Qué se comparte: Contenidos en redes dicen que “la sequía en el Mediterráneo por el cambio climático es un bulo”. Para justificarlo, dicen que “un estudio del CSIC confirma que las lluvias se han mantenido estables en los últimos 150 años”. También usan un titular de El País que dice que a pesar de las lluvias de marzo de 2025 “la sequía volverá a España y cada vez será más severa por el cambio climático” para decir que dicho artículo sirve para alarmar sobre la crisis climática.
Verificación:
Para que haya agua disponible hacen falta más cosas además de lluvias, también importan la aridez del lugar, el nivel de las reservas en embalses y acuíferos, el consumo de agua y si las lluvias son constantes o torrenciales
Las sequías son un fenómeno natural del clima mediterráneo, que tiene periodos húmedos y secos, pero la evidencia científica indica que con la crisis climática las sequías son más frecuentes e intensas
El estudio dice que las lluvias en la región mediterránea se han mantenido prácticamente estables desde 1871 hasta 2020
El estudio también recuerda que esta región sufre un aumento de aridez: el calentamiento global hace que se evapore más agua

Para que haya agua disponible no basta con la lluvia
Los contenidos comparten el estudio del CSIC, que indica que las lluvias en el Mediterráneo se han mantenido estables en los últimos 150 años, para desinformar sobre la sequía y el cambio climático: “¿Por qué insisten en vendernos ese miedo?”, “la sequía por cambio climático es un bulo”, “ a ver si las lluvias nos van a joder el cuento del cambio climático”.
Pero para que haya agua disponible y acabar con las sequías hacen falta más cosas además de las precipitaciones. También hay que tener en cuenta:
El aumento de la aridez (situación natural de ciertos climas donde escasea el agua o las lluvias de forma permanente): los climas áridos han aumentado su extensión en España, explican la AEMET e investigaciones del CSIC. En lugares más áridos puede que llueva lo mismo, pero el agua se evapora antes.
El estado de las reservas: para evitar la escasez (cuando no hay agua suficiente para cubrir las demandas), los embalses y acuíferos deben tener buenos niveles. Estos últimos tardan más en recuperarse, muchos de estos acuíferos están sobreexplotados y tienen riesgo de mal estado químico por mala calidad de las aguas o alto contenido en sal.
El consumo de agua: los cultivos de regadío suponen en torno a un 80% del consumo de agua en España y estos han aumentado en los últimos años, concretamente un 11,4% entre 2004 y 2023, según encuestas del Ministerio de Agricultura. Como referencia, la capacidad máxima de embalsar agua en España entre esos años creció un 5,3% en el mismo periodo.
Tipos de lluvia: las precipitaciones torrenciales —cuando cae gran cantidad de agua en poco tiempo— no suelen llenar los embalses ni solucionar las sequías. Suelen descargar en partes más bajas de los ríos, donde no hay estructuras para retener ese agua, y llevan mucha escorrentía (agua que corre libremente por el suelo) que impide recargar acuíferos. Los episodios de lluvias continuas y abundantes, como los trenes de borrascas (cuando se encadenan varias borrascas seguidas, como en marzo de 2025) suelen ser los mejores para recuperarse de las sequías.
Hay que tener en cuenta que las sequías meteorológicas —periodos largos con precipitaciones por debajo de lo normal— son una característica natural del clima mediterráneo. Por tanto, es correcto decir que “la sequía volverá a España”, como apunta por ejemplo el titular de El País.
Del mismo modo, la evidencia científica indica que el cambio climático está contribuyendo a empeorar las sequías. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) explica que esta crisis ya está provocando un aumento de sequías agrícolas (déficit de humedad en el suelo para cultivos) y ecológicas (déficit de agua que afecta a los ecosistemas) y que han aumentado la intensidad y frecuencia de las sequías desde la década de los 50.
Además, el IPCC proyecta, con alta confianza, que lloverá menos en la región mediterránea con el avance del cambio climático. Por tanto, es correcto decir que las sequías que vendrán “serán cada vez más severas por el cambio climático”, como apuntan titulares y contenidos.
Qué dice el estudio y por qué es relevante: lluvias prácticamente estables debido a dinámicas atmosféricas naturales
El estudio que citan los contenidos desinformadores, liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología, (un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) y publicado en Nature en marzo de 2025, apunta que las lluvias en la región mediterránea se han mantenido prácticamente estables en los últimos 150 años (1871-2020).
El trabajo destaca que hay una gran variabilidad en las tendencias generales de lluvias, tanto en cuánto tiempo llueve como en las regiones donde llueve. Sin embargo, en el cálculo global, estas lluvias permanecen estables. Los autores explican que estas lluvias dependen de la dinámica atmosférica natural en el Mediterráneo y que, por ahora, no hay evidencias de que la actividad humana (emitir más gases de efecto invernadero) esté cambiando esta dinámica.
El trabajo ha usado datos de 23.609 estaciones meteorológicas de 27 países para llegar a esta conclusión. El CSIC destaca que es una de las investigaciones más completas sobre la cuenca mediterránea y la que cuenta con más registros de lluvias en esa parte del planeta.
Por qué estos resultados no contradicen la evidencia sobre sequías, lluvias y cambio climático en el Mediterráneo
Hay contenidos desinformadores que usan este estudio como supuesta prueba de que ”la sequía en el Mediterráneo por el cambio climático es un bulo” y consideran que esa estabilidad global de las lluvias en los últimos 150 años desmiente que el cambio climático traiga peores sequías. Pero el propio estudio recuerda que el Mediterráneo sufre un aumento de aridez, que esto disminuye el agua disponible y que esto está empeorando con el calentamiento global.
La aridez es una situación natural de ciertos climas en los que escasean el agua o las precipitaciones de forma permanente, explica el IPCC. Cuando aumenta la aridez, hay menos agua disponible. Este aumento de la aridez, según explica el estudio coincidiendo con el IPCC, está causado porque se evapora más agua debido al aumento de las temperaturas. El trabajo detalla que esta mayor aridez provocará sequías más graves y que es un proceso independiente de la dinámica de lluvias. Es decir: aunque llueva lo mismo que antes, habrá menos agua disponible.
Sergio Vicente-Serrano, investigador del IPE-CSIC y primer autor del estudio, explica a Maldita.es que estaba “completamente seguro” de que las conclusiones de este trabajo se iban a emplear para desinformar y señala que los contenidos que lo usan para tergiversar los datos de cambio climático hacen “un sesgo absoluto de las conclusiones”. “¿Cómo no iban a manipular cualquier cosa que les sea de utilidad para sus fines?”, se pregunta.
Aunque hay contenidos que usan estos resultados para decir que hay menos o las mismas sequías en el Mediterráneo, esto no es cierto: “Las sequías y la aridez climática están incrementando”, recuerda Vicente-Serrano. Esto coincide con lo que recoge el IPCC, con otras expertas con las que hemos hablado en Maldita.es y con trabajos científicos similares.