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MALDITA EXPLICA

Desinformaciones, datos y contexto sobre el cereal ruso y ucraniano, y su influencia en la seguridad alimentaria

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  • Ucrania y Rusia están entre los principales proveedores de cereal del mundo, y juntas exportan el 30% del grano que se consume en el mundo.
  • El Consejo de Seguridad de la ONU afirma que países en África, Asia y Oriente Medio son quienes más están sufriendo las consecuencias del bloqueo del grano ucraniano.
  • Una investigación de la BBC afirma que Rusia está robando trigo ucraniano para comerciar con él. Rusia lo niega y la ONU sostiene que de momento no puede verificarse.
  • Rusia culpa a Estados Unidos, Canadá y Suiza, así como a la Unión Europea y a Ucrania del bloqueo del cereal y el alza de precios. La UE dice que es responsabilidad de Rusia y que las sanciones europeas no se imponen sobre el fertilizante y el trigo.

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Desde la invasión rusa de Ucrania, uno de los temas de los que más se ha hablado es de los riesgo para la seguridad alimentaria en el mundo y la posibilidad de que se desencadene una hambruna global. ¿Es España el “verdadero granero de Europa” y tiene más hectáreas de cereal sembradas que Ucrania? ¿Son Canadá, Suiza y Estados Unidos los responsables de la subida del precio de los alimentos? ¿Ha pedido la Comisión Europea que no se compre el trigo que está siendo supuestamente robado a Ucrania y vendido por Rusia? El clima de crispación y versiones contradictorias entre Rusia, Ucrania, la UE y el resto de actores implicados han dado pie a que circulen desinformaciones sobre las reservas de cereal de Rusia y Ucrania, y sobre qué supone para el resto del mundo que estén bloqueadas.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, reprochó al Kremlin usar el suministro de alimentos “como un misil furtivo contra los países en desarrollo”, y declaró que esto estaba haciendo “subir los precios de los alimentos, empujando a la gente a la pobreza y desestabilizando regiones enteras”. Michel afirmó que Rusia era “la única responsable de esta crisis alimentaria, a pesar de su campaña de mentiras”. Desde la Federación Rusa niegan su implicación en estos fenómenos y acusan a Ucrania y a la Unión Europea de estar dificultando la exportación de trigo a otros países. Además, niegan estar apropiándose de las reservas de cereal ucranianas para comerciar con ellas. Una investigación posterior de la BBC sostiene que Rusia sí que se está apropiando del grano ucraniano, y un reportaje reciente El País también apoya la hipótesis del trigo robado.

Ucrania y Rusia están entre los principales exportadores de cereal y los que más hectáreas dedican a su cultivo

Un vídeo difundido en redes sostiene que Ucrania no es el granero de Europa, sino que lo es España explicando que, supuestamente, “mientras Ucrania tiene 175.000 hectáreas de cereal sembradas, España tiene 5.540.000”. Sin embargo, estas cifras mezclan cantidades que se refieren a cosas distintas. Las 175.000 hectáreas ucranianas se refieren a la cosecha de trigo (no de todos los cereales) del país que correspondía a la temporada de primavera de 2022 (no todo el año), según unas declaraciones que se atribuyen a Michael Lee, director de Green Square Agro Consulting (véase 1 y 2). El viceministro primero de Política Agraria y Alimentación ucraniano, Taras Vysotskiy, habló oficialmente de 150.00 hectáreas, según informa Reuters. Por su parte, las 5.540.000 hectáreas españolas se acerca más a la superficie total de cereal (no únicamente trigo) que se siembra de media en España (según el Ministerio de Agricultura, unos 6 millones de hectáreas).

Según el Banco Mundial, que actualizó sus datos por última vez en 2018, la Federación Rusa cultivó ese año 41.983.108 hectáreas de cereal (trigo, arroz, maíz, cebada, avena, centeno, mijo, sorgo, trigo sarraceno y mezcla de cereales), y Ucrania, 14.242.355 hectáreas. Según estos mismos datos, España cultivó ese año 5.989.227 hectáreas (menos de la mitad de las hectáreas sembradas por Ucrania). Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ucrania es el segundo suministrador de maíz a España (por detrás de Brasil), con una media de 2,7 millones de toneladas por temporada. Además, España le compra 233.000 toneladas de torta de girasol (68% del total). Estos productos influyen directamente en la fabricación de piensos para animales.

