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Qué son los NFT y por qué están de moda y los detalles del pasaporte digital de vacunación en Europa: llega el 42º consultorio de Maldita Tecnología

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¡Buenos días, malditas y malditos! Ya es martes y con él llega un nuevo capítulo de nuestro consultorio tecnológico. En esta ocasión abordaremos dos temas muy actuales y que han dado de hablar en las últimas semanas: el Certificado Digital Verde que quiere poner en marcha Bruselas a modo de pasaporte de vacunación y el boom de los NFT, unos archivos digitales que funcionan con la tecnología blockchain y que están siendo vendidos (en algunos casos) por millones de euros.

Ya sabéis que estamos disponibles en el correo electrónico [email protected], en Twitter y en Facebook para apuntar vuestras preguntas. Si no, también podéis dejárnoslas en este formulario. ¡Empezamos!

¿Qué se sabe del pasaporte digital de vacunación que se ha propuesto desde Bruselas? ¿Puede suponer una discriminación para los ciudadanos que no estén vacunados?

Se llama Certificado Digital Verde, y su implantación ya ha generado dudas en algunos puntos de la Unión Europea (UE). Según anunció la Comisión Europea a mediados de marzo, este documento servirá como “una acreditación de que una persona ha sido vacunada contra la COVID-19, se ha recuperado de la COVID-19 o se ha realizado una prueba cuyo resultado ha sido negativo”.

En otras palabras, se trata de una especie de pasaporte que permitirá comprobar de manera unificada en todo el territorio europeo si un ciudadano está vacunado o no, entre otros datos sanitarios. Una herramienta que puede ser interesante, por ejemplo, para volver a activar los viajes dentro de la Unión y levantar poco a poco las restricciones de movilidad.

Aunque todavía no se conocen los detalles técnicos, desde Bruselas aseguran que van a diseñar una “pasarela digital” que pondrán al servicio de los Estados para verificar los pasaportes de vacunación. ¿De qué va esto? Pues una pasarela digital es un programa de intermediación que garantiza el paso de datos de un punto A a un punto B de la forma más segura posible. 

Por poner un ejemplo, cuando pagas con una tarjeta de crédito en una página web, la tienda está obligada a utilizar una pasarela digital que verifique tus datos como comprador y compruebe la seguridad y autenticidad del pago que se está realizando. Si en este ejemplo los dos extremos a unir son el comprador y la tienda, en el caso del Certificado Digital Verde los polos son el ciudadano y las autoridades sanitarias de los distintos estados.

Esto no supone una anulación o rectificación de las medidas de movilidad entre los países europeos. De hecho, cada Estado seguirá siendo soberano para decidir qué medidas aplica en la frontera para ciudadanos de otros países.

Uno de los problemas que puede surgir con este pasaporte es el de la implantación: puede no ser igual en todos los países. Como ya ocurrió con las aplicaciones de rastreo, el hecho de que cada país desarrolle por su cuenta el software hizo que se generaran desequilibrios: mientras en algunos países se impulsaba su uso entre la población general de manera decidida en otros apenas se atendió a estas soluciones.

En este caso, la Comisión ofrece esta pasarela digital de la que hablamos así como “un apoyo a los Estados miembros en la creación de programas informáticos que puedan utilizar las autoridades para verificar todas las firmas de los certificados en toda la UE”. 

Aunque la idea es poder llevar este certificado de manera digital en tu móvil, desde Bruselas afirman que también tendrá validez en formato impreso. En ambos formatos habrá un código QR con la “información fundamental necesaria” relacionada con tres aspectos: vacunación, resultado del último test PCR o antígenos y recuperación (en caso de que ya se haya superado la enfermedad).

Una vez repasado los detalles técnicos, se abren otras cuestiones como la de la privacidad o la discriminación. ¿Este certificado solo se usará para viajes o las empresas podrán pedírmelo, por ejemplo, para ofrecerme un puesto de trabajo? ¿Se podrá exigir en eventos privados o solo los Estados tendrán acceso a ello?

Consultamos a Diego Naranjo, responsable de Políticas Públicas de EDRi, una federación con sede en Bruselas que aglutina 44 entidades de derechos digitales europeas. A falta de que se conozcan los detalles técnicos del pasaporte, y teniendo en cuenta que cada país tiene un ritmo diferente en el acceso a las vacunas, Naranjo asume que esta medida “podría derivar en discriminaciones”.

