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MALDITA TECNOLOGÍA

Tech en un clic: dentro de una app de videollamadas sexuales, una promesa laboral para chicas jóvenes, con riesgos

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¡Feliz sábado, malditas y malditos! Por aquí seguimos de resaca emocional después de haber recogido el premio que nos concedió la Agencia Española de Protección de Datos (¡gracias de nuevo!), pero ahora nos toca ponernos serias porque esta semana os vamos a hablar de una investigación que hemos publicado. El tema es delicado y nos parece muy importante.

Hay vídeos en redes sociales que animan a chicas jóvenes, sin comprobar su edad, a trabajar en apps de videollamadas con extraños que les acabarán pidiendo contenido sexual, lo que además implicará riesgos para su privacidad y ciberseguridad. Te lo hemos soltado en unas líneas, pero hay mucha tela que cortar. Vamos con la historia condensada en la newsletter de hoy, pero te animamos encarecidamente a leer la investigación completa aquí

Promesas de dinero fácil para chicas jóvenes que acaban en videollamadas sexuales

“¿Quieres generar hasta 400 dólares semanales siendo streamer? Quédate en este vídeo que es para ti”. “Trabaja conmigo como streamer para que no te falte nunca el dinero”. Este es el tipo de promesas que hacen cientos de vídeos en redes sociales como TikTok e Instagram. Detrás están las autodenominadas “agencias de streamers”, que tratan de “reclutar” nuevas chicas para que trabajen participando en videollamadas.

En estos vídeos no se menciona que estas videollamadas incluirán contenido sexual, “erótico y explícito” a demanda del usuario que pague por él. Buscan mujeres de entre 18 y 39 años, pero en ningún momento se verifica que sean mayores de edad. Tampoco se especifican las condiciones laborales ni hay contrato de ningún tipo.

Además, las chicas podrán cobrar solo cuando alcancen la meta que les impongan sus administradoras y lo harán en monedas virtuales a través de plataformas como Binance. Hemos conocido el testimonio de una chica cuya administradora desapareció y no llegó a ver el dinero.

Qué pasa dentro de esas apps: horas de contenidos explícitos “a medida” a cambio de monedas virtuales

En Maldita.es hemos hablado con las dueñas de dos de estas “agencias”. Dicen que tienen a cientos de chicas trabajando en estas apps, aunque no nos han enseñado nada que lo corrobore. También hemos llegado hasta la fase de capacitación para darnos de alta en las aplicaciones para investigar el proceso y hemos hablado con dos streamers. Para las chicas, trabajar en aplicaciones de videollamadas significa estar conectada horas y horas cada día ofreciendo “todo lo que pide el cliente”. Todo es todo.

Existen diferentes aplicaciones de videollamadas, como Camstar o Suki. Hemos accedido como usuario a Candy Chat, la más popular en redes sociales que además está disponible en las tiendas de aplicaciones, al alcance de cualquier móvil (otras no lo están y se llega a ellas por una vía más complicada, a través de una aplicación que permite tener apps en modo beta).

Entrar como usuario es demasiado sencillo. Solo hay que descargar la app y crear un perfil. Tendremos que marcar nuestras preferencias sexuales, aunque de forma predeterminada nos aparece “hombre que busca a mujer”. Esta aplicación no tiene un control de acceso que bloquee la entrada de menores y solicita monedas virtuales para cualquier tipo de interacción con las streamers, incluidos los mensajes de texto.

Las apps tienen control sobre datos como nuestra localización y contraseñas, y no cumplen requisitos legales

Las videollamadas son “públicas” durante su primer minuto. Eso quiere decir que el resto de usuarios que esté en ese momento en la aplicación podrá unirse y ver la llamada. Pasados esos 60 segundos, se vuelve privada. En ese momento ya se podrá ofrecer cualquier tipo de contenido “sensual, erótico y sexual explícito” que, según las administradoras, no se puede grabar. Pero, ¿de verdad no se puede? En redes sociales hemos encontrado algunos perfiles en los que se denuncian supuestos casos de chantajes y también publicaciones en las que supuestamente hay grabaciones que han ocurrido durante las videollamadas.

Este no es el único riesgo para la privacidad. Al descargar y acceder a estas aplicaciones tenemos que dar permiso para instalar otras apps, hacer llamadas telefónicas sin el consentimiento del usuario y conocer nuestra localización exacta. También damos control de la red wifi y bluetooth y la posibilidad de usar overlays. Esto son ventanas que se pueden mostrar sobre otras aplicaciones y ser transparentes, es decir, que pueden ver lo que hacemos con el móvil. 

Saber dónde están ubicadas o de dónde provienen estas aplicaciones es muy complicado, pero podría ser China. La pregunta del millón a estas alturas: ¿todo esto es legal? No cumplen con los requisitos mínimos para operar en España: carecen de aviso legal, la política de cookies es inexistente, no se identifican legalmente y no tienen una política de privacidad adecuada ni información relativa a la protección de datos de carácter personal.

Estas apps fomentan la exposición sexual y banalizan las relaciones

Las agencias de streamers y las aplicaciones de videollamadas han generado un fenómeno social del que encontramos mucho, mucho contenido en redes sociales. Prometen hacerte ganar dinero fácilmente y captan a chicas, aprovechándose de su situación económica, lo que estandariza el porno y la prostitución. Todo a través de algo tan simple y tan próximo como un teléfono móvil. No hay controles de edad, y si estos contenidos se empiezan a consumir desde muy jóvenes podría afectar a la forma en la que nos relacionamos.

Aquí te dejamos de nuevo la investigación completa, que incluye capturas de pantalla de conversaciones reales, imágenes y vídeos que ayudan a entender mucho mejor el alcance de esto. También hemos hecho un programa especial en Twitch en el que hablamos de la investigación desde dentro y de los riesgos de estas apps que puedes ver aquí, y lo hemos contado en Aragón Radio y en nuestro podcast, Maldita la hora

Gracias por leernos. Si te ha parecido interesante, te agradecemos que compartas esta investigación con tus amigos y familiares. Cuanta más información haya sobre este tema, más conocimiento habrá sobre sus riesgos. Porque, como siempre decimos en Maldita, juntos y juntas es más difícil que nos la cuelen.

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