Hectáreas de cereal cultivadas en Rusia, Ucrania y España en 2018, según el Banco Mundial.

El Consejo de Seguridad de la ONU dice que países de África, Asia y Oriente Medio son quienes más están sufriendo las consecuencias del bloqueo del cereal ucraniano y ruso

En una reunión del Consejo de Seguridad el 19 de mayo en torno al tema de la “Seguridad Alimentaria”, David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, señaló que antes de la guerra Ucrania suministraba alimentos a más 400 millones de personas. Beasley también afirmó que 36 países importaban más del 50% de su grano de Ucrania. Un informe publicado tras una reunión de los Ministros de Agricultura del G7 señala que “en 2021, las exportaciones de trigo de la Federación Rusa y Ucrania suponían en torno al 30% del mercado global”. Además, en su página 4 declara que “casi 50 países dependen de la Federación Rusa y Ucrania para, al menos, el 30% de sus importaciones de trigo. De estos, 26 países reciben más del 50% de sus importaciones de trigo de estos dos países”.

En el debate posterior a la reunión del Consejo de Seguridad, distintos oradores advirtieron de que los países de África, Asia y Oriente Medio se enfrentan a una situación cada vez más grave, destacando el riesgo de hambruna que supone el bloqueo de las exportaciones de grano ucraniano. The New York Times explicaba que Kiev solía exportar el 40% de su trigo y su maíz a África y a Oriente Medio, que se había consolidado como principal proveedor de maíz de China y que países como Egipto o Turquía importaban el 70% de su trigo de Ucrania y Rusia. Además, Líbano compraba a Ucrania más de la mitad del trigo que consumía.

Según el Observatory for Economic Complexity (OEC), en 2020, Ucrania asumió un 8,14% de las exportaciones mundiales de cereales, sólo superada por Rusia (8,95%) y Estados Unidos (15,7%). De ese total de exportaciones ucranianas, China adquirió un 17,7%, seguida por Egipto (16,5%), Indonesia (5,24%) y España (5,3%). Según datos del Departamento de Estado de EEUU, en 2021/2022, Egipto se convirtió en el principal importador de trigo en el mundo. Según afirmaba Bloomberg, Rusia y Ucrania han provisto a este país con más del 80% de sus importaciones de trigo en los últimos cinco años.

Captura del porcentaje de exportaciones globales de cereales en 2020 y los principales importadores de cereales de Ucrania en este mismo año, según el OEC.

Lo que se sabe sobre el supuesto robo de cereal ucraniano por parte de Rusia

Durante la cita del Consejo de Seguridad Antony J. Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, afirmó que el suministro de alimentos para millones de ucranianos y otros millones de personas en todo el mundo había sido “literalmente secuestrado por los militares rusos". Lo apoyó el representante de Ucrania, Serhii Dvornyk. Rusia negó que estuviera bloqueando las exportaciones agrícolas de Ucrania. Además, representante de la Federación Rusa ante la ONU, Vasili A. Nebenzia, insinuó que, supuestamente, Ucrania “pagaba” en grano para conseguir armas occidentales, y acusó a Europa de, supuestamente, “acaparar” el grano ucraniano.

Posteriormente, Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, afirmó el 7 de junio que Naciones Unidas “estaba al corriente de los reportajes periodísticos” sobre el supuesto robo ruso de cereal ucraniano, pero que de momento “no había forma de verificar estas acusaciones” y que se encontraban en contacto con el Programa Mundial de Alimentos para resolverlo.

