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Las probabilidades de que un teléfono móvil pueda explotar o provocar un incendio son muy bajas, pero desgraciadamente a veces sucede. Esto puede llegar a pasar si el móvil se expone a altas temperaturas, se carga de forma excesiva y se sobrecalienta demasiado. Aunque no es algo común, en esos casos lo que puede sufrir daños y explotar es la batería. Lo mejor para evitarlo es no ignorar el aviso de sobrecalentamiento y usar buenos cargadores (y poner el móvil a cargar en una superficie poco inflamable).
La batería de un móvil puede explotar si está defectuosa, no es la original, se usa un cargador inadecuado o se expone a altas temperaturas
“Las causas de explosión (de la batería realmente, que es la única parte del teléfono que podría hacerlo) están siempre relacionadas con baterías defectuosas, utilizar baterías no originales del fabricante, utilizar cargadores no recomendados o, se me ocurre, también una exposición a elevada temperatura. Y aun así, lo más probable sería que la batería se hinchara más que explotar”, sintetiza a Maldita.es Ricardo Fuente, ingeniero de telecomunicaciones y experto en electrónica y telefonía móvil.
El riesgo está en el material con el que se fabrica la batería del móvil. El experto en hardware e ingeniero de software Benito Vivancos Cayuela explica a Maldita.es que la mayoría de los móviles actuales funcionan con baterías de iones de litio que, al sobrecalentarse, pueden desencadenar una reacción química en cadena que puede provocar una chispa, que la batería se inflame o incluso explote, ya que se trata de un material muy sensible. “Los componentes químicos que conforman una batería son mucho más sensibles a los cambios de temperatura”, aclara Vivancos.
Por eso, nuestros móviles deben venir de fábrica preparados para evitarlo. “Por regulación, los fabricantes incluyen salvaguardas suficientes para que esto no pase”, indica Alejandro Córcoles, experto en ordenadores. Algunas de estas medidas serían el bloqueo de la interfaz o que se interrumpan algunos programas cuando el dispositivo alcanza una temperatura extrema. “Aunque sea una posibilidad [que suceda una explosión], no es nada normal, y cuando ha pasado ha sido por defectos de fabricación o falta de control de calidad”, añade Vivancos.
Para evitar riesgos de explosión, debemos evitar que el móvil se sobrecaliente, cuidar el proceso de carga y hacerlo sobre una superficie no inflamable
¿Qué podemos hacer nosotros para evitar el riesgo de sobrecalentamiento y explosión? Vivancos aconseja en primer lugar seguir las recomendaciones y mantenimiento de tu dispositivo. Por ejemplo, no es buena idea ignorar el aviso de sobrecalentamiento, porque en ese caso puede dañarse el hardware y afectar a sus componentes internos (como la batería o el procesador), que pueden acabar sufriendo un fallo.
El propio cargador y el proceso de carga también pueden ser factores de riesgo. Lo ideal es usar cargadores de calidad adecuados para nuestro móvil (tira ya ese cargador que tiene el cable pelado) y no abusar de la carga rápida, ya que puede provocar un sobrecalentamiento más alto que un cargador normal. Si notamos que el sobrecalentamiento se está produciendo mientras cargamos el móvil, hay que desconectarlo del cargador: “La carga genera calor y hacerlo cuando el teléfono ya está caliente puede agravar el problema y dañar la batería o incluso el móvil por completo”, incide Vivancos.
También podemos configurar el proceso de carga de la batería para que sea óptimo. Entramos en el apartado Ajustes en nuestro teléfono, después en Batería y (si la tenemos) seleccionamos la opción ‘Carga inteligente’. Esta se activará cuando carguemos el teléfono durante mucho tiempo o por la noche para repartir la carga a lo largo del tiempo.
Por si todo fallara, hubiera un problema con el teléfono y la batería explotara, lo mejor es no poner el móvil a cargar en una superficie que se incendie fácilmente y en la que el fuego se pueda extender rápidamente. Por ejemplo, mejor dejarlo cargando sobre una mesa o un mueble que sobre un sofá o sobre la cama.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes el maldito Benito Vivancos Cayuela, ingeniero en software y experto en hardware, y el maldito Alejandro Córcoles Briongos, experto en ordenadores e informática.
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