La enfermedad celíaca es una dolencia provocada por una reacción inmunitaria del cuerpo al comer gluten, una proteína presente en el trigo, cebada y centeno. Nos habéis preguntado a través de La Dudoteca si las personas celíacas tienen más probabilidad de desarrollar otras alergias como a la lactosa. Lo cierto es que la lactosa, un azúcar intrínseco que se encuentra de forma natural en los lácteos, no genera reacciones alérgicas, sino intolerancia, una situación en la que no interviene el sistema inmunitario. Los expertos que han respondido en La Dudoteca aclaran que, aunque se puede desarrollar una intolerancia temporal a la lactosa por el daño que provoca el gluten en el intestino, dejar de consumir gluten permitirá volver a digerir este nutriente sin problemas (si no tenían intolerancia a la glucosa previamente).
La celiaquía daña el intestino delgado y puede afectar a la absorción de nutrientes
La celiaquía es un trastorno digestivo y autoinmunitario (es el sistema inmunitario el que ataca los tejidos sanos propios, al confundirlos con tejidos ajenos) crónico que daña el intestino delgado y se desencadena al ingerir alimentos que contienen gluten. La enfermedad puede causar problemas digestivos duraderos y hacer que el cuerpo no obtenga todos los nutrientes que necesita, indica la web del Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, parte de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
La respuesta inmunitaria en el intestino delgado al gluten puede acabar dañando su revestimiento e impedir que este órgano absorba nutrientes, lo que se llama malabsorción, aclara la Clínica Mayo en su página web.
Los efectos de la celiaquía en la absorción de lactosa son temporales
Este daño en las vellosidades intestinales, el motivo de la malabsorción en personas con enfermedad celíaca que consumen gluten, puede causar intolerancia a la lactosa, “sobre todo al principio, pero [tanto esta como sus síntomas] pueden desaparecer una vez la dieta sin gluten haya recuperado el intestino”, aclara a través de La Dudoteca María van der Hofstadt Rovira, directora científica de la Asociación de Sociedades Europeas de Celíacos y licenciada en Farmacia.
El motivo es que el daño en las vellosidades intestinales y los problemas de absorción pueden llevar a una deficiencia transitoria de lactasa (la enzima de nuestro cuerpo encargada de ‘romper’ la lactosa para poder digerirla), al igual que ocurre en las enfermedades inflamatorias intestinales. En estos casos, según explica la doctora en Inmunología Azahara Fernández Guizán, la recomendación suele consistir en eliminar durante un tiempo la lactosa, para luego ir introduciéndola gradualmente, tratando de volver a tolerarla.
Esta temporalidad de la deficiencia se debe a que si la persona celíaca evita el consumo de gluten durante una temporada, “será capaz de regenerar estas vellosidades intestinales, aumentando de nuevo los niveles de lactasa disponibles para digerir la lactosa y mejorando muy notablemente la tolerancia a la lactosa”, añade Ion Rezola Artero, dietista-nutricionista especializado en Nutrigenómica y Nutrición Personalizada.
Van der Hofstadt añade que, en general, en las personas con enfermedades autoinmunes, entre las que también se encuentran las personas con enfermedad celíaca, existe una mayor probabilidad de desarrollar otras enfermedades autoinmunes como artritis reumatoidea y lupus.