“El calentamiento global es en realidad la isla de calor urbana”, “el CO2 es bueno porque es comida para plantas” o “el consenso sobre el cambio climático está viciado”. Estas son algunas de las narrativas desinformadoras que se exponen en la película ‘Climate The Movie’, disponible en Youtube.
La película parte de la premisa de que la emergencia climática se ha exagerado con diferentes fines, principalmente el beneficio económico y el mantenimiento de la financiación de políticas e investigaciones climáticas. El film emplea narrativas ya desmentidas en Maldita.es, argumentos no verificables, sin evidencia o contradictorios.
Índice de narrativas desinformadoras de la película ‘Climate The Movie’
Estos son los argumentos que utiliza la película, en el orden en el que se recogen en este artículo. Además, el portal especializado en desinformación climática Skeptical Science ha recopilado más mitos y narrativas.
El calentamiento global es en realidad la isla de calor urbana
El calentamiento global se está exagerando en comparación con el pasado
El CO2 es bueno / es comida para plantas y una reducción de este gas sería catastrófica
La narrativa que dice que el calentamiento global es en realidad el efecto isla de calor
“Hace más calor allá donde hay más actividad humana, y es lo que se conoce como isla de calor”. “Muchas temperaturas se empezaron a registrar en los exteriores de las ciudades, pero con el crecimiento urbano, estas estaciones forman parte de las urbes y se ven afectadas por este fenómeno”. La película habla de la isla de calor urbana como una explicación alternativa del calentamiento global experimentado desde la revolución industrial. Dicen que este aumento de temperatura media se debe a que este fenómeno hace elevar los registros.
El efecto isla de calor explica la diferencia de temperatura entre la ciudad y el campo. Las urbes tienen más materiales que absorben el calor y lo disipan lentamente, como el asfalto. Esta diferencia se nota sobre todo por la noche. Sin embargo, los registros de temperaturas de ciudades y entorno rural muestran tendencias similares de aumento de temperatura, y existen estaciones que siempre han estado fuera de las ciudades que también evidencian el calentamiento global.
La narrativa que dice que el CO2 “importa poco” en el clima y que los rayos cósmicos tienen más impacto
“El CO2 importa poco a la hora de controlar la atmósfera de la Tierra, pero las nubes, en cambio, son mucho más potentes”. “Hay una relación entre las supernovas y la formación de nubes, ya que las supernovas generan rayos cósmicos que favorecen la aparición de nubes”. La película presenta la hipótesis de que los rayos cósmicos guardan relación con la formación de nubes y que estas tienen más impacto en el clima que el dióxido de carbono. También desacreditan al Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) diciendo que este ignora el efecto del sol y los rayos cósmicos en el clima.
La hipótesis de los rayos cósmicos y su relación con las nubes, que se ha planteado e investigado, dice que los rayos cósmicos formados fuera del sistema solar son capaces de generar nubes en la Tierra al alterar moléculas presentes en la atmósfera, y que estas nubes hacen disminuir la temperatura global. Según esta teoría, a más radiación cósmica, más nubes y menor temperatura.
Sin embargo, la evidencia más reciente indica que esta radiación cósmica tiene un efecto minúsculo en la formación de nubes y mucho menor que otros procesos terrestres como erupciones o el intercambio de gases de la vegetación. Otros trabajos dicen que los rayos cósmicos no guardan relación con la temperatura global.
Por otro lado, el impacto que tienen las nubes y el CO2 en el clima es diferente. Algunas nubes (las bajas y brillantes) aumentan el albedo, la cantidad de radiación solar que se refleja de vuelta al espacio, enfriando la atmósfera. Pero otras nubes (altas y finas) dejan pasar la radiación y retienen energía, calentando la atmósfera, aunque en menor medida que el efecto enfriamiento. El CO2, por su parte, es un gas de efecto invernadero que retiene energía solar, permanece en la atmósfera durante miles de años y su relación con la temperatura global está más que demostrada, explica Science Feedback. Además, las nubes se forman o desaparecen de la atmósfera según los fenómenos meteorológicos (precipitaciones, evaporación, erupciones, incendios), mientras que el CO2 es permanente y se va acumulando en la atmósfera.
La narrativa de que el calentamiento global actual se exagera en comparación con épocas pasadas
“Hace 200 millones de años el planeta estaba 13 ºC más cálido que ahora”. “En cualquier momento de los últimos 65 millones de años la Tierra era más cálida que ahora”. “Estamos en el punto más frío en 500 millones de años” La película lanza mensajes donde comparan cambios climáticos y temperaturas registradas ocurridas en el pasado con el calentamiento global actual.
La Tierra ha sufrido cambios climáticos en el pasado y en algunos momentos ha alcanzado temperaturas mucho más altas que en la actualidad. Pero estos argumentos no son incompatibles con el cambio climático de origen humano actual sobre el que existe un amplio consenso científico.
Una diferencia importante entre el actual cambio climático y esos cambios climáticos anteriores es que aquellos ocurrieron en lapsos temporales de miles de años, como la extinción masiva del Pérmico-Triásico, hace 250 millones de años, cuando el CO2 saltó de 420 partículas por millón (ppm) a 2.500 en 75.000 años. El actual, iniciado en el siglo XIX con la revolución industrial y su quema de combustibles fósiles, está sucediendo en cientos de años.
Otra diferencia es que ninguno de los cambios climáticos anteriores puso en riesgo a una sociedad humana desarrollada como la actual, con agricultura (que comenzó a desarrollarse hace 12.000 años), industria (desde el siglo XIX) y enormes necesidades energéticas. A su vez, en ningún otro cambio climático tuvieron los humanos tanta influencia como en este.
