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MALDITA CIENCIA

Por qué no hay que lavar la vagina y para la vulva se debería usar sólo agua o geles especiales

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Nos habéis preguntado cuál es la mejor forma de lavar los genitales femeninos. Mientras que lo mejor sería no lavar nunca la vagina, para la vulva es aconsejable utilizar sólo agua o geles especiales.

Para empezar, es importante diferenciar la vagina de la vulva. “La vagina es un conducto que comunica los genitales internos (en concreto el útero) con los genitales externos (concretamente la vulva). Va desde el cuello del útero hasta el himen”, nos explica Alejandro Correa Paris, especialista en ginecología y obstetricia del Sistema Navarro de Salud - Osasunbidea en el Hospital García Orcoyen de Estella y maldito que nos ha prestado sus superpoderes. 

La vulva “es completamente exterior y su epitelio es similar al de la piel, mientras que la vagina tiene un epitelio especial que le confiere características únicas”. Por eso no podemos tratar igual a la vagina que a la vulva.

Por qué la vagina no necesita ningún tipo de lavado y las duchas vaginales pueden ser perjudiciales

Vicent Carmona, ginecólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, explica a Maldita.es que la vagina “no necesita lavados de ninguna clase (excepto en algunas patologías muy concretas y siempre por indicación médica)”.

Una de las funciones de la vagina es ayudar a exteriorizar las secreciones del útero y las que ella misma produce, según cuenta Correa, que también es cofundador de HIRU (Health Independent Research United), una organización sin ánimo de lucro que hace investigación sanitaria participativa e independiente. “En ningún caso se ‘ensucia’, así que no hace falta ‘lavarla”, confirma.

El interior de la vagina mantiene un delicado equilibrio de acidez y de flora vaginal (conjunto de bacterias que viven de forma natural en la zona íntima femenina), e introducir productos químicos externos puede alterar ese equilibrio y causar perjuicios como infecciones vaginales por hongos o bacterias. Puedes leer más información en la web del Servicio Nacional de Salud británico

Carmona subraya que si se realizan duchas vaginales (de cualquier tipo, incluido con agua), “se puede alterar su mecanismo defensivo y pueden aparecer infecciones molestas y potencialmente graves”. Un estudio publicado en 2018 en la revista Journal of Obstetrics and Gynaecology y realizado in vitro (es decir, en el propio laboratorio) indica que las duchas vaginales pueden tener efectos perjudiciales sobre la microbiota vaginal.

Además, según el ginecólogo, el uso de cualquier producto “sanitario” para lavado o ducha vaginal puede también provocar “irritaciones o alergias que se parecen mucho a una infección vaginal”. De hecho, un estudio publicado en Microbial Ecology in Health and Disease (también realizado in vitro) concluye que algunos productos para la “higiene genital” pueden ser dañinos para los lactobacilos protectores de la microbiota vaginal.

En Maldita.es ya os hemos contado por qué no es una buena idea lavarse la vagina con 'Listerine' u otro enjuague bucal y por qué aplicarse pasta de dientes en los genitales no estrecha los labios vaginales ni retrasa la eyaculación.

La vulva debe lavarse con agua tibia o, si es necesario, con geles especiales

“La vagina no hay que ‘lavarla’ con nada. Sólo la vulva. Es decir, por fuera: los genitales externos”, afirma a Maldita.es la ginecóloga Flor Isabel Maura Tejeda, maldita que nos ha prestado sus superpoderes. 

La vulva, según explica Carmona, “está tapizada por una piel similar a la del resto del cuerpo, aunque con algunas peculiaridades”: tiene un vello más fuerte, largo y enmarañado (que actúa como un factor de protección frente a muchas infecciones de transmisión sexual, ya que impide el contacto directo piel con piel). 

También es una piel “rica en glándulas sudoríparas y glándulas para secreción mucosa que favorece la lubricación”. “En su parte más interna, en el límite con la vagina, la piel es mucho más fina y sensible (labios menores, clítoris y capuchón del clítoris) y por tanto es una zona especialmente sensible a los jabones, los perfumes y otros irritantes”, explica el experto.

Anna Mallafré, ginecóloga especialista en reproducción asistida de Eugin, asegura que el área vulvovaginal tiene un área con mayor sensibilidad que otras partes de nuestro cuerpo, por lo que se altera con mayor facilidad. “Existen múltiples situaciones que pueden hacer cambiar este ecosistema vaginal como la menstruación, una vestimenta inadecuada, el sudor, el mal uso de salvaslips, el uso de algunos antibióticos, las relaciones sexuales o los cambios hormonales”, comenta.

Para evitar cualquier alteración, Correa recomien lavar la vulva “lo mínimo necesario” con agua o con jabones especiales para ello (que tienen un pH similar al de la vagina, para no alterarla). Aunque el gel normal “se puede usar sin problema para lavarse la vulva, si se introduce en el interior de la vagina alterará su ecosistema y ocasionará cambios que a su vez producirán síntomas molestos”.

“La piel de la vulva se protege a sí misma mediante una capa grasa que desaparece con los jabones, aunque sean ‘íntimos”, asegura Carmona, que coincide en que lo aconsejable es lavarse la vulva sólo con agua o con un gel sin perfume ni jabón.

El experto propone además usar agua tibia (en lugar de caliente) y lavarla con la mano (no con una esponja ni con una toallita). Recuerda que es importante “no hacer nunca duchas vaginales ni usar productos de higiene femenina íntima”. Si el olor o la secreción son molestos, “hay que consultar con un profesional sanitario”.

Mallafré indica a Maldita.es que en caso de detectar mal olor vaginal, “lo primero que debemos hacer es consultar con un profesional para que nos ayude a descartar su origen, que puede encontrarse tanto en un desequilibrio de la microbiota vaginal como una vaginosis bacteriana”. “El médico nos ayudará a adecuar su restablecimiento o tratamiento, en caso de infección de otro tipo”, comenta.

Evitar baños calientes con productos perfumados, usar ropa interior de algodón y otros trucos mantener una buena higiene de los genitales

Para mantener una buena higiene, Carmona recomienda además evitar los baños calientes con productos perfumados: “Es preferible agua tibia simple y al chorro (no llenar el bidé) y siempre desde delante hacia atrás”. 

Después de ir al baño, sería aconsejable “enjuagar los genitales con agua y secarlos”. Según el experto, habría que evitar el uso de toallitas húmedas para bebés o papel higiénico perfumado. También es preferible “usar ropa interior de algodón y evitar llevar tangas y prendas de licra de forma habitual”.

Hay que tener en cuenta que la higiene genital depende de diferentes factores. “No es lo mismo vivir en Finlandia que en Arabia Saudí y no es lo mismo trabajar sentada conduciendo un autobús durante 8 horas al día, que estar en casa y hacer teletrabajo. Es evidente que algunas mujeres necesitarán repetir la higiene genital dos o tres veces al día, mientras que para otras bastará con una vez al día”, concluye Correa.

En este artículo han colaborado con sus superpoderes Alejandro Correa y Vicent Carmona.

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