Algunos medios, y algunos compañeros periodistas, han abandonado Twitter. Lo entendemos: es un lugar lleno de odio, de bots, de desinformación y que te quita la energía cada vez que te paseas por el "para ti". Y si eres un medio, tampoco te llegan muchas visitas, entonces, ¿por qué seguir aquí?
Vamos a hablar aquí de eso, de cuál es la situación actual de la desinformación en Twitter y de cómo se usa en una estrategia que va más allá del bulo aislado en narrativas que calan: los desinformadores están ganando la batalla (Y de por qué creemos que dejar Twitter puede ser un error).
Por qué nos quedamos a luchar en Twitter y qué tenemos (podemos) cambiar
Puedes pensar que en Twitter ha ganado la desinformación y puede que tengas razón, pero abandonarlo sólo deja a la gente sin referentes y da una auténtica vía libre a la desinformación en la plataforma.
Twitter es más importante que lo que nos han hecho creer las cifras de usuarios y estudios universitarios: aquí está la gente más activa políticamente de todos los espectros, la gente que quiere últimas horas, que le preocupa la política, está aquí. ¿Son menos usuarios? sí, pero son los que están activos de verdad. Para el mal y, ojo, para el bien.
La gente se informa cada vez más en las redes sociales y Twitter no solo es un actor primario de consumo (su plataforma) sino también secundario (cómo se viralizan sus tuits y capturas de los mismos en en otras redes). Para el 18% de los españoles Twitter sigue siendo una herramienta de consumo de noticias según el DNR 2023 del Reuters Institute; por encima de Francia (8%), Reino Unido (13%), Alemania (5%), Italia (8%) o Estados Unidos (14%).
Además de este consumo, es una petición específica de Musk viralizar Twitter en otras redes bajo la premisa de “esta es la verdad”, “no la encuentras fuera”, no creas a los medios y le funciona. Facebook, Instagram o incluso TikTok están llenos de capturas de tuits. Y con esto, ha logrado crear una especie de sentimiento de pertenencia a la red en Estados Unidos cuasi sectario. Un público cada vez más convencido de que fuera de Twitter no está la realidad y los medios nos mienten.
¿Recuperamos la confianza de la gente yéndonos?
Nosotros creemos que no, que los que no nos creen seguirán sin creernos, los que nos creen lo seguirán haciéndolo y los que no tienen excesivo tiempo para verificar y entran y salen y reciben contenidos de Twitter se verán abandonados.
Sí, hay bots y el algoritmo promueve determinadas narrativas que apoyan lo que quiere Musk. Hay odio y hay mucha, mucha mentira. Ya lo sabemos, pero, ¿abandonar qué aporta?
A Musk, en realidad, le dan igual los anunciantes, los ingresos, esto no es una inversión económica, es una inversión en un arma desinformativa. Y funciona. Y si los que luchamos contra la desinformación, los medios de comunicación, los periodistas y la gente que se informa y no deja que se la cuelen, se van ¿qué queda en Twitter? Desinformadores activos que influyen sin barreras sobre una gran cantidad de gente, no tan pequeña como algunos piensan y que no abandona la plataforma.
Estar en otras plataformas aparte de Twitter es un sí claro, pensar que se va a lograr una migración masiva desde Twitter parece mucho más complicado.
Luego está el pensamiento unicornio de crear plataformas que funcionen masivamente fuera del marco capitalista, pues está bien para una charla universitaria, pero siendo realistas la guerra está aquí y abandonarla es dejar a la gente herida en el campo de batalla.
Musk además ha repetido varias veces que Twitter en un medio de comunicación y lo anuncia como la mayor fuente de información en decenas de países, equipándolo al New York Times; quiere sustitución. Y si nos vamos se la presentamos en bandeja de plata.
Esto de Musk de ser medio, además, nos trae de nuevo la cuestión, valga la redundancia, de qué es un medio; si dentro de un web hay mentiras que campan a sus anchas, eso no debería considerarse un medio. ¿no?. Es hora de que la profesión y no los políticos, definan lo que es un medio.
Desde Maldita.es, además de no abandonar Twitter, creemos que hay que apostar aún más por la lucha en esta plataforma sabiendo que estamos en territorio hostil. Y aprovechar la misma para aprender cómo los desinformadores actúan y cómo colaboran, cómo comunican, escucharles. Porque lo hacen muy bien.
La escucha de lo que sucede: aislarte en otras redes de las narrativas que se están generando ya sean desinformativas o de odio te oculta un panorama real que llega luego a las personas en otras plataformas: cerrar los ojos no va a parar la mentira en Twitter.