Por último, aunque el calor alcanzado hace millones de años en la Tierra fuera mayor que el actual, la temperatura ha aumentado desde 1970 más rápidamente que en cualquier otro periodo de la misma duración (50 años) durante al menos los últimos 2.000 años, indica el IPCC.
La narrativa de que las temperaturas se miden mal o de que los registros en realidad no reflejan el calentamiento global
“El Central England Temperature Record, el más antiguo del mundo que sigue en activo, muestra que las temperaturas han aumentado un poco más de 1 ºC”. “El termómetro de Central Park no ha detectado cambios de temperatura desde 1940”. En la película se lanzan mensajes que generan dudas sobre cómo se registran las temperaturas (ya hemos hablado sobre la isla de calor urbana) o indicando que estos registros no reflejan el calentamiento global.
Lo primero es que un termómetro, por sí solo, no demuestra ni desmiente la realidad sobre el calentamiento global. Hay lugares del mundo donde se registran anomalías de temperatura negativas (hace más frío de lo normal) y eso no contradice el cambio climático, que es un fenómeno global.
El Central England Temperature (CET) es el registro de temperaturas más antiguo del mundo que sigue en activo desde 1659. La oficina meteorológica de Reino Unido (Met Office), entidad responsable, sigue empleando y manteniendo sus registros, que ayudan a recopilar evidencia sobre el cambio climático, al tiempo que dedica un apartado a las desinformaciones que suelen circular sobre el CET. Afirmar que el CET ha registrado aumentos de “poco más de 1 ºC” es correcto: en 2023 esta estación se registró una anomalía de 1,63 ºC respecto a 1961-1990. Sin embargo, un grado más de anomalía térmica es un aumento considerable: la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) lo considera una temperatura “muy cálida” respecto a lo normal.
Sobre los datos de Central Park, una estación que mantiene registros desde 1869, es falso que no haya detectado cambios de temperatura desde 1940: registra un aumento de 0,11 ºC por década desde el año 1900. En el transcurso de 30 años, estaríamos hablando de 0,33 ºC más de temperatura media; o 1,1 ºC más respecto a las temperaturas normales de hace 100 años.
La narrativa de que los modelos climáticos fallan
“Todos los modelos climáticos prevén más calentamiento del que realmente ha ocurrido”. “No tienen en cuenta El Niño-La Niña”. “Están construidos asumiendo que el CO2 causa el cambio de temperaturas”. En la película se dice que los modelos climáticos fallan, exagerando el calentamiento global, pero no aportan ninguna evidencia de ello.
En este artículo explicamos las desinformaciones de esta narrativa y aclaramos que los modelos sí tienen en cuenta las variabilidades naturales del clima (como El Niño). En resumen: los modelos climáticos son coherentes y no exageran ni se quedan cortos en sus estimaciones del clima.
La narrativa de que el CO2 es bueno, es comida para plantas o que una reducción de este gas es catastrófica
“En los últimos 600 millones de años, los niveles de CO2 han sido más altos que en la actualidad”. “Los niveles de CO2 actuales son los más bajos de la historia”. “Deberíamos agradecer que los niveles de CO2 están aumentando”. En varios momentos de la película se lanzan estos argumentos sobre el dióxido de carbono.
En Maldita.es hemos recopilado y explicado estos argumentos desinformadores sobre el CO2, pero en resumen, lo cierto es que los niveles actuales de CO2 en la atmósfera son los más altos en los últimos dos millones de años, según el IPCC, y eso tiene efectos sobre el clima.
La narrativa de que el consenso sobre el cambio climático está viciado
“Si añades ‘clima’ a cualquier investigación, te llevarás financiación”. “Si te financian un estudio sobre clima, no puedes cuestionar el consenso científico, aunque en tus resultados no encuentres evidencia sobre el cambio climático”. Varios protagonistas de la película critican cómo se otorga financiación para las ciencias del clima y apuntan a que estos estudios apuntalan un consenso científico que consideran corrupto o viciado. O como lo resume el medio especializado en clima DeSmog, “si los científicos no se suben al ‘carro del clima’, pierden la financiación y son cancelados”.
El consenso científico sobre la existencia del cambio climático actual, la responsabilidad humana y las consecuencias perjudiciales es inequívoco y casi unánime. En este artículo ilustramos ese consenso de varias formas.
También merece la pena mencionar los esfuerzos que han hecho las industrias petroleras para financiar investigaciones sobre el cambio climático: unos dirigidos a generar dudas sobre los resultados científicos, otros para conocer más cómo impactan los combustibles fósiles en el clima y anticiparse a los daños ecológicos, reputacionales y económicos.
La narrativa que dice que los eventos meteorológicos extremos se exageran
“Nos meten la idea que cada vez que hace mal tiempo es por el cambio climático”. “Es muy difícil encontrar tendencias en eventos extremos y mucho más difícil vincularlas a la actividad humana”. Una parte de la película se dedica a ofrecer supuestos datos sobre eventos meteorológicos, indicando que estos no están empeorando (en número o intensidad) o desvinculándolos del cambio climático.
Es cierto que atribuir un fenómeno meteorológico extremo al cambio climático no es fácil. Para eso existen los estudios de atribución, que calculan si un fenómeno meteorológico concreto ha sido más probable o intenso por el cambio climático actual, comparándolo con un escenario donde no hubiera ocurrido el calentamiento global actual.
Ante la dificultad de seguir negando la realidad de la crisis climática, esta es una de las estrategia desinformadora relativamente nueva sobre el cambio climático: no niegan el aumento de las temperaturas pero sí ofrecen datos descontextualizados, aparentemente positivos o incompletos.