“También existe un riesgo importante de que, una vez introducidos, estos pasaportes sean requeridos (ya sea por los Estados miembro o por las empresas) para fines que están fuera del ámbito original de la propuesta. El sector de las aerolíneas ya ha dicho que quiere poder verificar los certificados antes de que la gente pueda viajar y, además, empresarios y gobiernos podrían exigirlo, sobre todo si su trabajo implica trabajar en espacios reducidos o ante el público”, añade.

De momento, no hay una fecha fija para la puesta en marcha del certificado. Quedan por concretar los aspectos técnicos y que casa país europeo comience a desarrollar por su cuenta una estructura que dé soporte al certificado. “Se pretende concluir las labores técnicas y la propuesta en los próximos meses”, sintetiza la Comisión.

¿Qué son los NFT y cómo funcionan? 

Posiblemente lo hayas visto en las noticias últimamente: una obra de arte digital vendida por 69 millones de dólares, el primer tuit de la historia vendido por 2,9 millones y una columna del New York Times subastada por 475.000 euros. ¿Qué nexo de unión hay entre ellos? Todos son tokens no fungibles (NFT, si cogemos las iniciales del inglés), archivos digitales que tienen una identidad única y un propietario definido.

La duda es lógica: ¿para qué iba a querer alguien pagar tanto dinero por una columna que se puede consultar gratuitamente en internet o por poseer una cosa tan abstracta como un tuit?

Al final, todo es una cuestión de exclusividad. Los NFT utilizan la tecnología blockchain para certificar su carácter único y diferenciarse del resto de archivos digitales que hay en internet. Como ya te explicamos en este artículo, podemos imaginarnos el funcionamiento del blockchain como el de un bloc de notas guardado dentro de una caja fuerte. En este bloc se apuntan transacciones entre individuos y su contenido no se puede alterar. ¿Por qué? Porque sólo se pueda acceder a él y hacer un cambio si todos los participantes que escriben en documento se ponen de acuerdo para ello.

Así es como funciona, por ejemplo, el bitcoin. Tanto los NFT como las criptomonedas comparten forma de funcionar y de asegurar su autenticidad: toda una comunidad descentralizada (en el caso del bitcoin no es necesario que haya ningún banco central que las regule) comprueba las transacciones y da el OK cuando hay algún cambio en la libreta. Con los NFT ocurre igual.

¿Hay diferencias entre la moneda y una obra de arte única en formato digital que se venda a un coleccionista cualquiera? Sí, la hay. Lo explica de forma muy gráfica Laleh Samarbakhsh, profesora de Finanzas en la Universidad de Ryerson (Toronto) en este artículo de The Conversation.

“La principal diferencia entre los NFT y los bitcoins es el hecho de que los estos últimos son limitados y fungibles (se puede intercambiar un bitcoin con otro y ambos tienen el mismo valor y precio). Los NFT son únicos pero ilimitados y no fungibles (no hay dos obras iguales). Aunque los NFT pueden revalorizarse (al igual que los bienes inmuebles) no pueden intercambiarse por otro NFNT”, explica la profesora.

Un NFT del conocido meme Nyan Cat fue vendido por 590.000 dólares.

Uno de los motivos del boom de estos archivos es su capacidad para ser coleccionados y su valor como inversión. Es decir, aunque pueda resultar raro porque no estamos acostumbrados a verlo en formato digital, una obra de arte vendida en formato NFT es única y su precio puede aumentar en el futuro en función de la oferta y la demanda o del caché del autor. Tal y como ya ocurre en el mercado tradicional del arte.

¿Estamos ante una moda pasajera o una burbuja que puede pinchar en cualquier momento? Sinceramente, no hay una respuesta cien por cien fiable para esta pregunta. Según reconoció el artista Beeple (ese del que hablamos al principio que vendió una obra NFT por 69 millones de dólares) a la BBC, “personalmente sí que pienso que habrá una burbuja. Y podríamos estar en ella ahora mismo”.

Para Samarbakhsh, la respuesta no está tan clara. A su juicio, el verdadero potencial de los NFT “aún está por descubrir”. “También está por ver si los grandes actores de la industria del arte, el diseño o la moda se lo creerán o no. Una cosa es segura: los NFT abrieron la puerta a la identificación y valoración de muchos artistas digitales y las funcionalidades del blockchain se utilizarán en las futuras valoraciones de muchos activos”, considera la profesora.

¡Una última cosa!

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Si tenéis cualquier duda sobre esta información o cualquier otra relacionada con la manera de la que te relacionas con todo lo digital, háznosla llegar:


Primera fecha de publicación de este artículo: 30/03/2021

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