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Canicas que 'caen en el piso de arriba', tacones y ropa interior negra. Llega a Maldita Ciencia el consultorio 194º

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Literatura científica

¡Muy buenos viernes tengan ustedes, queridísimas malditas y malditos! Hoy el consultorio semanal trae novedades: ¿sabías que contestamos las cinco preguntas escogidas el martes pasado, en directo, en nuestra Twitchería Científica (apunta: todos los martes a las 12:55 de la tarde)? Con ello estrenamos los Consultorios Científicos en directo en Twitch, así que estamos de celebración. Y, como lo prometido es deuda, aquí tenéis el resultado: cada una de las preguntas explicadas y con sus correspondientes referencias. Por si te lo perdiste, hablamos sobre tacones, canicas inexistentes, ropa interior, hipersomnia y cocodrilos.

Previo a refrescar tu memoria con las respuestas a tanto enigma, recuerda que nos puedes mandar cualquier duda que se te venga a la cabeza (siempre y cuando tenga que ver con la ciencia, está claro) ya sea para otro consultorio twitchero o para los habituales a través de Twitter, Facebook, correo electrónico ([email protected]) o de nuestro chatbot de WhatsApp (¡guardad el número en vuestros contactos! +34 644 22 93 19). No nos enredamos más, ¡vamos a ello!

¿Cómo afecta el uso de tacones a nuestra salud?

Los hay más altos y más bajos, y también de aguja, de plataforma o con cuña. Si eres amante de los tacones, presta atención a una de las preguntas que nos ha llegado esta semana: ¿Cómo afecta el uso de este calzado a nuestra salud? Estos zapatos pueden causar deformaciones en el pie y en los dedos, además de callos y ampollas. Por ello, algunos podólogos aconsejan no usarlos de forma habitual.

Un estudio publicado en la revista científica The Journal of Foot and Ankle Surgery indica que, si bien los tacones altos pueden ser elegantes, desde el punto de vista de la salud, vale la pena comprender los riesgos de usarlos antes de subirse a ellos.

Al llevar este tipo de zapatos, se produce un desplazamiento de las presiones que sufre el pie, tal y como explica a Maldita.es Juan Dios, presidente del Colegio de Podólogos de Galicia (COPOGA).

Los daños que pueden provocar dependen, en parte, de la superficie de contacto: “Si el tacón es de aguja, es más frágil y se produce un mayor riesgo para el pie”. Además, “a mayor altura, mayor peso va a soportar la zona anterior, lo que genera complicaciones físicas, como la deformación de la bóveda del pie o el acortamiento de los gemelos”.

Los tacones, según el experto, también pueden causar deformaciones en los dedos (como los dedos en garra o en martillo), helomas (callos que se forman debido al roce de los dedos) o ampollas. En Maldita.es os hemos explicado cómo prevenir y curar las ampollas y rozaduras en los pies por los zapatos.

Aparte de estos posibles daños en los pies, Juan de Dios advierte de que usar tacones también puede afectar a los tobillos, las rodillas, la cadera, la espalda e incluso a la postura corporal. Varias investigaciones concluyen que estos zapatos producen una mayor inestabilidad. Algo que, según el presidente del Colegio de Podólogos de Galicia (COPOGA), “causa caídas y lesiones como esguinces”.

Por ello, desde el Colegio de Podólogos de Galicia consideran que este calzado se debe usar “en contadas ocasiones a lo largo del año”. También hay que tener en cuenta que el riesgo no es el mismo con todos los tacones. “Los tacones anchos, tipo cuña, y las plataformas con la punta abierta o cerrada son los estilos que más recomendamos, de un máximo de cinco centímetros”, comenta Dios.

Los menos aconsejables serían los stilettos (los que tienen un tacón de aguja alto) puntiagudos, que “comprimen todo el antepié y pueden causar dolor en los nervios, provocar o favorecer los juanetes, las ampollas, y la aparición de dedos en martillo o en garra”. El experto destaca que algunas mujeres incluso llegan a desarrollar hematomas debajo de las uñas de los pies por la presión constante.

Del mismo modo que no todos los tacones son iguales, tampoco lo son todos los pies. La forma, el ancho o el largo, el tono muscular, las deformidades o protuberancias óseas o incluso el grosor de la grasa plantar son variables que influyen en cómo una persona tolera estos zapatos.

Si, pese a sus efectos negativos en la salud, quieres llevar estos zapatos, hay algunos consejos para minimizar los riesgos. Antes de ponérselos, Dios recomienda hacer ejercicios de estiramiento y repetirlos después de usarlos.

“Si nuestro estilo de vida nos lo permite, cuando llevemos tacón hay que intentar no cargar todo el peso en el pie, sentándose o apoyándose de vez en cuando”, explican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, que desaconseja usar estos zapatos en el trabajo.

