nos habéis mandado varias dudas relacionadas con el uso de WhatsApp por parte de los comercios, con ejemplos como el que acabamos de citar o sobre si es posible vender directamente productos a través de la aplicación de mensajería.
Repasando las últimas novedades, Facebook anunció hace unas semanas que su aplicación de Tiendas pasaría a estar disponible también en WhatsApp, aunque el proceso acaba de ponerse en marcha y sólo es accesible desde unos pocos países y ninguno europeo. La idea de la multinacional es unificar su servicio para negocios en todas sus plataformas, como ya hizo en Instagram.
En España, si eres un negocio puedes dialogar con tus clientes a través de la aplicación desde un perfil propio de la empresa. Como citamos en el ejemplo de arriba, las tiendas pueden recibir comandas, peticiones de información sobre sus productos y también crear un carrito donde el cliente puede hacer una selección de productos que desea comprar.
¿Qué diferencias hay entre una cuenta personal y la de un negocio? Como usuarios, lo primero que vemos es un mensaje en la parte superior de la conversación en el que se nos recuerda que “este chat es una cuenta de empresa”. Al pinchar en su perfil se ofrecen algunos detalles como la dirección, la categoría del negocio, horarios, su página web o el email de contacto.
Al implementar el servicio de Tiendas de Facebook en la app de mensajería, los clientes pueden ver las distintas categorías, como ‘pantalones’, ‘camisetas’ o ‘trajes’ y, dentro de cada una, ver producto por producto. El siguiente paso, que ya se está está siendo probado en varios países, es el de incluir el proceso de pago dentro de la propia aplicación.
Esta opción ya se ha puesto en marcha como proyecto piloto en países como India o Brasil. En el caso del país americano, la opción fue anulada en primera instancia por el Banco Central brasileño al considerar que la medida podía poner en peligro "un entorno competitivo adecuado" y lo frenó para "evaluar posibles riesgos" durante casi un año.
Respecto a la privacidad que tendremos a la hora de comunicarnos con las tiendas, WhatsApp no realiza ningún cambio respecto a su política para particulares, ofreciendo cifrado de extremo a extremo para que los mensajes sólo sean legibles entre las dos partes. Al menos en el caso de Europa, ya que fuera de esta región de países WhatsApp tiene otras normas sobre privacidad y se armó mucho revuelo cuando anunció que habría más comunicaciones de datos entre la compañía y las empresas con las que nos comunicamos. En este artículo puedes leer más al respecto.
Para poder acceder a estas funcionalidades de empresa es necesario contar con una aplicación específica: WhatsApp Bussiness. Para los dueños de los negocios existen varias opciones adicionales dentro de esta variedad de la app, como la posibilidad de etiquetar a los clientes, programar respuestas predefinidas o, si se trata de una empresa mediana o grande, mandar notificaciones en caso de que un producto vuelva a estar disponible.
¿Se puede publicar información personal -como un audio de WhatsApp- de una persona que ha fallecido?
A raíz del fallecimiento de un personaje televisivo, puede ser que pase que se recuerden distintas cosas de cuando esa persona estaba en vida. Una de ellas podrían ser las fotos enviadas por WhatsApp o incluso las notas de voz mandadas en una conversación personal. El programa luego es emitido en televisión y estas se hacen públicas para todo el mundo. ¿Esto puede hacerse? ¿No es información personal sobre la persona fallecida, sea un personaje público o no, que no debería publicarse?
Son preguntas que nos habéis hecho, al igual que en otras ocasiones nos preguntasteis si era legal publicar conversaciones privadas y audios en redes sociales. En este caso, dudabais sobre un audio de WhatsApp de la recientemente fallecida Mila Ximénez, una comentarista de televisión popularmente conocida en España. La realidad es que la respuesta no está en una sola ley sino en interpretaciones de varias, entre ellas la normativa de protección de datos y la ley de derecho de honor y a la propia imagen.
Verónica Alarcón, abogada especializada en protección de datos en e-Privacidad, nos explica que “la normativa de protección de datos excluye expresamente de su ámbito de aplicación el tratamiento de los datos referidos a las personas fallecidas”.
Lo que sí permite es que sus herederos (y también las personas vinculadas al fallecido por razones familiares o de hecho, como una pareja de hecho) puedan solicitar ejercer los derechos relacionados con la protección de datos, como el de acceso, de rectificación o de supresión (la eliminación de los mismos). El único requerimiento es que la persona fallecida no lo haya prohibido expresamente en vida, añade la abogada.
Por poner un ejemplo, algunas redes sociales incluso tienen mecanismos para que los familiares de una persona fallecida puedan gestionar su cuenta personal o eliminarla directamente, si es lo que prefieren.
La otra pata legal que nos dice cómo podemos actuar en un caso como este es la Ley Orgánica de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen. En ella, se expone que la potestad para manejar más o menos todo lo concerniente a la imagen de una persona que fallece se pauta en su testamento. Si no hay testamento, son el cónyuge, los descendientes, ascendientes y/o hermanos quienes se ocupan.
“Esta ley establece que se vulnera el derecho a la intimidad si se divulgan hechos relativos a la vida privada de la persona que afecte a su reputación y buen nombre, si se revela, publica el contenido de cartas, memorias u otros escritos de carácter íntimo, o si se publica su fotografía o vídeo con su imagen en lugares o momentos de su vida privada”, expone Alarcón. A su vez, pide tener en cuenta que es una ley redactada en 1982, por lo que para hablar de WhatsApp en su contexto hay que hacer una “aplicación integradora”.
En conclusión: si lo que se divulga se refiere a la vida privada de Mila Ximénez (siguiendo el ejemplo que nos habéis puesto y teniendo en cuenta que esta persona no lo ha hecho público en vida), se puede considerar como intromisión en su intimidad.
Alarcón matiza: “Se ‘puede’ porque ese derecho se encuentra limitado por la libertad de expresión e información y por tanto serán los jueces y tribunales a quien corresponda ponderar según el caso y decidir qué derecho prevalece”.
¡No os vayáis aún!
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