¡Otro sábado para celebrar! Y cómo no iba a ser así siendo hoy, 26 de febrero, el Día Mundial del fruto seco feliz: el pistacho. Sí, feliz, has leído bien. ¿Por qué? Por la semi apertura de su cáscara, esa que deja que percibamos el colorido interior sin tener que abrirlo del todo, y su parecido a una sonrisa. Esta es precisamente la culpable de que países como Irán o China se refieran a los pistachos como nueces o frutos ‘felices’.
¿Te has preguntado alguna vez de dónde procede este aperitivo? Se trata de una semilla, la del pistachero, un árbol caducifolio (que pierde sus hojas anualmente) de la familia de las anacardiáceas y bastante longevo, ya que puede llegar a vivir hasta 300 años. Estas semillas, la única parte comestible de la planta, se recolectan cuando la cubierta exterior que cubre la cáscara se desprende con facilidad. Es cuando esa ‘sonrisa’ de la que hablábamos se intuye cuando podemos decir que está maduro.
El proceso de recolección, ya sea a mano o a máquina, debe hacerse en el menor tiempo posible. En caso contrario, aumentaría la posibilidad de una “excesiva proliferación de hongos que se pueden encontrar entre el pellejo y la cáscara contaminando el fruto”, como explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Una pista para comprobarlo y desecharlo si hiciera falta es fijarnos en si la cáscara está ennegrecida.
Las distintas variedades se clasifican en función de su lugar de origen o cultivo. Lo cierto es que cada país tiene sus propias selecciones, siendo las diferencias principales el color y tamaño de la semilla (exacto, la parte que nos echamos a la boca).
Aunque sea un alimento calórico, al igual que el resto de frutos secos, el consumo moderado de pistachos no se relaciona con la obesidad
Es cierto que los pistachos tienen una gran densidad calórica, es decir, son un alimento que aporta muchas calorías, como sucede con los frutos secos en general. En el caso de esta semilla, proporciona unas 611 calorías por cada 100 gramos de porción comestible. ¿Por qué hacemos este inciso, ‘porción comestible’? Por la cáscara: de cada 100 gramos de producto real, comemos unos 53 aproximadamente.
Es decir, 50 gramos de pistachos pelados (más o menos un puñado, para entendernos), aportan aproximadamente la misma energía que cuatro manzanas medianas (de 150 gramos cada una), dos filetes de pollo (de 100 gramos cada uno), dos filetes de merluza (de 200 gramos cada uno) o entre dos y tres onzas de chocolate con un 80% de cacao (de 20 gramos cada una). A pesar de esta característica, su consumo no se relaciona con el aumento del peso.
“Esas calorías nos están proporcionando fibra, que aumentará nuestra saciedad y hará que comamos menos cantidad de ellos y de otros productos que sí son poco saludables”, explicaba a Maldita.es Mertixell Sarrió, dietista-nutricionista miembro de la Comisión de Educación del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), sobre los frutos secos naturales o tostados, en general.
En Maldita.es ya hemos explicado por qué no podemos pensar en el equilibrio energético como principio físico sin considerar también los mecanismos biológicos que promueven el aumento de peso. “Es decir, basarnos solamente en el equilibrio de calorías consumidas vs. gastadas sin tener en cuenta nada más es simplemente banalizar el metabolismo”, nos contaba Diana Díaz Rizzolo, dietista-nutricionista e investigadora biomédica en diabetes y obesidad.
A eso se refiere un estudio publicado en la revista Obesity Reviews cuando señala que se ha demostrado que los frutos secos, naturales o tostados y en cantidades recomendadas (entre 30 y 45 gramos diarios, más o menos lo que nos cabe en un puño), “no producen un aumento de peso” o que su consumo incluso “se asocia con una disminución de las medidas de adiposidad”, es decir, los parámetros que evalúan la acumulación de grasa en nuestro organismo, al saciarnos y ayudarnos a descartar productos de peor perfil nutricional.
Además, los pistachos “son una buena fuente de proteína vegetal, lípidos y muy ricos en hidratos de carbono”, señala el documento del Ministerio de Agricultura y añade que también poseen “un alto contenido en grasas insaturadas, sobre todo monoinsaturadas; predominando el ácido oleico, que ayuda a reducir el nivel de colesterol total, colesterol LDL y triglicéridos, así como la tensión arterial”.
Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de DANONE EDP en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.
Primera fecha de publicación de este artículo: 28/02/2022