Al quitárselos, Dios recomienda no usar de inmediato unos planos, sino primero llevar unos tacones más bajos para que el pie se vaya adaptando. Por último, para relajar los pies, el experto sugiere meterlos en agua fría durante 15 minutos.

¿Ingieren los cocodrilos y los caimanes piedras para poder aguantar más tiempo bajo el agua?

Protagonizando nuestro espacio animalesco de la semana: cocodrilos y caimanes. El porqué, como es habitual, es otra de las preguntas que nos planteasteis la semana pasada, en esta ocasión para nuestro consultorio twitchero: ¿Es cierto que estos animales comen piedras, literalmente, para mantenerse durante más tiempo bajo el agua? Hay indicios de que sí, aunque hacen falta más evidencias al respecto.

Así lo sugiere un estudio de 2019 que investigó precisamente la hipótesis de que la litofagia (el consumo de piedras) fuese una forma voluntaria de aumentar la duración de las inmersiones de jóvenes cocodrilos (en concreto, de la especie Alligator mississippiensis).

A pesar de que ya se sabía que estos aligatores pueden ingerir piedras con el objetivo de obtener determinados minerales que les permiten deshacerse de parásitos o para digerir más fácilmente festines demasiado pesados, al igual que los pájaros, la investigación apunta otro posible propósito: que el peso ‘extra’ aportado por los gastrolitos (piedras que están o han estado en el aparato digestivo de un animal) les permita almacenar más aire en sus pulmones sin que esto dificulte que puedan sumergirse, como apunta la revista Science.

“Los cocodrilos y caimanes pasan la mayor parte del tiempo en el agua, acechando a sus presas y escapando de los depredadores. Cualquier cosa que puedan hacer para maximizar su tiempo debajo de la superficie es una ventaja”, añade el artículo.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores observaron el comportamiento de siete caimanes americanos jóvenes procedentes del Refugio de Vida Silvestre Rockefeller, en Luisiana (Estados Unidos). Antes de iniciar el experimento y para eliminar las posibles piedras que estos podían haber ingerido previamente, se les realizó un lavado de estómago (además de una radiografía de comprobación). Una vez hecho esto, los autores documentaron y analizaron un total de 21 inmersiones, anotando con especial hincapié su duración.

A continuación y durante la noche, colocaron en las jaulas de los animales pequeñas piedras de granito de un máximo de 10 milímetros y que suponían el 2,5% de la masa corporal de cada ejemplar, aproximadamente. Cuatro de los siete reptiles las ingirieron de forma voluntaria mientras que, a los tres restantes, se les colocaron detrás de la lengua, facilitando su ingesta con un poco de agua. En ningún caso los animales trataron de ‘escupirlas’, según apunta el estudio.

Tras volver a realizar las inmersiones con ‘la panza llena’, los investigadores comprobaron que estas aumentaron su duración hasta en un 88%, llegando a totales de hasta 35 minutos bajo el agua.

Ahora bien, el estudio tiene sus limitaciones: la cantidad de ejemplares estudiados es bastante reducida (solo siete), como también lo es el número de inmersiones analizadas (21), además de ser exclusivamente en caimanes jóvenes. Los propios autores reconocen que hacen falta más investigaciones al respecto, también en poblaciones adultas de estos animales.

De hecho, otros trabajos al respecto sugieren que, aunque la ingesta de gastrolitos puede aportar estabilidad a las inmersiones de estos animales, impidiendo que giren en el agua involuntariamente, sería necesario que supusiesen un 6% de su masa corporal para que realmente tuviesen efecto sobre su flotabilidad.

¿En qué consiste la hipersomnia?

Otra de las preguntas que nos planteasteis de cara a este, nuestro consultorio, fue en qué consiste la hipersomnia y si es similar a la narcolepsia. Como la narcolepsia, la hipersomnia es un trastorno del sueño que también está relacionado con un agotamiento excesivo. Ahora bien, la segunda “no suele implicar quedarse dormido repentinamente (ataques de sueño) o la pérdida del control de los músculos debido a emociones fuertes (cataplejía)”, como resume MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Entonces, ¿cómo reconocemos un caso de hipersomnia? ¿Podemos hacer algo para evitarla?

Como ya explicamos en Maldita.es, la falta de sueño es perjudicial para nuestra salud tanto a corto como a largo plazo. En el primer caso, puede hacernos sentir cansados y afectar a nuestro rendimiento, disminuyendo la capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente e incluso formar recuerdos. En el segundo, la cosa se complica todavía más, involucrando incluso a nuestro sistema inmunitario y aumentando el riesgo de diferentes patologías. En conclusión, junto a la alimentación y la actividad física, el sueño y el descanso son un pilar fundamental en un estilo de vida saludable.

