ChatGPT cumple su primer año de vida. El 30 de noviembre de 2022 OpenAI lanzó al público su chatbot basado en GPT (las siglas de Generative Pretrained Transformer, que se podría traducir como transformador generativo preentrenado), un programa basado en inteligencia artificial (IA) capaz de respondernos a casi cualquier cosa que le planteemos o le pidamos que haga. En este tiempo la herramienta no ha parado de ganar usuarios y ya supera los cuatro millones en España, según La Vanguardia. Por el camino ha superado algunas de sus limitaciones: ya no se queda solo en información anterior a 2021 y es capaz de interpretar audio e imágenes, entre otras cosas. Pero aún quedan muchas incógnitas por resolver en materia de protección de datos, la regulación de la IA y las idas y venidas de Sam Altman de una de las empresas claves para el futuro de esta tecnología. Lo abordamos en la Maldita Twitchería Tecnológica.
ChatGPT ha evolucionado en la calidad de sus respuestas y sus funciones
Desde dietas (que no recomendamos) a darnos el número ganador de la lotería, cada vez más personas han incorporado a ChatGPT en su día a día. Pese a que sólo tiene un año de vida esta aplicación ha ido mejorando algunas de sus barreras. Si hace seis meses os contábamos que su base de datos seguía congelada desde 2021 o que tenía dificultad para resolver problemas matemáticos, para su aniversario se ha puesto las pilas: su versión gratuita se ha actualizado a la versión 3.5 y ha mejorado la calidad de sus resultados, mientras que la modalidad de pago ahora tiene conexión a internet y podemos interactuar con archivos multimedia.
Cuando se lanzó la aplicación también se creó bastante expectación sobre su potencial. Juan Alonso y Eduardo Noeda, cofundadores de Laboratorio Both, creen que por el momento ChatGPT destaca como una herramienta de apoyo en la ejecución de tareas repetitivas y tediosas, como la escritura de código informático o el resumen de textos, como nos contaron en Twitch.
Un aniversario marcado por la ida (y vuelta) de Sam Altman: ¿qué está pasando en OpenAI?
Es un aniversario agridulce para OpenAI. Por un lado, ChatGPT se consolida como uno de los productos más disruptivos dentro del sector de la inteligencia artificial. Por otro lado, la compañía no se encuentra en sus mejores momentos: el 17 de noviembre OpenAI anunció repentinamente el despido de su CEO, Sam Altman, para acabar volviendo apenas cinco días después. En esos días se sucedieron las presiones de Microsoft, principal accionista de la compañía, las amenazas de los trabajadores y hasta dos directores ejecutivos diferentes en cuestión de horas.
Para entender mejor todos estos movimientos contamos en la Maldita Twichería Tecnológica con Inés Cano, asociada en Nuevas Tecnologías en Aledra Legal y especializada en IA. Con ella repasamos cómo OpenAI nació en 2015 como una entidad sin ánimo de lucro que busca investigar y luchar contra los peligros de la IA, mientras que en 2019 surge la parte comercial que busca fondos y vender productos como ChatGPT. Las fricciones entre estas dos partes, la de investigación y la comercial (capitaneada por Sam Altman), es clave para entender los movimientos de la empresa en las últimas semanas.
En medio se encuentra Microsoft, que en enero de 2023 anunció una inversión de 13.000 millones de dólares, convirtiéndose en el principal accionista de la compañía. Pese a que la junta directiva de OpenAI es parte de la organización de lucro y no rinde cuentas ante los inversores, al final las presiones de Microsoft han valido para devolver a Altman a su puesto y restituir a esta cúpula, incide la experta. Quédate con estos nombres, porque son los que ahora están al timón de OpenAI: Bret Taylor, Larry Summers y Adam D’Angelo.
Aún quedan cuestiones abiertas sobre ChatGPT, como la protección de datos o la regulación de la inteligencia artificial
Aunque cada día estamos más familiarizados con ChatGPT, aún quedan algunas incógnitas sobre esta aplicación. El 13 de abril la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) inició una investigación (que sigue en curso) contra OpenAI por un posible incumplimiento de la normativa de Protección de Datos. No es la única: Italia, Francia, Irlanda, Alemania o Canadá también están investigando problemas con la protección de datos personales de los usuarios que usan ChatGPT.
También queda otra gran incógnita que resolver y es cómo se va a regular la inteligencia artificial en general, y cómo va a afectar esto a ChatGPT en particular. Carlos Hernández- Echevarría, coordinador de Políticas Públicas de Maldita.es, explicó en la Maldita Twichería Tecnológica los avances en materia regulatoria que se está desarrollando en Europa sobre esta tecnología, la conocida como AI Act: un conjunto de normas que busca regular, definir y limitar (cuando toque) los avances y usos de la inteligencia artificial. De momento, el reglamento está en fase de trílogos, y no hay fecha sobre cuándo estará aprobado y entrará en vigor.