No es lo mismo respirar y captar un irresistible aroma a pan recién horneado o el intenso y salado olor del mar que percibir, a través del mismo gesto, el tufo procedente de un vertedero, de una planta de tratamiento de aguas residuales o de una churrería de feria. No es sólo tu percepción, ya que los olores pueden tener efectos tanto positivos como negativos sobre nuestro bienestar, según un estudio publicado en la revista científica Annals of Agricultural and Environmental Medicine. Pero esto no queda aquí; es más, la exposición prolongada a malos olores puede incluso tener efectos perjudiciales en nuestra salud.
Dolor de cabeza, tos y otros posibles síntomas de los malos olores en la salud
“Los efectos derivados de la exposición a malos olores son múltiples y varían desde náuseas y vómitos hasta pérdida de apetito, irritación de los ojos y las vías respiratorias, dificultad para conciliar el sueño y dolores de cabeza”, explica a Maldita.es Raúl Muñoz, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología del Medio Ambiente de la Universidad de Valladolid (UV).
Entre los síntomas más comunes, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos también menciona la ronquera y el dolor de garganta, la tos, una opresión en el pecho, dificultad para respirar y sibilancias (un sonido silbante y chillón durante la respiración), palpitaciones del corazón, somnolencias e incluso depresión.
Además, si un olor dura mucho tiempo o se repite, puede afectar al estado de ánimo, la ansiedad y el nivel de estrés. Así lo indica el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, que señala que todos estos síntomas generalmente desaparecen rápidamente cuando los olores cesan.
Una investigación publicada en la revista científica Environmental Research indica que la exposición a largo plazo a una mezcla de compuestos volátiles puede aumentar el riesgo de padecer algunas enfermedades como asma o dermatitis atópica.
Los niños, los ancianos y las embarazadas pueden ser más sensibles a los olores
Todo el mundo reacciona a los olores de manera diferente. Hay quienes incluso pueden experimentar síntomas con una baja concentración del olor en el aire. “En general, a medida que aumentan los niveles de concentración, más personas los tendrán”, señalan desde la ATSDR.
Aunque en la mayoría de los casos, como adelantábamos, los síntomas dependen del tipo de sustancia, su concentración en el aire y la frecuencia o la duración de la exposición, existen investigaciones que indican que también pueden influir factores comon la edad de cada persona, su estado de salud y el modo en el que se afronta el estrés.
Los niños pequeños, los ancianos y las mujeres embarazadas pueden ser más sensibles a los olores, tal y como indica la ATSDR. Esto se debe a que los menores tienen una frecuencia respiratoria más rápida que los adultos, por lo que tienen más posibilidades de percibir un mal olor determinado. En Maldita.es os hemos explicado que, por este mismo motivo, los niños sufren más los efectos de la contaminación del aire que los adultos.
Desde la ATSDR subrayan que el sentido del olfato disminuye con la edad. “A veces, es posible que las personas mayores no puedan oler los olores ambientales, por lo que continúan permaneciendo en un área afectada”, señalan.
¿De dónde provienen los malos olores?
Los olores en el ambiente pueden provenir de infinidad de fuentes. La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades especifica algunas de ellas, como las actividades humanas, los animales, la naturaleza, los vehículos y las actividades industriales.
Muñoz afirma que, en la mayoría de los casos, los malos olores provienen de actividades antropogénicas “necesarias para nuestra economía y la sostenibilidad de las ciudades y pueblos”. Por ejemplo, del tratamiento de aguas residuales y de residuos sólidos urbanos, las fábricas de papel, las refinerías de petróleo o la cría de ganado.
Una investigación publicada en la revista Environmental Research indica que las molestias por malos olores se asocian principalmente a la gestión inadecuada de residuos y a la ganadería.
En algunos casos, los olores pueden servir para saber si hay un contratiempo que hay que solucionar, tal y como indica el Departamento de Salud del Estado de Nueva York: “Los problemas de moho, las obstrucciones de aguas residuales y las fugas de gas en el hogar pueden detectarse por su olor, aunque no puedan verse”.
Identificar la fuente del hedor y otros consejos para evitar malos olores
Si los malos olores provienen del exterior, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York recomienda cerrar las ventanas para evitar que entren en casa. “Ajuste su sistema de calefacción, aire acondicionado y ventilación para que recircule el aire del interior y no entre el del exterior”, añade. Durante los días de malos olores, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) también aconsejan hacer ejercicio en interiores.
Si la fuente del hedor está dentro de casa, el primer paso sería identificarla, para así poder eliminarla. Hasta entonces, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York recomienda abrir las ventanas y ventilar con aire fresco la casa.
¿De dónde pueden proceder estos olores? “Pueden estar causados por productos de limpieza, pinturas o disolventes que deberían almacenarse en el exterior o en un armario cerrado o desecharse”, señala el organismo. También pueden provenir de humedades que provocan la aparición de moho, el almacenamiento de la basura o infestaciones de plagas.
“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.