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Dulces navideños: qué son y cómo disfrutar de mazapanes y polvorones en estas fechas

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Claves
  • Por su cantidad de azúcar y harina refinada,  los polvorones y los mazapanes no son saludables
  • Los polvorones y los mazapanes son productos que, por más que estén preparados ‘de forma saludable’ no deben formar parte habitual de nuestra alimentación
  • Prohibirnos un alimento o producto no es la solución. Comerlo lo menos posible siendo flexibles, sí
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Además de las reuniones (con distancia, mascarillas y ventilación) y los reencuentros con familiares, amigos o compañeros de trabajo (y, ¿por qué no? Algún que otro gallo al hacer referencia a ciertos peces en el río), no podemos pasar por alto una de las características principales de la época navideña: la comida. Y si nos ponemos exquisitos y acotamos un poco más, los dulces, como son los mazapanes o polvorones.

¿Que son típicos de esta época del año? Sí. ¿Que muchas veces presumen de una receta que incluye frutos secos, como las almendras? También. Pero basta analizarlos teniendo en cuenta el resto de ingredientes para comprobar que esto ni los hace saludables ni justifica que nos atiborremos con ellos prácticamente todo diciembre y medio enero. La clave para comerlos sin boicotearnos la salud está en la frecuencia con la que llevamos la mano a la bandeja de delicias navideñas y en el resto de nuestra alimentación estas semanas, que debe seguir siendo saludable (independientemente de que nos demos algún capricho).  

Azúcar, harina refinada y (algo de) almendra: por qué los polvorones y los mazapanes no son saludables

Cada maestrillo (y cada marca de dulces navideños o zona donde se elaboran, en este caso) tiene su librillo. De ahí que la receta de mazapanes y polvorones varíe, no solo en ingredientes, sino también en la cantidad utilizada de los mismos. 

En general, el polvorón, esa especie de ‘torta’ o ‘galleta’ pequeña que se desmenuza con solo mirarla, está elaborada con harina de trigo, manteca de cerdo, azúcar y almendra. “Se denomina polvorón porque, al añadir la harina, parece que hay polvo encima del dulce”, señala como curiosidad en Maldita.es la dietista-nutricionista Adriana Oroz. El mazapán, por otro lado, es una mezcla de almendra y azúcar la que puede añadirse aceite o huevo en algunos casos. 

Solo hace falta este par de apuntes para intuir que, desde el punto de vista nutricional, estos dulces no son precisamente saludables. Se trata de productos con alta densidad calórica, alto contenido en azúcares y, en el caso del polvorón, también en grasas saturadas procedentes de la manteca. Además, presentan un bajo contenido en proteínas y fibra y, por lo tanto, son poco saciantes.

Aunque puede que el mazapán disfrute de ‘mejor fama’ al estar hecho principalmente con almendra (que aporta ácidos grasos insaturados, calcio, magnesio, vitaminas del grupo B…), “los ‘beneficios’ que podría aportarnos se caen por su propio peso debido a su gran contenido de azúcar, que hace que no pueda considerarse un dulce saludable”, recuerda a Maldita.es la dietista nutricionista Mariana Álvarez. “Si realmente queremos incorporar esos nutrientes a nuestra alimentación, mejor un puñado de almendras que un mazapán”, añade. 

¿Versión ‘menos insana’ o consumo puntual del original? 

Como en todo, hay recetas en las que el porcentaje de uno u otro ingrediente puede hacer del perfil nutricional de estos dulces ser ‘menos insano’. Sin embargo, no existe una alternativa realmente saludable. Es por ello por lo que la recomendación es comer los que más nos gusten, pero solo de forma puntual. 

Es cierto que, en los mazapanes, podemos buscar los que más porcentaje de almendra y menos de azúcar tienen. “En el caso de los polvorones, los hay con aceite de oliva en vez de manteca de cerdo, que pueden ser preferibles desde el punto de vista de la salud, aunque quizá gusten menos”, explica en Maldita.es Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos. También los hay con edulcorantes en lugar de azúcar (aunque, como explicamos en Maldita.es, tampoco se consideran una forma sana de endulzar los alimentos). “Eso sí: ojo con pensar que estas alternativas los hace saludables”, aclara Lurueña, porque, spoiler: siguen sin serlo. 

“Es por eso mismo por lo que no soy partidaria de la repostería healthy (sana): creo que es más interesante priorizar educación alimentaria”, opina Álvarez. “Si no, podemos caer en pensar que ‘como es una versión saludable, porque he utilizado pasta de dátil en vez de azúcar’, por ejemplo, puedo comer más y de forma habitual”, añade. 

Es decir, los polvorones y los mazapanes son productos que, por más que estén preparados ‘de forma saludable’ no deben formar parte habitual de nuestra alimentación. Lurueña coincide: “Creo que no deberíamos andar con medias tintas porque, aunque mejoremos detalles, seguiremos estando ante productos insanos”.

Prohibirnos un alimento o producto no es la solución; comerlo lo menos posible siendo flexibles, sí

Que no sea saludable, ¿quiere decir que debemos prohibirnos ese polvorón o ese mazapán que tanto nos apetece tras una comida o cena de Navidad? Para nada. La clave, según Oroz, está en el equilibrio: si reducimos el consumo de estos productos a pequeñas cantidades y a momentos puntuales, dentro de una alimentación y una forma de vida saludable, no tienen por qué suponer un problema para la salud y, por lo tanto, no hay por qué renunciar a ellos completamente.

“El problema de nuestra dieta no son los polvorones que comemos en la cena de Navidad, sino lo que comemos durante todo el año (por ejemplo, consumir estos dulces desde que aparecen en el supermercado en octubre hasta que desaparecen en febrero)”, señala Lurueña.

Además, como explicaba en Maldita.es Alfonso Méndez, psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria y obesidad, lo que nos prohibimos a la hora de comer se termina convirtiendo en deseo. Esto puede generar tal ansiedad que en el momento concreto que nos lo permitamos, acabemos por atiborrarnos del producto en cuestión en forma de atracón. “Acotar límites estrictos a la hora de comer puede generar una presión fisiológica y psicológica muy difícil de mantener'', recordaba Méndez. 

“Si tenemos ganas de disfrutar de un mazapán o si nos gusta mucho el polvorón, podemos tomarlos con conciencia, con responsabilidad, sabiendo que no es una opción interesante desde el punto de vista nutricional pero que, si gestionamos la frecuencia en la que lo consumimos, los podemos disfrutar perfectamente, sin culpas”, señala Álvarez. 

En palabras de Oroz, “en estas fechas, como en tantas otras celebraciones, lo más importante es disfrutar, y se puede hacer dentro de una alimentación y hábitos saludables.”

*Hemos actualizado este artículo para añadir que añadir edulcorante a la receta de polvorones y mazapanes tampoco hace de estos productos saludables.

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.


Primera fecha de publicación de este artículo: 16/12/2021

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