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MALDITO BULO

Por qué no es correcto afirmar que durante la dictadura de Franco "a las mujeres no se les permitía estudiar"

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Claves
  • El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, dijo el 26 de enero de 2025 que “durante los años donde no había democracia a las mujeres no se les permitía estudiar”
  • Durante la dictadura de Franco no había leyes que prohibiesen o limitaran el acceso de las mujeres a la educación, algo que se permite desde 1910
  • Los expertos consultados por Maldita.es comentan que a pesar de que no hubiese ninguna prohibición, la “mentalidad” de la época y el “señalamiento” que suponía, hacía que muchas mujeres no estudiasen 
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Lo que se dice: Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, ha dicho que “durante los años donde no había democracia a las mujeres no se les permitía estudiar”, en referencia a la dictadura de Franco.

Verificación: las leyes entre 1939 y 1975, periodo de la dictadura de Franco, no prohibían a las mujeres estudiar en ningún nivel. Las mujeres en España se pueden matricular en las universidades desde 1910. Según los datos disponibles, el porcentaje de mujeres estudiantes nunca llegó a superar el 20% entre 1940 y 1957, el número de mujeres universitarias fue inferior al de hombres durante todo el franquismo y hasta que se produjo el sorpasso en 1986. Los expertos consultados por Maldita.es coinciden en que no había prohibiciones para las mujeres, pero que estas no accedían a los estudios superiores en igualdad de condiciones por la “mentalidad” de la época y el “señalamiento” que suponía.

Se han viralizado unas declaraciones del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en las que dijo [min. 56:48]: "Durante los años donde no había democracia a las mujeres no se les permitía estudiar". Las declaraciones se produjeron el 26 de enero de 2025 en el 15º Congreso Regional del PSOE de Canarias.

Durante los años que duró la dictadura de Franco (1939-1975), “no hubo ninguna ley que prohibiese o limitase el acceso a las mujeres a la enseñanza superior”, tal y como recoge el estudio ‘Universidad y patrones de género en el primer franquismo. Continuidades y rupturas en la enseñanza universitaria’, publicado en 2018 por la Universitat Autònoma de Barcelona. 

Y tampoco en otros niveles. En las leyes de educación promulgadas durante el franquismo (Ley de Bachillerato de 1938, Ley universitaria de 1943, Ley de Educación Primaria de 1945, Ley de Bachillerato Laboral de 1949 y Ley General de Educación de 1970) no se menciona en ningún momento la prohibición a las mujeres de estudiar. El 9 de marzo de 1910 se aprobó una real orden que permitió a las mujeres matricularse en cursos de enseñanza superior

Sí había menos mujeres universitarias que hombres durante el franquismo. Según el Anuario Estadístico de 1959, en el curso de 1940-1941 había 4.466 mujeres universitarias (8,8%) y 26.651 hombres. En el curso 1956-1957 eran 11.359 mujeres (18,3%) y 50.856 hombres. Más adelante, según el Anuario Estadístico de 1969, ese año había matriculadas 34.677 mujeres (30%) y 80.913 hombres. No fue hasta el año 1986 cuando el número de mujeres universitarias superó al de hombres.

Fuente: Anuario Estadístico de 1959 - Instituto Nacional de Estadística (INE).

A raíz de las palabras de Ángel Víctor Torres en redes sociales como Twitter (ahora X) se han publicado contenidos de orlas universitarias donde aparecen mujeres o un fragmento de una emisión del NO-DO de 1966 llamada ‘La Mujer en la Universidad’, donde se puede ver a mujeres en varios edificios de la Ciudad Universitaria de Madrid.

Fuente: X.
Fuente: X.

Se pueden encontrar otras orlas similares en internet donde aparecen mujeres.

Los expertos consultados por Maldita.es indican que, a pesar de que no había prohibiciones, la “mentalidad” y el “señalamiento social” que suponía hacían que pocas mujeres estudiasen

Los expertos consultados por Maldita.es coinciden en que no había prohibiciones legales para que las mujeres estudiasen, pero no accedían en igualdad de condiciones por la “mentalidad” de la época y el “señalamiento social” que suponía, lo que hacía que estudiasen pocas mujeres. Juan Antonio Ríos Carratalá, maldito que ha cedido sus superpoderes como especialista en memoria histórica del franquismo a Maldita.es, indica que no se prohibió el acceso, pero durante la época de la dictadura “la mentalidad imperante” hizo “imposible” que las mujeres estudiasen en igualdad de condiciones. “La asistencia a esas clases, rodeadas de varones en una proporción que superaba el 90%” en algunos casos, “suponía un señalamiento social solo soportable por quienes tenían una voluntad muy férrea de estudiar”, dice Carratalá.

Sofía Rodríguez, profesora de historia en la Universidad Complutense de Madrid, comenta con Maldita.es que la “moral” de la dictadura “hizo que muy pocas familias pudieran permitirse dar unos estudios a sus hijos”. “Las que lo hicieron, prefirieron que fueran los hijos varones [...] relegando a las hijas a la búsqueda de un matrimonio ventajoso o, en el mejor de los casos, a los estudios de magisterio o enfermería, considerados más apropiados para la mujer”. “Las hijas de familia obrera tenían pocas posibilidades de profesionalización a través de estudios universitarios”, dice Sofía Rodríguez. Esto también pasaba con las “clases altas”, donde el “principal objetivo” de las mujeres “era convertirse en ‘señoras de’”. “No existe apenas literatura sobre las mujeres de la élite profesional en la España de los últimos cincuenta años”, destaca la historiadora. 

