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¿Kyiv o Kiev? La campaña iniciada en 2018 para promocionar los nombres de las ciudades en ucraniano

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Las personas que estén siguiendo la invasión de Rusia a Ucrania estarán familiarizándose con las localizaciones geográficas en las que ocurren los ataques y sucesos: la capital, la segunda urbe con más habitantes o la apodada ‘Perla del mar Negro’. Nos referimos a Kiev, Járkov y Odessa, los nombres en ruso de estas ciudades; que en ucraniano se escriben Kyiv, Járkiv y Odesa.

La denominación que reciben estas urbes tiene unas connotaciones políticas relacionadas con la invisibilización de la lengua ucraniana durante la época soviética y con una reivindicación de Ucrania como estado soberano e independiente de la extinta URSS.

El ucraniano es la lengua oficial y mayoritaria en el conjunto del país según diferentes fuentes, como la encuesta del Centro de Estudios Políticos Razumov en 2015 (60% lo consideran su lengua materna, aunque no encuestó a ciudadanos de Crimea, Donetsk y Luhansk) o el censo de lenguas de Ucrania de 2001 (32,5 millones de hablantes, el 68%). Por otro lado, el ruso es la lengua materna mayoritaria en regiones como Crimea, Lugansk y Donetsk y un porcentaje importante de la población usan tanto el ucraniano como el ruso en su vida diaria.

#CorrectUA, el origen de la promoción de los nombres de ciudades en ucraniano

El origen de que se dé a conocer la grafía ucraniana de las urbes de este país y se opte por este idioma en lugar del ruso tiene su origen en #CorrectUA, una campaña iniciada en 2018 del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania para promocionar la grafía de las ciudades en ucraniano.

Esta campaña recoge el trabajo previo del Gobierno de Ucrania, que en 2010 aprobó un sistema de romanización de nombres geográficos. Esto es, un conjunto de reglas sobre cómo se deben transformar los nombres de localizaciones geográficas del idioma ucraniano, que emplean el alfabeto cirílico (al igual que el ruso, el búlgaro o el kazajo) al alfabeto latino, para así poder redactarlas y pronunciarlas de la manera más precisa posible.

Junto a estas reglas, el Ministerio de Exteriores ucraniano solicitó públicamente que los países y organizaciones revisaran cómo habían transformado los nombres geográficos de Ucrania y actualizaran estas grafías respetando el nombre en ucraniano en lugar de seguir usando el ruso, que se empleaba cuando este país formaba parte de la Unión Soviética.

“Ucrania ha sido una nación independiente y soberana durante más de 27 años, pero las versiones de la era soviética de muchos nombres geográficos persisten obstinadamente en la práctica internacional”, afirma la página web de la campaña del ministerio, agregando que muchas representaciones de ciudades, regiones y ríos “cogen su nombre en ruso, en lugar del ucraniano”.

Así, la campaña recogía algunos ejemplos de nombres geográficos escritos en ruso y la forma de adaptarlos a la grafía ucraniana: Kyiv por Kiev, Lviv por Lvov, Odesa por Odessa, Kharkiv por Kharkov (en español, Járkiv por Járkov), entre otros.

El Gobierno ucraniano defendía esta campaña basándose en que, durante los años del Imperio Ruso y la URSS, “la rusificación fue una herramienta para extinguir la identidad nacional, la cultura y la lengua de cada país”. En el contexto en el que comenzó la campaña, el Ejecutivo de este país denunciaba que con los conflictos de Rusia contra Ucrania, incluyendo la ocupación de Crimea, estaban “experimentando de nuevo la rusificación como una táctica que intenta desestabilizar y deslegitimar” su país.

A esta campaña de nombres le acompañó #KyivNotKiev, una campaña específica dedicada a que la comunidad internacional reconociera el nombre en ucraniano de la capital de este país y optara por emplear esta grafía en lugar de la rusa. Estaba orientada concretamente  a medios de habla inglesa como NYTimes, la BBC o la agencia Reuters.

Post de Facebook del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania sobre la campaña #KyivNotKiev.

¿Cómo referirse a estas ciudades en castellano?

Cuando se plantean debates sobre cuál es la forma ‘correcta’ de escribir, hay que dejar claro que las lenguas no son leyes, normas o estamentos rígidos. Instituciones como la Real Academia Española (RAE) o la Fundación del Español Urgente (Fundéu) son responsables de registrar cómo se habla el español a día de hoy (en el diccionario de la RAE) y de establecer orientaciones, y no obligaciones, sobre cómo hablar y escribir la lengua. Como señala el exdirector de la Academia Española, Darío Villanueva, “la RAE no cambia la lengua, sino que lo hace el hablante en conjunto”’.

Dicho esto, ¿en qué sentido se orientan las recomendaciones actuales para referirse a las ciudades ucranianas? El diccionario panhispánico de dudas tiene una entrada dedicada a los topónimos y ofrece una orientación sobre la forma gráfica más adecuada en español. Esta guía tiene en cuenta diferentes criterios que son aplicables a los casos de ciudades ucranianas: “Transcripción y adaptación a las normas ortográficas del español; aceptación de grafías no adaptadas pero asentadas en el uso; y reconocimiento de los cambios de denominación oficial sin renunciar, cuando existen, las formas tradicionales plenamente vigentes”.

Así, el perfil de Twitter de consultas lingüísticas a la RAE (@RAEinforma) explica que el topónimo que tradicionalmente se usa en español para la capital ucraniana es ‘Kiev’ “basado en la transcripción de la forma rusa Киев, documentado por primera vez en 1834 y que también usó Juan Valera en su correspondencia a mediados del s. XIX”. A su vez, plantea que la forma en ucraniano Kyiv (que proviene de Київ) contiene una grafía que no es adecua a la ortografía española, “pues contiene una «y» con valor vocálico en interior de palabra”. De ahí, la academia española opta por recomendar la grafía en ruso Kiev “para dar estabilidad al léxico toponímico”.

Pero, como decimos, esto no es más que una mera recomendación. Magí Camps, filólogo y periodista de La Vanguardia, explica en este artículo que han optado por reivindicar y emplear la grafía en ucraniano (Kyiv): “Es evidente que las circunstancias actuales nos empujan a ponernos del lado del pueblo ucraniano y, por lo tanto, a usar la forma que más se acerca a su pronunciación”. El diario francés Libèration también ha hecho suya esta reivindicación y publicó una noticia detallando que comenzará a nombrar tanto a la capital ucraniana como a otras ciudades por su grafía en ucraniano: Kyiv en lugar de Kiev, Kharkiv en lugar de Kharkov, Lviv en lugar de Lvov.

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