Entras a TikTok. Te topas con un usuario que está emitiendo un vídeo en directo (o live) mientras juega a videojuegos y que promete a los espectadores que, si consigue más de un millón de ‘me gusta’ en ese live, habilitará un cofre con 80 monedas. Añade que si pagan para mandar tantos regalos como pida, habilitará un segundo cofre con 300 monedas extra. Miles de espectadores interactúan en este directo para alcanzar el objetivo. Gastan tiempo, y en algunos casos dinero, para tener alguna posibilidad de acceder a esas monedas, aunque es casi imposible ser la primera persona en abrir ese cofre y conseguir el “premio”.
Los expertos consultados por Maldita.es explican que este sistema de cofres de TikTok utiliza estrategias similares a las máquinas tragaperras que, por ejemplo, usan dibujos, colores y música similares. Advierten de que es un modelo que puede crear adicción a los espectadores: sigue el principio de condicionamiento, por el que los espectadores realizan una acción (mandar un regalo para conseguir el objetivo y desbloquear el cofre) motivados por una recompensa que no tienen asegurada (monedas virtuales).
Los cofres en los directos de Tiktok funcionan por el principio de estímulo y recompensa
Para que los espectadores puedan acceder a uno de estos cofres, el usuario que emite en directo (que tiene que ser mayor de edad) establece un objetivo, que puede ser desde conseguir un número determinado de likes o espectadores hasta recibir una serie de regalos. El primer supuesto no implica un coste económico para los espectadores, que tienen que permanecer en el directo y presionar la pantalla continuamente para dar like.
En cambio, en el segundo caso, los usuarios que están conectados a este live sí tienen que gastar dinero en los regalos (figuras de objetos o animales que se intercambian por monedas virtuales, que se consiguen ingresando dinero en el perfil de TikTok). Únicamente los usuarios mayores de 18 años pueden enviar regalos y utilizar las monedas virtuales dentro de la plataforma.
Vamos a centrarnos en el segundo supuesto: el espectador manda una moneda (a través de un regalo), le da a un botón (con forma de cofre) y espera el premio (más monedas virtuales). Pero este premio no está asegurado: solo accede a él la primera persona en abrir el cofre. Todos los usuarios que estén viendo esa retransmisión en directo pueden acceder al “premio” que esconden estos cofres. Esto hace que cuántas más personas haya conectadas, más difícil es conseguir las monedas. Este es, en resumen, el funcionamiento de los cofres en los directos de TikTok.
Y, en este caso, entra en juego “el principio más básico por el cual los animales aprendemos: condicionamiento”, explica a Maldita.es Aurora Gómez, psicóloga especializada en comportamientos digitales. En psicología, el condicionamiento es un tipo de aprendizaje donde uno asocia ciertos estímulos con respuestas automáticas. Básicamente, la idea de este principio es que si un comportamiento se refuerza con estímulo positivo, es más probable que se repita.
Por ejemplo, en los experimentos de B.F. Skinnera, las palomas aprendieron que, al presionar una placa que emitía luz, recibían comida, por lo que repitieron esta acción muchas veces.“En este caso, lo que te engancha (el condicionamiento) es la expectativa de conseguir una recompensa”, explica la psicóloga. Lo mismo sucede con las loot boxes o cajas de recompensa en los videojuegos.
Bayta Díaz, psicóloga especialista en adicciones conductuales y vicepresidenta de la Asociación Madrileña para el Estudio y Tratamiento de las Adicciones Conductuales (AMETAC), también relaciona el funcionamiento de los cofres en los directos de TikTok con los juegos de azar, como las máquinas tragaperra o la lotería. Estos sistemas se basan en los “refuerzos intermitentes” que, en palabras de la experta, “consiste en premiar de forma aleatoria cuando el individuo realiza una conducta concreta”. Además, añade, “cuantas más veces la repita, mayor es la probabilidad de que sea premiado”.
Utilizan estrategias similares a las máquinas tragaperras y pueden ser adictivos, especialmente para los menores
Ambas expertas coinciden en que este sistema de cofres comparte estrategias similares con las de las máquinas tragaperras. Utilizan figuras (incluso animadas), gran variedad de colores y sonidos, elementos que resultan atractivos para los espectadores. Aurora Gómez, psicóloga especializada en comportamientos digitales, los define como “estímulos agradables”. Y lo que persiguen, según explica la psicóloga, es que “se repita el comportamiento con más frecuencia”.
Díaz asegura que el diseño de estos cofres, dentro este tipo de sistemas de recompensa, con colores, animaciones y sonidos llamativos, busca “atraer la atención de población joven”. Aunque, en palabras de la psicóloga experta en adicciones conductuales, lo que probablemente más atraiga el público sea “la posible recompensa a cambio de cantidades que en principio son de escasa importancia” y “la excitación generada por ser el primero en tocar el cofre”.
Además, los usuarios que emiten vídeos en directo en esta plataforma utilizan el modelo de los cofres para obtener regalos (que más tarde pueden convertir en dinero). Y, para invitar a los espectadores a unirse a sus directos, publican vídeos en su perfil. Generalmente, en esos vídeos les prometen que conseguirán monedas. Incluso muestran comentarios de supuestos testimonios de personas que han conseguido abrir uno de estos objetos a tiempo y han sido recompensados con centenares de estas monedas virtuales.
Estos cofres, como los juegos de azar, “tienen mayor potencial adictivo que otras conductas en sí mismas reforzantes”, según explica Díaz. La promesa de una recompensa mayor, asegura, “favorece que al usuario no le importe hacer pequeños gastos”. El problema de estas conductas radica en que es fácil que se pierda la noción de cuánto estamos gastando o “tendemos a minimizar las cantidades ‘invertidas’”.
Y es todavía más peligroso si los usuarios son menores de edad. Según el portal estadístico Statista, en 2023, el 22% de los usuarios con cuenta en TikTok España tenían entre 12 y 17 años. Recordamos que la edad mínima para crear una cuenta en esta aplicación está fijada en 13 años, pero es bastante fácil mentir por lo que los menores también podrían estar expuestos a estos sistemas de recompensa. “Nos preocupa especialmente, el riesgo de este tipo de prácticas para población vulnerable como los jóvenes y menores que utilizan las redes sociales sin supervisión”, asegura Díaz.