La BBC publicó recientemente una investigación en la que señalaba que "había múltiples evidencias de que las fuerzas rusas en las zonas ocupadas de Ucrania han estado robando sistemáticamente cereales y otros productos de los agricultores locales" y rastreaba qué hacía Rusia con el grano que supuestamente robaba. Como resultado, la BBC concluía que, pese a la dificultad de rastrear envíos individuales de este grano robado, había “múltiples evidencias de que la mayoría iba a Crimea (ocupada por Rusia)” y detectó más de 350 camiones en el cruce de Chongar. Reuters afirmaba el 9 de mayo que “más de 20 millones de toneladas de grano estaban atrapadas en silos ucranianos desde que Rusia invadió el país y bloqueó sus puertos”. Desde Maldita.es no hemos podido verificar esto de manera independiente. El País también ha publicado un reportaje en el que ha identificado “al menos una veintena de buques de Rusia y sirios que apagan sus sistemas de navegación para no ser detectados mientras cargan ilegalmente el grano de los territorios ocupados en Ucrania”.

La Comisión Europea ha pedido a sus socios que “no adquieran nada que haya sido saqueado por los rusos del territorio ucraniano”

Varios contenidos difundidos en redes sostienen que la Comisión Europea llamó el 9 de junio a los países a "rechazar comprar trigo que está siendo robado a Ucrania y vendido por Rusia" (véase 1, 2). Días antes, el portavoz del secretario general de la ONU había afirmado que “no había forma de verificar estas acusaciones”. Por su parte, diferentes medios de comunicación han publicado varias investigaciones al respecto.

Las declaraciones a las que se refieren los contenidos difundidos aluden a una sesión de “Preguntas y Respuestas” de Peter Stano, Portavoz principal de la Comisión Europea de Asuntos Exteriores, ofrecida de manera online el 9 de junio. En ella (minuto 01:55) Stano afirma que “saben que, además de destruir los campos y las reservas de trigo ucraniano, Rusia también está saqueándolas”. Además, añade que estaba en conocimiento de la Comisión que Rusia estaba tratando de dirigir estas reservas “tanto hacia Rusia como exportarlas a terceros países”. Finalmente (minuto 02:26) explica que “por supuesto, como Unión Europea, estamos pidiendo a todos nuestros socios que cualquier cosa que compren sepan de dónde procede y que no adquieran nada que sepan que ha sido saqueado por los rusos del territorio ucraniano”.

La opinión de los expertos sobre la batalla de narrativas ante quién es el ‘responsable’ del bloqueo del cereal y el alza de precios

Dentro de la batalla de narrativas ante la amenaza de una hambruna global, el presidente de la Duma Estatal de Rusia, Vyacheslav Volodni, dijo recientemente que “Estados Unidos, Canadá y Suiza eran los tres países no amistosos que habían desencadenado el actual aumento de los precios de la energía y los alimentos”. El representante de la Federación Rusa ante la ONU, Vasili A. Nebenzia, señaló la supuesta “especulación en los mercados de futuros de alimentos” como una de las causas de estos sucesos, así como las “sanciones económicas unilaterales”.

El Servicio Europeo de Acción Exterior publicó un comunicado respondiendo a estas acusaciones en el que indicaba que “contrario a la desinformación rusa” el bloqueo del cereal y la subida de precios no se debían a sanciones de la UE, sino a “las propias acciones del Gobierno ruso”. También citaba “el bloqueo de puertos ucranianos, la destrucción deliberada de las instalaciones agrícolas ucranianas y las restricciones impuestas a sus propias exportaciones de productos agrícolas y fertilizantes”. La UE también ha señalado que los fertilizantes y el trigo rusos, y de manera general, los productos agroalimentarios no están sujetos a prohibiciones y no se incluyen en las sanciones. Además, la UE acusa a Rusia de “desinformar” sobre esto. Maldita.es se ha puesto en contacto con diferentes expertos para conocer su interpretación de estos hechos.

Ignacio Gómez, experto en bolsas y mercados de capitales, afirma que suprimiría la palabra “culpable” en este tema y utilizaría en su lugar “causas”. En lo referente al petróleo, Gómez indica que “el precio de una materia prima tan global es el resultado de miles de decisiones de productores, reguladores, consumidores, gobiernos, etc.”. Sin embargo, señala que en los casos de el gas natural y algunos alimentos (como los cereales, principalmente) las causas están más concentradas y se puede usar la palabra “culpable”, aunque “con matices”.

