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MALDITO BULO

Las consecuencias reales de la desinformación sobre la vacuna contra la COVID-19

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Hace más de un mes desde que se empezó a vacunar contra la COVID-19 en diversos países del mundo. Desde antes de que se iniciara este proceso de vacunación, son muchos los bulos y las desinformaciones que han surgido alrededor de esta vacuna, gran parte relacionados con los supuestos efectos secundarios que genera y que en Maldita.es hemos desmentido.

Muchas de las veces compartimos cadenas de WhatsApp o contenidos que circulan en redes sociales sin haberlos contrastado con anterioridad. Sabemos que gran parte de las veces se hace de forma espontánea sin pensar en los daños que podemos provocar, como hemos repetido muchas veces en Maldita.es, por eso incidimos en la importancia de que pienses dos veces antes de compartir si realmente ese contenido es cierto o está manipulado. Y ante la duda, mejor no compartas: puedes enviárnoslo a nuestro servicio de WhatsApp (+34 644 22 93 19) para que lo verifiquemos.

Las consecuencias de todas estas desinformaciones también se pueden ver reflejadas de múltiples formas. En Maldita.es hemos recogido algunos ejemplos.

El farmacéutico de Wisconsin que destruyó más de 500 dosis de la vacuna Moderna porque creía que sería dañina para aquellos que las recibieran 

Es el caso de Steven Brandenburg, un farmacéutico del hospital Aurora Medical Center, en el estado de Wisconsin (EE.UU.), que los días 24 y 25 de diciembre retiró dos veces del frigorífico del centro en el que trabajaba una caja de vacunas Moderna, que contenía 570 dosis, como informó The Daily Beast.

Brandenburg, de acuerdo con The Washington Post, “durante meses había dicho que pensaba que la vacuna dañaría a las personas, las haría infértiles y les implantaría microchips”. El diario también explica que “el farmacéutico, que acordó declararse culpable de los cargos de intentar estropear la vacuna, también cree que la Tierra es plana y que el cielo no es real, según documentos judiciales”.

El mismo diario explica que el farmacéutico declaró en un email a los investigadores del centro que sacó las vacunas del frigorífico “con el propósito de permitir que la vacuna esté fuera del rango de temperatura para que no fuera efectiva” ya que creía que la vacuna "sería dañina para las personas que la reciben."

Según The Daily Beast, los fiscales que llevan el caso aseguraron que el farmacéutico sabía que este acto podría estropear la vacuna, “que solo puede sobrevivir hasta 12 horas sin refrigeración”. Unas dosis que, posteriormente, fueron administradas a, al menos 57 pacientes, poniendo en riesgo la salud de estos, de acuerdo con esta publicación.

El hospital, además, se vio obligado a descartar casi 600 dosis tras el incidente, según ha informado este mismo medio.

Por estas acciones, el farmacéutico “se enfrenta a dos cargos por intentar manipular productos de consumo sin tener en cuenta el riesgo de que otra persona corra peligro de muerte o lesiones corporales”, según explica el medio estadounidense NPR.

Los manifestantes antivacunas que cerraron un centro de vacunación en Los Ángeles

El Dodger Stadium, el estadio de béisbol de Los Ángeles, se ha abierto como centro de vacunación masiva. No obstante, el pasado sábado 30 de enero tuvo que cerrar durante una hora debido a que alrededor de 50 manifestantes antivacunas bloquearon la entrada al mismo, como cuenta Los Angeles Times.

Aunque, de acuerdo con el mismo diario, no se produjeron actos violentos, los manifestantes, que llevaban pancartas con mensajes en contra la vacuna de la COVID-19 y del uso de las mascarillas, gritaban a las personas que esperaban en sus coches su turno para ser vacunados negando la existencia de la pandemia y advirtiendo del peligro de la vacuna.

Estos hechos se producían en un momento en que los casos confirmados de coronavirus en California habían superado los 3,2 millones y el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles ya había notificado hasta 16.647 muertes, de acuerdo con la publicación de Los Angeles Times, el 30 de enero de 2021.

Las teorías de la conspiración que sacan partido de lo que les ocurre a otras personas para promover su discurso

En Maldita.es ya hemos desmentido varios bulos relacionados con la vacuna contra la COVID-19 que han surgido después de que personas con posiciones en contra de las vacunas utilizaran determinados hechos ocurridos para promover su discurso.

Es el caso de Patricia Chandler, una voluntaria de Austin (Texas, Estados Unidos) que participó en el ensayo de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer

A Chandler le apareció una erupción cutánea en el pie, motivo por el que se organizó una campaña en la plataforma de crowdfunding GoFundMe para recaudar fondos para sus gastos médicos y de cuidado de sus hijos, una iniciativa que no fue llevada a cabo por la propia Chandler sino una persona llamada Rebecca Moores. En una de las publicaciones de la campaña, se aseguraba que la afectada se había quedado sin trabajo debido a la erupción, supuestamente causada por una inyección del ensayo clínico de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer. 

