Entre las sensaciones incómodas más comentadas en vuelos, momentos después de las inmersiones de buceo o viajes en coche en los que ascendemos o descendemos de altura en relación al nivel del mar se encuentra el taponamiento de oídos. Y entre los consejos para ponerle remedio, bostezar, masticar chicle o taparse la nariz y espirar fuerte, tratando de que el aire empuje con fuerza de dentro hacia fuera y resuelva nuestro problema. Ahora bien, parece que la siguiente duda ronda por vuestras cabezas: ¿pueden estos u otros trucos similares hacer que nos autoperforemos el tímpano? Es muy poco probable, salvo que se sufran alteraciones previas.
Recordemos, primero, qué es el tímpano: se trata de la fina membrana que separa el canal auditivo (la parte más externa de nuestro oído) y el oído medio. ¿Puede lesionarse? Afirmativo. Es entonces cuando hablamos de perforación del tímpano, un desgarro u orificio que puede causar dolor, pero que suele curarse en unos pocos días o semanas, como afirma la web especializada en salud KidsHealth. Añade que, en caso de que no se cure, se puede recurrir a la cirugía. Es cierto que una de las causas por las que puede ocurrir esta lesión es el cambio repentino de presión, conocidos como barotraumas.
“La mayor parte del tiempo, la presión de aire en el oído medio y la presión ambiental están en equilibrio. Pero algunas situaciones, como volar en avión, conducir en un camino de montaña o practicar buceo, pueden provocar cambios repentinos en la presión y perforar el tímpano”, explica el artículo de KidsHealth.
Algunas pistas que nos permitirán saber si nos ha ocurrido algo similar es la supuración del oído, la pérdida de la audición o zumbido (más conocidos como tinnitus) o la presencia de mareos o vértigo.
Sin embargo y respondiendo a vuestra pregunta, bostezar, masticar o tratar de compensar la presión espirando con boca y nariz tapadas, intentando deshacernos de la molesta sensación, no aumenta el riesgo de perforación de la membrana.
Según María Mata Ferrón, otorrinolaringóloga, “en principio y como norma general esto no ocurre”. “Si hay otras patologías, cirugías previas o alguna alteración, podría pasar, pero difícilmente”, añade la experta a Maldita.es.
Bajo el punto de vista de Braulio Correa, otorrinolaringólogo y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, rasgarse o perforarse el tímpano de esta forma es “bastante difícil”: “Sí puede ocurrir, por ejemplo, con una bofetada que ‘meta’ presión en el conducto. Pero por un Valsalva (exhalar aire con la glotis o con la boca y la nariz cerradas), por ejemplo, salvo que el tímpano estuviera previamente muy fragilizado, me parece enormemente difícil” y añade que, además, un tímpano sano que se rompe por un traumatismo “normalmente se regenera con facilidad y en poco tiempo”.
El otorrinolaringólogo del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), Joaquín Yanes Díaz, hace un inciso a Maldita.es antes de dar su opinión ante esta pregunta: destaponar los oídos es ‘compensarlos’, mientras que romper el tímpano es perforarlo. Al compensar los oídos, como adelantábamos, sí podría producirse una perforación de esta clase, especialmente si “tenemos alguna enfermedad inflamatoria de las trompas de Eustaquio (que comunican el oído medio y la garganta) o ante unos tímpanos más adelgazados (otitis media crónica)”.
La razón, según el experto, es que aumentar bruscamente la presión en el oído medio puede hacer que el tímpano se perfore por un mecanismo de explosión, hacia el exterior. Esta situación también puede ocurrir en buceadores al compensar de forma intensa o personas con una cirugía del oído reciente. Sin embargo, coincide con Alejandro Harguindey, otorrinolaringólogo del Instituto de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de Madrid, y Luis Lassaletta, presidente de la comisión de Otología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), en que “al bostezar, masticar o movilizar la mandíbula que se pueda perforar el tímpano es anecdótico”.
Spini Roxana, médica pediatra otorrinolaringóloga, también se suma a esta opinión: “Bostezando no ocurrirá. Tapándonos la nariz y espirando (Valsalva) podría ocurrir si tenemos la membrana timpánica debilitada”. Sin embargo, añade que sería “raro”.
Algunas de las causas que sí pueden ser motivo de rotura del tímpano son el uso de hisopos de algodón, los ruidos muy fuertes (traumas acústicos), los traumatismos en la cabeza o en la zona del oído y del canal auditivo externo o las infecciones en los oídos.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes el maldito Braulio Correa.
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