Ahora bien, el exceso de sueño también puede suponer un problema, en especial cuando nunca ‘nos parece lo suficiente’. Esto es lo que ocurre en casos como el que nos trae hoy aquí, la hipersomnia, cuyo síntoma principal es la sensación de agotamiento y sueño extremo durante el día, a pesar de haber dormido profundamente en la noche, tal y como explica el Instituto Europeo del Sueño.

Tal y como avanzábamos, su principal diferencia con la narcolepsia es que solo produce un estado de pesadez o sueño durante el día. Agotamiento que no se recupera siquiera con pequeñas siestas. La narcolepsia, por su parte, sí que ocasiona cabezadas de manera involuntaria a cualquier hora y lugar, llegando incluso a perder el control de los músculos.

¿Quiere esto decir que la hipersomnia no interfiere y perjudica la vida diaria de quien la padece? Negativo. “La necesidad de dormir puede aparecer en cualquier momento, incluso cuando conduces un automóvil o trabajas, lo que hace que la hipersomnia idiopática sea potencialmente peligrosa”, resalta la Clínica Mayo.

De ahí la importancia de su correcto diagnóstico. Lo cierto es que no es sencillo, de forma aislada, saber si estamos cansados durante el día por haber pasado una mala noche (o varias) o por hipersomnia. “Para determinar que se trata de este trastorno los especialistas explican que los síntomas de sueño excesivo en el día se tienen que mantener como mínimo un mes”, señala el Instituto Europeo del Sueño.

La somnolencia excesiva, según la Clínica Universidad de Navarra, es un síntoma que debe ser estudiado “siempre que por su frecuencia o intensidad haga sospechar a la persona afectada o a los que conviven cerca de ella que no es proporcional al descanso nocturno”. Como puede ser señal de alarma para la presencia de otras enfermedades hay que evaluarlo y seguir a fondo el estudio diagnóstico.

Es más, debe descartarse la posibilidad de que el cansancio sea consecuencia de otras situaciones, como de efectos secundarios de algunos medicamentos (que dan lugar a lo que se conoce como hipersomnia secundaria); el síndrome de Kleine-Levin o de la Bella Durmiente que, además de hipersomnia, supone hiperfagia (ingesta de grandes cantidades de comida), hipersexualidad y trastornos del ánimo u otras situaciones como estrés, depresión, consumo habitual de estupefacientes, problemas de tiroides… De ahí que “estos comportamientos deban ser evaluados para dar con un diagnóstico preciso de hipersomnia”, indica el Instituto Europeo del Sueño.

Sí que existen señales que pueden ponernos alerta, como una somnolencia habitual que no cesa con siestas; el esfuerzo para despertar después de un largo sueño, sumado a una sensación de confusión y desorientación; la necesidad de dormir tanto por la mañana como por la noche, aun estando activos; dormir entre 14 y 18 horas diarias; una habitual sensación de ansiedad, irritación, inapetencia y poca energía así como pensamiento y comunicación lentos y fallos de memoria.

Para prevenirla, como siempre, se recomienda mantener una correcta higiene del sueño y hacer especial hincapié en evitar alcohol y los medicamentos que pueden empeorar la afección, conducir o usar equipos peligrosos hasta recibir tratamiento y ser disciplinados con las horas de sueño nocturno, evitando trabajos o actividades sociales en las noches.

¿Por qué se escuchan ‘canicas’ en el piso de arriba?

Es medianoche. Estás a punto de empezar el primer ciclo de sueño, cierras los ojos y… el vecino de arriba comienza una competición de canicas botando en el piso de arriba. Este sonido, que seguro más de un maldito y maldita ha escuchado cuando reina el silencio en la casa, puede tener dos explicaciones.

La primera —y más improbable estadísticamente— es que, efectivamente, convivamos con una persona aficionada a estas esferas. La segunda, más probable y a la que prestaremos atención en este consultorio, es que hayamos escuchado un golpe de ariete, un fenómeno que sucede cuando se bloquea de manera repentina el paso de un líquido, el agua en este caso, dentro una tubería (por ejemplo, cerrando la válvula del grifo rápidamente). Puedes recordar cómo suena en el siguiente vídeo.

Imagina que tienes una tubería, por la que circula el agua de forma estable, y un caño por donde sale el líquido. Si decides cerrar el caño de agua de manera repentina, el flujo que iba en dirección al caño de salida se topa con una ‘barrera’ infranqueable, rebota contra esta y ejerce una fuerza hacia atrás, en dirección contraria. A su vez, parte del agua que circulaba en la tubería también ejercerá presión en dirección al caño, que volverá a rebotar hacia atrás, y así sucesivamente.

