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De colores: por qué el hidrógeno no siempre significa energía limpia

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Claves
  • Cuando quemas una molécula de hidrógeno, el único residuo que obtienes es agua. Pero que sea realmente “limpio” depende de cómo hayas obtenido el hidrógeno
  • El hidrógeno gris (el más utilizado actualmente), se obtiene del gas natural emitiendo dióxido de carbono (CO2) en el proceso, por tanto contribuye al efecto invernadero
  • El hidrógeno verde, obtenido del agua utilizando energías renovables, es realmente limpio
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No es raro oír hablar del hidrógeno como una forma de obtener energía limpia que en un futuro cercano permitirá descarbonizar nuestro sistema energético, o sea, hacer que funcione sin emitir los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global. Esto no siempre es verdad. Por un lado, cuando quemas una molécula de hidrógeno (H2), el único residuo que obtienes es agua. Pero que sea realmente “limpio” depende de cómo hayas obtenido el hidrógeno. Sólo el hidrógeno verde, obtenido del agua utilizando energías renovables, puede considerarse limpio.

En condiciones ideales, el hidrógeno sólo genera agua como residuo…

El hidrógeno en sí no es una energía ni una fuente de energía: es un elemento químico, el primero de la tabla periódica. La palabra hidrógeno significa generador de agua porque cuando quemas una molécula de hidrógeno (H2 + O), obtienes agua (H2O). Esta es la clave de su interés como combustible: que “al consumirlo de forma adecuada” no produce contaminación ni gases de efecto invernadero, como explicó a Maldita.es Elena Alfonso, química experta en combustibles sostenibles y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.

…pero no por eso es “limpio”: su impacto ambiental depende cómo se obtenga

Pero, hasta donde sabemos, las moléculas de hidrógeno no se encuentran de forma aislada en la Tierra, sino combinadas con otros elementos. Una vez aisladas, todas las moléculas de hidrógeno son iguales, pero para separarlas hay que utilizar distintos métodos, y es aquí donde puede producirse un impacto ambiental. Según su fuente o su forma de producción, al hidrógeno se le pone un apellido u otro.

El hidrógeno gris se obtiene del gas natural mediante un proceso conocido como “reformado con vapor”, que emite CO2 y contribuye al efecto invernadero. El hidrógeno negro o marrón se obtiene a partir del carbón, con un mayor efecto invernadero. A veces el término gris engloba a todo el hidrógeno obtenido a partir de cualquier combustible fósil o hidrocarburo. Actualmente el 99% del hidrógeno producido a nivel mundial en 2022 conlleva altas emisiones de efecto invernadero, según la Agencia Internacional de la Energía. Este hidrógeno se emplea para producir amoníaco y fertilizantes, refinar petróleo y tratar metales, entre otros.

El hidrógeno azul es igual que el gris, pero con captura y almacenamiento de carbono. Su impacto es menor al reducir con esta técnica parte de los gases de efecto invernadero liberados en el proceso, pero seguiría contribuyendo a la crisis climática. Según un estudio científico publicado en 2021, el hidrógeno azul podría contribuir un 20% más al calentamiento global que la quema de gas natural o carbón para calefacción.

El hidrógeno verde se obtiene del agua utilizando energías renovables mediante un método llamado electrólisis, que consiste en separar el hidrógeno del oxígeno en cada molécula de agua utilizando electricidad. La tecnología del hidrógeno verde “a día de hoy no está preparada. Todos los proyectos actuales son pilotos”, aclara a Maldita.es Ismael Morales, analista de la Fundación Renovables. Por último, el hidrógeno rosa sería el que se obtiene del agua usando energía nuclear para la electrólisis, sin emitir CO2 pero con otros problemas asociados a la energía nuclear como los residuos radiactivos.

Por tanto, hay dos grupos principales: los hidrógenos cuya técnica de obtención emiten CO2 y los que no, pero la paleta de colores es muy amplia. Este es el esquema elaborado por El Orden Mundial.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Elena Alfonso, química experta en combustibles sostenibles, e Ismael Morales, analista de la Fundación Renovables.

Elena Alfonso forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación.

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Este artículo fue realizado en alianza con Ecodes como parte de su proyecto "Cazamitos del hidrógeno".

La imagen de portada es de Freepik

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