Quizá ahora que hemos empezado a bucear entre los distintos tipos de diabetes más allá del 1 y el 2 (porque sí, los hay), puede que te haya venido a la cabeza otro bastante habitual: ¿acaso en embarazadas no es común hablar de diabetes gestacional? Como ocurre con la tipo MODY, este tipo de diabetes forma parte del pequeño porcentaje que se queda fuera de los tipos principales. En este caso, como su propio nombre indica, se da en embarazadas (normalmente hacia la mitad del embarazo) que nunca antes padecieron esta enfermedad. A pesar de que normalmente se puede controlar a través de una alimentación saludable y ejercicio regular, en ocasiones también es necesario recurrir a la insulina.
Además de la diabetes tipo 1 y 2, hay otros tipos que tienen que ver con situaciones patológicas, como un trasplante o una extirpación, o fisiológicas, como el embarazo. En este último caso, la gran cantidad de cambios en el funcionamiento del cuerpo (incremento en la producción de hormonas, del peso…), “hacen que las células del cuerpo usen la insulina de una manera menos eficaz”.
Esta afección se llama resistencia a la insulina y supone “una especie de ‘barrera’ entre la célula y la glucosa”: “Cuando eso ocurre exclusivamente en la etapa del embarazo, la conocemos como diabetes gestacional”, explicaba en Twitch Diana Díaz Rizzolo, nutricionista e investigadora sobre diabetes en la Universidad de Columbia (Nueva York).
Aunque sea similar a lo que sucede en la diabetes tipo 2, en la que también desempeña un importante papel la resistencia a la insulina, no son lo mismo. Además, mientras que otros tipos no se pueden revertir, la diabetes gestacional generalmente termina en el momento en que se da a luz. “Sin embargo, alrededor del 50 % de las mujeres con diabetes gestacional tendrán diabetes tipo 2 más adelante”, señalan desde su página web los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Este trastorno del metabolismo aumenta el riesgo de presión arterial alta durante el embarazo y de cesárea. A su vez, en el futuro bebé puede llegar a suponer un mayor tamaño, dificultando el parto, y que este nazca de forma prematura, lo que a su vez puede relacionarse, entre otros, con problemas respiratorios y otros problemas o bajos niveles de azúcar en sangre.
En caso de diagnóstico positivo de este tipo de diabetes, los CDC subrayan la importancia de acudir a todas las citas médicas prenatales y seguir el tratamiento pautado: prestar atención a los niveles de azúcar en sangre, comer alimentos saludables en las cantidades correctas a la hora correspondiente, mantenerse activa y monitorear el crecimiento y desarrollo del bebé.
Este artículo forma parte del 226º consultorio de Maldita Ciencia.
Primera fecha de publicación de este artículo: 21/03/2023