Según explicó la propia Chandler a la BBC, Moores, quien publicó la campaña, era una pariente suya y, aunque ella en principio estaba de acuerdo con la redacción, “la página de GoFundMe estableció un vínculo directo entre las ampollas y el ensayo de la vacuna”.

La campaña fue suspendida por GoFundMe pues, según informaron a Maldita.es, "cuando el organizador de un crowdfunding no colabora con GoFundMe o es incapaz de verificar sus afirmaciones, la plataforma elimina de su página la campaña". Posteriormente, fue activada cuando "el organizador proporcionó algunas pruebas y colaboró", como explicaron desde la plataforma a Maldita.es.

No obstante, sirvió de argumento para alimentar teorías conspirativas relacionando la reacción cutánea con la vacuna contra la COVID-19. Pero era un bulo, como desmentimos en Maldita.es ya que, posteriormente, la propia voluntaria aseguró que no había recibido la vacuna, sino placebo y que la reacción fue provocada por un fármaco denominado ketoprofeno, como le confirmaron los dermatólogos a los que acudió.

Otro de los bulos que se difundieron y se utilizaron como argumento por antivacunas fue el que relacionaba la muerte de una cabo primera del Ejército argentino con haber recibido la vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, como explicamos en Maldita.es, también se trataba de un bulo, puesto que esta no había sido vacunada. 

En definitiva, estas teorías han puesto el foco sobre personas que han sufrido alguna dolencia o han fallecido y que han podido tener alguna vinculación con la vacuna contra la COVID-19 con el fin de justificar sus argumentos.

¿Cómo actuamos cuando estamos desinformados?

Investigadores de la Universidad de Niza y de Rennes, en Francia y de la Universidad Libre de Bruselas, publicaron un preprint el pasado mes de septiembre en el que analizaban la aparición de teorías de la conspiración en la pandemia de la COVID-19. Uno de los estudios de la investigación analizaba la relación entre las creencias en teorías de conspiración sobre la COVID-19 y la posición de las personas con respecto a las vacunas, cuando estas estuvieran disponibles. El estudio concluía que tanto los participantes que creían en teorías de la conspiración como los que mostraban una posición favorable a creer en estas, tenían una predisposición negativa a ser vacunados en el futuro, a pesar de que ninguna de las creencias conspirativas mostradas a los participantes hacían referencia al peligro de las vacunas.

Por otro lado, en Estados Unidos, ante el aumento de las llamadas a centros de emergencia por intoxicación relacionadas con la exposición a limpiadores y desinfectantes desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, los Centros para el Control y la prevención de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), decidieron realizar unas encuestas para investigar las causas. Según este estudio, alrededor de un tercio de los encuestados participaron en prácticas de alto riesgo no recomendadas con la intención de prevenir la transmisión de la COVID-19, entre las que se incluían el uso de lejía en productos alimenticios, la aplicación de productos de limpieza y desinfectantes domésticos en la piel, y la inhalación o ingestión de limpiadores y desinfectantes.

Ante estos resultados, desde los CDC advirtieron que los mensajes públicos deben continuar enfatizando las prácticas de limpieza y desinfección seguras y basadas en evidencia para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 en los hogares, incluida la higiene de las manos y la limpieza y desinfección de superficies de alto contacto. Además, hacen hincapié en la necesidad de innovar en las comunicaciones para llegar a todos los públicos.

Sesgos y emociones: cómo nos la juega nuestro cerebro

Como ya os explicamos en Maldita.es nuestro cerebro utiliza atajos mentales para simplificarnos la vida diaria, porque a veces tenemos que tomar decisiones muy rápido. Estos atajos, que se llaman heurísticos. El problema es que esos atajos nos puede llevar a juicios incorrectos o interpretaciones erróneas: esto son los sesgos cognitivos. Somos víctimas de muchos sesgos y algunos de ellos nos hacen caer en los bulos.

Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que somos seres emocionales. Aunque creamos que todo lo razonamos, en realidad tomamos decisiones en función de nuestras emociones y luego las justificamos racionalmente. A veces, esa decisión puede ser la de compartir un contenido falso por el simple hecho de que nos ha ocasionado alguna emoción que ha secuestrado nuestra capacidad de racionalizar y reflexionar sobre ella.

Ser consciente de la existencia de estos sesgos y emociones que influyen en nuestros razonamientos puede ayudarnos, pero aviso a navegantes, es muy complicado corregir los propios sesgos. ¿Por qué? Pues porque uno de los principales sesgos es el de punto ciego: somos capaces de ver los sesgos de los demás pero nos cuesta mucho reconocer los propios.


Primera fecha de publicación de este artículo: 08/02/2021

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