La denuncia: para denunciar lo que sucede aquí hay que estar, para señalar las mentiras de Musk y de su plataforma hay que estar.
El relato: el falso “free speech” de Musk ha ganado en Estados Unidos: Nosotros estamos en contra de eliminar contenidos, pero dejar que las desinformaciones se viralicen sin que estén señalizadas las mentiras, sobretodo las más dañinas: salud, ciencia, situaciones de emergencia…no es libertad, es tiranía del algoritmo y no hemos sabido luchar contra ello. Y ahora esa misma lucha se está trasladando a Europa.
Europa, objetivo de Musk: ha puesto en el punto de mira los intentos europeos de luchar contra la desinformación, acusándolos de censura. Dejarle la plataforma libre, no va a ayudar a ello, pues nos pone en modo huída hacia delante. Hay que estar y actuar sobre el tema
Son comunidad: Musk ha logrado una comunidad fuerte dentro de Twitter que le sigue y que va más allá de la manipulación algorítmica, creen en la labor de Musk, porque se enfrenta a los malos (nosotros, los medios)
La imagen de los medios: Nos seguimos creyendo la hostia y cada vez nos leen, escuchan menos. Irse no parece una buena solución ante la plataforma en la que se está librando la batalla, crear sensación de huida, solo además le va a dar más fuerza a la dicotomía que presenta Musk: los medios frente a mí.
Profesionalizar la lucha contra la desinformación en las notas de la comunidad. Musk quiere a los verificadores (fact-checkers) fuera de Twitter, incluso se ha quejado públicamente de que hubiera grupos de personas en Estados Unidos juntándose para colaborar con las notas de la comunidad. Para él las notas de la comunidad son algo cosmético, e incluso una excusa para poder difundir desinformación. Intentemos crear una comunidad que verifique y las hackee con datos y verificaciones. Y señalemos a los que más notas de la comunidad reciben sin rectificar.
Los comentarios: en un momento dado los comentarios venían a salvar la democracia. Gente que aportaba y que construía con ellos y mejoraba los artículos. Ahora, seamos sinceros, los comentarios son solo otro lugar de activismo de los más activos. El lugar donde trolear. El lugar donde aunque tú digas la verdad 20 te van a venir a acusar de lo contrario. Es su terreno, no les demos victorias. ¿Es menos democrático cerrarlos en este ecosistema desinformativo? No.
Los superesparcidores: un concepto del que se habla mucho para el mal, diseminan desinformación sin parar. . Son activos. Colaboran. Es el momento de colaborar y de crear en Twitter y fuera de él grupos de personas que quieran ayudar a detener las mentiras.
Herramientas para la ciudadanía: que ayuden en la detección y denuncia de bots, que ayuden a difundir la verdad y a señalar quién continuamente es señalizado con una nota de la Comunidad. Conocer para actuar más rápidamente.
No todas las plataformas son iguales. No decimos que sean buenas, ni hermanitas de la caridad, pero aquí hay una; Twitter que no quiere cumplir ninguna regulación europea, que ha apostado por la desinformación sin fronteras y que va a tener el apoyo del gobierno Trump para intentar saltarse cualquier intento de detener la desinformación en ella. Distingamos a la hora de pluralizar.
Legislación: Hay que presionar a la Unión Europea, a la Comisión para que no ceda ante las exigencias de Trump de que no se actúe contra las empresas de Musk, en particular Twitter y su decisión de no aplicar las medidas de mitigación de riesgos sobre desinformación de la Ley de Servicios Digitales y el Código de buenas prácticas contra la desinformación.
No sabemos cuánta gente es mucha gente: ahora se ve a mucha gente que anuncia que se va de Twitter pero antes ya hubo intentos de boicot similares que quedaron en nada. Parece que hay un éxodo masivo, que esto le hace daño a Elon Musk. Pero cuando miras las cifras, en el fondo, apenas baja el número de usuarios. Eso sí, los que se van lo hacen porque rechazan la desinformación y la inmensa mayoría de usuarios se van a seguir en Twitter estará expuesta a los mensajes de los que se quedan. Y los desinformadores se quedan todos. Sus narrativas desinformadoras será más fácil que calen entre los ciudadanos que se quedan si en la plataforma no hay contranarrativas e información fiable que las desactive.
***Sabemos que Twitter ahora se llama X, claro, pero por decisión editorial y por compresión lo seguimos llamando Twitter.