Nuestro consumo tiene impacto en el medio ambiente. Lo analizamos en los artículos en que intentamos explicar qué bolsas y botellas tienen una huella ambiental menor. Ahí explicamos que es difícil medir el impacto ambiental al completo de estos productos pero que la clave está en la reutilización para reducir la huella ecológica, más allá del reciclaje de los residuos. Ahora os vamos a explicar por qué de la conocida regla de las tres erres o 3R (reducir, reutilizar y reciclar), las más importantes son las R de reducir y reutilizar y no la de reciclar.
La reducción supone disminuir el volumen de recursos y productos que consumimos. Hay varios ejemplos de cómo podemos aplicarlo en nuestra vida cotidiana: movernos en transporte público o bicicleta en vez de un coche, apagar las luces cuando salimos de la habitación, hacer compras de productos a granel en vez de empaquetados, consumir agua de grifo en vez de agua embotellada…
La reutilización es usar las cosas más de una vez, alargando al máximo su vida útil. ¿Cómo podemos hacerlo? Por ejemplo, usar una botella reutilizable en vez de una de usar y tirar, llevar las bolsas de casa cuando vamos a la compra y al terminar guardarlas para llevarlas de nuevo la próxima vez, donar ropa que ya no queramos, arreglar muebles o dispositivos electrónicos cuando se estropeen en vez de tirarlos y comprar productos nuevos. De esta forma se reducen los desechos que generamos y también los productos que consumimos.
El reciclaje es fabricar nuevos productos a partir de materiales ya usados y descartados tras ser transformados. Así se busca reducir el uso de nuevos materiales y se alarga el ciclo de vida de los recursos ya extraídos. Al tirar el papel y cartón en el contenedor azul, los envases al amarillo y el vidrio al verde estamos reciclando los materiales.
El reciclaje no es economía circular
La economía circular implica reducir los residuos al mínimo y mantener los materiales dentro de la economía siempre que sea posible. Debido a que “estamos acabando con los recursos del planeta y colapsando los sistemas” debemos ir hacia ese tipo de economía, indica a Maldita.es el consultor ambiental Fernando Follos. En esta economía circular no cabe el residuo y supone un “fracaso”, añade. Por ello, “el reciclaje no es economía circular. Se puede acercar en situaciones óptimas, pero no lo es”.
Follos destaca que “el reciclaje no es más que la herramienta que sirve a la economía circular para resolver aquellas áreas en las que fracasa en evitar que se genere un residuo. Cualquier solución que evite que algo se termine convirtiendo en un residuo que haya que tratar será mejor que el reciclaje. Si queremos solventar el problema de los residuos y del consumo de recursos tenemos que reducir el consumo, evitar la generación del residuo y reutilizar los productos”, destaca Follos.
El reciclaje es un sistema imperfecto por dos razones, indica el consultor ambiental: porque parte del material es imposible de recuperar, “sobre todo cuando se diseñan los envases sin tener en cuenta el final de su vida útil, tal y como se hace en la actualidad” y porque supone “destruir para volver a fabricar, una etapa adicional en el ciclo de uso de un producto que genera impactos ambientales adicionales” como el asociado a la energía necesaria para el proceso. Por ejemplo, el brik es un envase complejo con capas de plásticos, cartón y aluminio cuyo reciclaje es muy costoso e implica la pérdida de gran parte del material, como ya explicamos.
Otro ejemplo de la dificultad y del coste de reciclar son los aparatos eléctricos y electrónicos, cuenta a Maldita.es Roberto Longueira, experto en gestión de residuos industriales y maldito que nos ha donado sus superpoderes. Su porcentaje de reutilización “es prácticamente anecdótico y sus componentes en su gran mayoría son separados, triturados en gran medida y desechados. Los componentes más valiosos son extraídos en procesos complejos que requieren de productos químicos como el ácido clorhídrico que generan a su vez más residuos peligrosos, por lo que el reciclaje no es, ni de lejos, la solución al problema”.
“Reducir y reutilizar son las R mayúsculas de la jerarquía de residuos y el reciclaje es la r minúscula”, destaca Roberto Longueira. De las tres R, “la reducción es la máxima prioridad en la eliminación de la huella ambiental”, destaca un estudio científico sobre la huella ambiental de los residuos plásticos.
¿Por qué se habla tanto de reciclar y no de reducir y reutilizar?
Pero si reducir y reutilizar son prioritarios y más importantes que reciclar, ¿por qué se pone más tanto el foco en esa última R? “Porque la industria de los plásticos y la del reciclaje están de por medio. A una le conviene que se produzca exponencialmente y a la otra que le lleguen muchos plásticos separados para tener mayor ‘producción’, la cual desaparecería en una economía circular” destaca a Maldita.es Alicia Mateos Cárdenas, ambientóloga e investigadora posdoctoral especializada en microplásticos en el agua dulce en la Escuela de Ciencias Biológicas, de la Tierra y Ambientales de la Universidad College de Cork (Irlanda).
En cambio, para Longueira la principal razón es que “es más fácil conseguir, a corto plazo, que el ciudadano de a pie recicle a que cambie sus hábitos y se vuelva menos consumista. Los ciudadanos somos los principales generadores de residuos y hemos sido acostumbrados a la comodidad que nos brindan los plásticos y desgraciadamente no estamos dispuestos a sacrificar esa comodidad de manera abrupta”. El experto en gestión de residuos industriales añade que “los gobiernos han optado por no demonizar al usuario dado que han permitido y fomentado lo que ahora pretenden cambiar”.
Follos señala que el reciclaje es una etapa adicional de tratamiento y procesado que “genera nuevos negocios y mantiene el sistema de producción original. El fabricante de botellas sigue fabricando botellas en el sistema clásico de economía lineal y su objetivo sigue siendo fabricar botellas en lugar de dar soluciones de envasado reutilizables”. Por eso, para el consultor ambiental el reciclaje es “un arma de doble filo” que sirve para “solventar en último término los problemas de residuos de la economía circular, pero es a su vez un peligro para ella porque puede favorecer continuar con los esquemas habituales de la economía lineal” de usar y tirar.
En la misma dirección apunta Alberto Vizcaíno, ambientólogo y consultor en sostenibilidad y gestión ambiental: “El consumo genera beneficios. Si reduces el consumo, reduces los beneficios”. El experto señala a Maldita.es que “la industria petroquímica financia institutos tecnológicos y cátedras universitarias para generar más contenidos a favor del reciclaje que a favor de la reducción”. Además, como muchos materiales no se pueden reutilizar, como la mayoría de los envases de plástico y aluminio, a las empresas “tampoco les interesan” las vías de reutilizar y reducir. Para los envasadores “es impensable que su modelo de negocio incorpore envases reutilizables”, señala Vizcaíno. El ambiéntologo también señala como responsables a las instituciones públicas al gastar más en promocionar el contenedor amarillo que en concienciar sobre prevención o apoyar al comercio a granel.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Roberto Longueira.
Gracias a vuestros superpoderes, conocimientos y experiencia podemos luchar más y mejor contra la mentira. La comunidad de Maldita.es sois imprescindibles para parar la desinformación. Ayúdanos en esta batalla: mándanos los bulos que te lleguen a nuestro servicio de Whatsapp, préstanos tus superpoderes, difunde nuestros desmentidos y hazte Embajador.
Primera fecha de publicación de este artículo: 22/10/2021