Nos habéis preguntado si España es uno de los lugares más susceptibles de padecer las consecuencias de la crisis climática. Lo cierto es que España está enclavada dentro de la región mediterránea, que afronta varias fragilidades en relación con el cambio climático. La zona mediterránea se calentará en torno a un 20% más rápido que el resto del planeta y es una de las regiones más vulnerables ante el cambio climático, sobre todo en cuanto a precipitaciones y ciclo hidrológico, según el informe del grupo de expertos sobre cambio climático y medioambiental mediterráneo (MedECC, por sus siglas en inglés) publicado en 2020 [págs. 9 y 10].
Además, una de las principales conclusiones del estudio de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) sobre los efectos del cambio climático en España, publicado en 2019, es que desde 1971 existe una “clara tendencia” a registrar temperaturas más altas, “tanto en valores promedio como en máximas y mínimas” en comparación con el periodo 1971-2000 y que el ascenso de la temperatura es “especialmente intenso durante la última década”. De hecho, julio de 2022 ha sido el mes más cálido en España desde que comenzaron los registros en 1961.
Según este mismo estudio de la AEMET, en España los veranos duran unas cinco semanas más que al inicio de los años 80 y han aumentado las noches cálidas, que afectan sobre todo a la costa mediterránea y a las grandes ciudades. Además, como explicó el investigador Dominic Royé en Maldita.es, la crisis climática también está aumentando la frecuencia e intensidad de las olas de calor. Es un dato importante porque el efecto en la salud de las olas de calor persistentes es peor que exponerse a temperaturas excepcionalmente altas de forma puntual. En Maldita.es también hemos publicado los datos de todas las olas de calor que han tenido lugar en España desde que hay registros.
Más allá de las temperaturas, otro de los efectos de la crisis climática es el aumento de la extensión de los climas semiáridos, especialmente en Castilla-La Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular, según el estudio de la AEMET de 2019. En paralelo están aumentando las sequías agrícolas y ecológicas en regiones como en Europa central, occidental y la cuenca mediterránea, según el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en su sexto informe [pág. 10]. Y, a su vez, las sequías provocan restricciones en el consumo de agua y reducen la capacidad para generar energía hidráulica a partir de agua embalsada.
En el atlas interactivo del grupo de expertos puedes consultar las proyecciones climáticas de temperatura, humedad, viento, hielo y efectos en las costas establecidas para la cuenca mediterránea, donde están incluidas la península ibérica y las islas Baleares.