Según Juan Antonio Ríos, la situación “no empezó a cambiar” hasta los años 70 y “la necesidad de una mano de obra cualificada”. Hasta entonces “sólo una minoría de jóvenes de clase media o acomodada había pasado por las aulas universitarias”, concreta. 

Más allá del acceso a la Universidad, las mujeres se enfrentaron a problemas para acceder a algunos sectores del ámbito laboral durante ciertas partes del franquismo. Jorge Montes Salguero, doctor en Derecho por la Universidad Nacional a Distancia, especializado en franquismo y coautor del libro ‘Mujer, franquismo y represión’, comenta a Maldita.es que durante la dictadura franquista “no había ningún problema” en que las mujeres estudiasen cualquier carrera, pero luego había determinados campos laborales donde no podían ejercer si habían estudiado, por ejemplo, Derecho. “No podían ser diplomáticas, registradoras, notarias… todo esto estaba reservado al hombre”, comenta Montes. 

Las mujeres en España tuvieron prohibido presentarse a las oposiciones para acceder a la carrera diplomática entre 1941 y 1962. También estuvo prohibido ser notaria o registradora, según recoge la jurista Mª Ángeles Moraga en su artículo ‘Notas sobre la situación de la mujer en el franquismo’. Según un artículo de la revista del Colegio Notarial de Madrid, entre 1947 y 1969 no ingresó ninguna mujer en el cuerpo notarial.  

En 1961 se aprobó la Ley sobre derechos políticos profesionales y de trabajo de la mujer, que le permitió trabajar en “cualquier cargo público del Estado” excepto en el Ejército, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la carrera judicial y la Marina Mercante.

Lee las declaraciones completas de los expertos a Maldita.es

Juan Antonio Ríos Carratalá, catedrático en Literatura Española y experto en memoria histórica durante el franquismo - Correo electrónico

Yo no recuerdo que en España haya existido una prohibición expresa para que las mujeres no pudieran acceder a la enseñanza universitaria. Durante mucho tiempo, solo era algo impensable que no necesitaba ser regulado. Por ejemplo, en la Universidad de Salamanca durante la segunda mitad del siglo XVIII hubo una aristócrata empeñada en asistir a las clases. La solución fue que el profesorado se desplazara a su domicilio para que no se viera en la obligación de compartir aulas con varones. Ya a principios del siglo XX, Emilia Pardo Bazán consiguió que la autorizaran a dar unas clases en la Universidad Central. La reacción del alumnado fue no asistir por tratarse de una mujer. Así hasta la época de los 20-30, cuando ya se produjeron incorporaciones menos anecdóticas, aunque tremendamente minoritarias más allá de carreras como Magisterio que se consideraban compatibles con lo femenino.

El franquismo no prohibió el acceso, pero la mentalidad imperante durante el nacionalcatolicismo lo hizo imposible y el retroceso fue tremendo hasta bien entrada la década de los sesenta. La igualdad de condiciones solo era teórica, pero pocas mujeres estaban dispuestas a afrontar una presencia que se consideraba extravagante, tanto en el ámbito familiar como en el académico. La asistencia a esas clases, rodeadas de varones en una proporción que superaba el 90%, suponía un señalamiento social solo soportable por quienes tenían una voluntad muy férrea de estudiar. A lo largo de los sesenta y setenta, las cifras del alumnado universitario aumentan espectacularmente y ese acceso femenino, gracias al aluvión, resulta más sencillo hasta el punto de que a mediados de los setenta dejó de ser noticia, aunque las proporciones estuvieran todavía muy lejos de las actuales.

Por otra parte, en el caso de terminar los estudios, la discriminación continuaba en el ámbito profesional sin necesidad de una legislación que la sustentara. La situación no empieza a cambiar hasta el período desarrollista y gracias también a la necesidad de una mano de obra cualificada como resultado de ese mismo desarrollismo. La extensión y la democratización del acceso a la enseñanza universitaria desde los años sesenta fueron decisivas para que la mujer se pudiera incorporar a la misma, al margen del importante cambio de mentalidad que trajo este período de los años sesenta, fundamentalmente desde 1964, como superación hasta cierto punto de los aspectos más retrógrados y discriminatorios para la mujer del período de la autarquía y el nacionalcatolicismo.

Sofía Rodríguez López, profesora de historia en el Departamento de Historia Moderna e Historia Contemporánea de la Universidad Complutense - Documento

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Jorge Montes Salguero, profesor de historia en la UNED - Conversación telefónica

Lo que pasaba es que si una mujer se licenciaba en Derecho, no podía acceder a abogada, a ser registradora, a trabajar en Gobernación… 

No había ningún problema en que estudiasen cualquier carrera, acceder a la universidad en igualdad de condiciones. Pero no podían acceder a los cuerpos de seguridad del Ministerio de Interior, no podían ser policías, no podían ser diplomáticas, registradoras, notarias… todo esto estaba reservado al hombre.

Podían estudiar cualquier licenciatura. El problema era que luego no podían acceder a ciertos campos laborales. Algunos campos laborales eran solo para hombres, hombres incluso que fuesen 'hijo natura', con 'dos padres con situación legal'. Muchas de las mujeres estudiaban carrera, pero luego no ejercían. Las familias no educaban a las mujeres para ello.

En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Juan Antonio Ríos Carratalá, experto en memoria histórica durante el franquismo.

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