Este proceso que hemos descrito es lo que genera el sonido del golpe de ariete y que, en ocasiones, puede confundirse con una canica botando a frecuencias cada vez más cortas. Dentro de la tubería, el cierre repentino del grifo genera un pico de presión que puede causar daños en el material si no se toman medidas para evitarlo o mitigarlo. En el canal de YouTube Practical Engineering se recrea en el siguiente vídeo un circuito de agua a través del que se explica visualmente cómo se ve un golpe de ariete (minuto 1:35). También mide la presión a la que se somete el tubo de agua (minuto 4:24).

Dicho lo anterior, ¿qué se puede hacer para no someter la tubería a tal presión? Por la parte humana, cerrar el grifo de manera más paulatina, evitando un bloqueo del flujo abrupto. En el vídeo de Practical Engineering, precisamente, se puede ver cómo cambia la presión del sistema cuando el caño se cierra lentamente (minuto 4:45). Por la parte de la instalación, las tuberías pueden contar con sistemas de cierre de rosca en lugar de uno de palanca, con una válvula de alivio que se active cuando el sistema alcanza determinada presión, o con un almacenamiento (una torre de agua, por ejemplo) que otorgue al agua cierto espacio para poder adaptarse a la presión.

¿Es cierto que las bragas negras causan más infecciones?

Hace unas semanas, la dibujante Raquel Córcoles (@ModernaDePueblo) publicó una serie de viñetas dedicadas a la ropa interior titulada “Cosas que odio de las bragas”. En una de sus ilustraciones, indicaba que las bragas negras “generan más infecciones”, pero sin aportar referencias bibliográficas o evidencias que sostengan tal afirmación. En los comentarios de esta publicación, la ilustradora responde que “por lo visto es por los tintes que se utilizan para los colores oscuros, pueden irritar más la zona o producir alergias 😅”.

Captura de pantalla donde la ilustradora responde acerca de su afirmación sobre las bragas negras

Lo cierto es que no hay evidencia científica ni argumentos que sostengan que las bragas negras tengan la capacidad de generar más infecciones que las de otro color. Realizando una búsqueda en PubMed, una biblioteca de literatura científico-médica administrada por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, con palabras clave que puedan mostrar algún artículo o revisión al respecto (como “‘black underwear’ infection”), no existe literatura científica que haya explorado este asunto.

Sí que es posible encontrar una referencia bibliográfica (en este caso, en Google Scholar) que toca parte de este asunto. Se trata de un artículo publicado en 2017 en el Journal of Environmental Science and Health en el que se exploraba la exposición de mujeres a ciertos metales pesados a través de la ropa interior. Así, la investigación exploraba la concentración de elementos químicos que pueden provocar un impacto en la salud a partir de ciertas concentraciones y cuánto de estos había en bragas de diferentes tejidos, colores y procedencias de fabricación. En sus conclusiones se recoge que las bragas negras tienen una alta concentración de hierro. Sin embargo, el objetivo del estudio no era vincular esta concentración con un problema de salud concreto, como puede ser mayor riesgo de infección vulvovaginal, sino determinar en qué ropas interiores hay una concentración más alta de ciertos elementos.

Verificat, miembro al igual que Maldita.es de la International Fact-Checking Network (IFCN), también desmintió esta publicación de Modernadepueblo el pasado 16 de septiembre. En su caso, recogen declaraciones de Elisabeth del Amo y Toni Payá, coordinadora y jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Parque de Salud Mar de Barcelona respectivamente, quienes confirman que no hay evidencia científica de que el color de la ropa interior afecte a la aparición de infecciones.

Por último, recordamos que, aunque el color no influye en el riesgo de infecciones vulvovaginales, vestir ropa interior de tela sintética y llevarla demasiado apretada sí que puede favorecer ciertos problemas de salud como la candidiasis. Como indicábamos en este artículo de Maldita.es, la ropa interior de algodón puede evitar estos problemas.

Todavía no hemos terminado...

Sabemos que lo sabéis, pero nunca está de más: en Maldita Ciencia no trabajamos médicos, sino periodistas. Puedes contar con nosotros para todo aquello que esté en nuestra mano, ¡faltaría más! Pero si lo que necesitas es un diagnóstico concreto y/o tienes dudas médicas específicas, la mejor opción será que recurras a un profesional sanitario que estudie el caso y te recomiende la solución o tratamiento más adecuado. ¡Gracias por leernos y buen fin de semana!

Este consultorio científico fue emitido en la Maldita Twitchería del martes, 20 de septiembre de 2022. Forma parte del proyecto "Maldita Ciencia: innovación, ciudadanía y superpoderosas", que cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).

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