Gómez indica que, en el crudo petrolero, lo primero que debemos considerar es que ya antes de la guerra el equilibrio oferta-demanda estaba muy ajustado y el precio comenzó a subir a principios de 2021. En este contexto, señala, la guerra ha trastornado, más que cambiado, el equilibrio oferta-demanda, ya que el petróleo que Rusia no vende ahora a Europa puede venderlo a terceros países, sobre todo India y China (que no se han unido a las sanciones contra Rusia). Por toda esta complejidad, expresa, “es difícil hablar de culpables”, aunque “si Rusia no hubiera iniciado la guerra los precios serían algo menores”, pero esto implicaría también que los países occidentales no hubieran puesto sanciones. En el caso del alza del precio del gas, Gómez señala que “es una situación mucho más simple”, ya que Europa no tiene gas propio (a excepción de Holanda, aunque con niveles muy bajos) y muchos países son dependientes del gas ruso. En este caso, Gómez opina que “quizás sí podemos decir que Rusia es ‘culpable’” al “cerrar el grifo artificialmente”, aunque señala que a su juicio también Europa (a través de la Comisión) ha sido “irresponsable al amenazar desde una posición de debilidad”.

En lo relativo a la subida del precio de los alimentos, Gómez explica que el problema de la producción perdida o inexportable de cereales en Ucrania, y en menor medida de Rusia, “se corregirá automáticamente en 2023, ya que los agricultores americanos, canadienses, europeos y de otros países aumentarán fácilmente la producción de la próxima cosecha”. Sin embargo, advierte de que las consecuencias pueden ser “muy graves” para países importadores como Egipto, dado el rol fundamental de Rusia y Ucrania como exportadores globales de cereal. Gómez afirma que “la causa del aumento del precio es la guerra, y por tanto sí que creo que puede decirse que Rusia es ‘culpable'''. Explica también, en relación a las declaraciones de Nebenzia sobre los mercados futuros, que “echarles la culpa es como culpar al termómetro cuando tenemos fiebre”, ya que lo que hacen estos mercados es recoger las consecuencias de las acciones de los distintos agentes (básicamente, productores y consumidores).

Carlos Joaquín Durán Guinot, experto en inteligencia competitiva, análisis económico y de tecnologías del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), expresa que “la fuerza básica y que con grandísima diferencia impulsa al alza los precios es simplemente la reducción de la oferta derivada de la guerra”. Es decir, aunque en situaciones como ésta en la que existen tensiones en los mercados surgen “disfunciones especulativas y otros fenómenos que pueden alterar artificialmente los precios y complicar más la situación”, señala Durán, “el problema de base es la limitación de la oferta señalada”.

Otros expertos consideran que ambas narrativas, si bien con matices, son correctas. Rubén Garrido Yserte, explica que las sanciones europeas han tenido especial cuidado en “no ‘estrangular’ su propia economía”, pero esto no quiere decir que no generen problemas de suministro en Rusia que pueda afectar a su producción, como se discutía recientemente un informe de la OCDE. En lo que respecta a la alimentación, Garrido expresa que es una situación “muy seria” ya que “no se trata sólo de escaladas de precios por el bloqueo ruso a la salida por mar del cereal, sino porque para algunos países las exportaciones de Ucrania y Rusia son esenciales (sobre todo, países africanos y de Oriente Medio)”. En este sentido, Garrido señala que cree que “lo más correcto sería hablar de poblaciones perdedoras de la guerra”.

Por último, Fernando Delgado, experto en macroeconomía y economía financiera, también considera que “ambas posiciones llevan parte de razón”, y a la vez, señala, “ninguna de las dos cubre otros aspectos macroeconómicos que se encuentran detrás del rapidísimo incremento de los precios”, como la “enorme” inyección de liquidez efectuada por los bancos centrales del mundo en los años previos. De esta forma, “con o sin Rusia”, Delgado sostiene que “estaba claro que, antes o después, íbamos a tener una inflación considerable”. El experto afirma que la guerra en Ucrania “sólo ha acelerado y exacerbado el proceso”, mediante la destrucción de las expectativas de inflación por una parte, y la exacerbación de los problemas en las cadenas de suministros (que ya habían aparecido como consecuencia de la pandemia) por otra.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Ignacio Gómez, Carlos Joaquin Duran Guinot, Rubén Garrido Yserte y Fernando Delgado.

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