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MALDITA CIENCIA

Por qué es necesario contextualizar el vídeo que propone 15 razones saludables para comer aceitunas: la mayoría de los estudios sobre este fruto son en laboratorio o en animales

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Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de Chatbot de WhatsApp (+34 644 22 93 19) por un vídeo que propone “15 razones para comer aceitunas”. Entre ellas, que el consumo de este fruto protege el corazón y contra el alzhéimer, además de ayudar a mejorar la memoria; disminuir la presión arterial; es un aliado contra el cáncer; calma el dolor; mejora la salud de los huesos, el cabello, la piel y los ojos y retrasa el envejecimiento. 

Es cierto que el perfil nutricional de las aceitunas hace de estas un alimento saludable, pero es necesario enmarcar los beneficios de los que habla el vídeo en el contexto adecuado: de qué tipo de estudio proceden esas conclusiones; si son resultados in vitro (en el laboratorio) o en animales, como ocurre en este caso, o en personas; qué metodología se ha utilizado; si es o no replicable… Y, como siempre, recordar que en nutrición no es adecuado hablar de componentes ni de alimentos aislados, sino del conjunto de la alimentación y el resto de factores que intervienen en una rutina saludable.

Las aceitunas tienen un buen perfil nutricional, pero no son ‘milagrosas’

El problema, en el caso del vídeo por el que nos habéis preguntado, no está en el alimento o sus supuestos beneficios para la salud, sino en el “cómo se comunican” estas supuestas ventajas, como opina la dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles. “Tal y como se presentan [las aceitunas], parece que son prácticamente milagrosas: es como dar una serie de titulares a modo de clickbait para, a continuación, dar los matices que ayudan a entender la evidencia que hay detrás de cada afirmación”, señala la experta.

Como explica Robles a Maldita.es, hay que entender que cuando hablamos de que un alimento es saludable sin hacer matices, como ocurre con las aceitunas, las hortalizas o las frutas, lo hacemos precisamente porque contienen compuestos más allá de sus macronutrientes: los fitonutrientes. Se trata de sustancias bioactivas que ejercen funciones potencialmente beneficiosas para la salud. 

Ahora bien, “si tomamos un alimento saludable, lo ‘descuartizamos’ en sus fitonutrientes y desgranamos los efectos de cada uno de estos compuestos sobre diferentes aspectos de salud (mezclando evidencia científica de gran calidad con otra de menor relevancia), claro que nos resulta un mensaje impresionante”, señala Robles.

Existen estudios sobre los posibles beneficios en la salud del consumo de aceitunas, pero todavía hacen falta investigaciones en humanos bien diseñadas

Es cierto que hay investigaciones que relacionan las aceitunas con beneficios en nuestra salud. Por ejemplo, una revisión de estudios publicada en 2020 en la revista científica Journal of Nutritional Science concluye que estas tienen un importante valor nutricional por su contenido en grasas monoinsaturadas (fundamentalmente ácido oleico), fibra, vitamina E y compuestos fenólicos (precisamente parte de las sustancias mencionadas en el vídeo por el que nos habéis preguntado). 

Según concluyen los investigadores, los posibles beneficios en la salud asociados con el consumo de aceitunas se relacionan principalmente con la presencia de estas grasas monoinsaturadas (que disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular), además de con el papel que desempeña la vitamina E en la protección del cuerpo frente al daño oxidativo y las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del hidroxitirosol (una sustancia con propiedades antioxidantes). 

Ahora bien, son los propios autores quienes subrayan que la mayor parte de la información procede de estudios en cultivos celulares y con animales: “La necesidad de estudios en humanos bien diseñados es imprescindible para determinar las condiciones en las que las aceitunas de mesa proporcionarán beneficios para la salud”, resaltan los científicos.

Cuidado con la sal

Los investigadores de ese mismo estudio también advierten sobre el alto contenido en sal de estos frutos (de entre 2 hasta 4 gramos por cada 100 si están rellenas de anchoa), debido a la salmuera empleada en su conservación. “Cuando un producto tiene más de 1,25 gramos de sal por cada 100, consideramos que es muy alto en sal, y este [las aceitunas] lo triplica”, recordaba Robles en Saber Vivir [min. 07:20].

Aunque no se trate de un producto que se coma diariamente y en grandes cantidades, esta característica provoca que la recomendación sea escoger la alternativa que menos cantidad de sal contenga (mirando en el etiquetado de la marca en cuestión) o tratar de reducirla enjuagando las aceitunas con agua. Aun así, ten en cuenta que la sal se encuentra en el interior de la aceituna, por lo que no es un truco infalible.

“En cuanto al caso concreto de las aceitunas, deberíamos quedarnos con la idea de que son una buena opción nutricional y una fuente de grasa de buena calidad”, resume Robles. “Pero, si en lugar de aceitunas tomamos aceite de oliva virgen como grasa, estupendamente también. Y si por la razón que sea no queremos o podemos hacerlo, tenemos otras opciones de alimentos saludables que nos aportan grasas monoinsaturadas como los frutos secos o el aguacate”.

Este contenido es apoyado por la iniciativa “Alimentando el cambio” de ALPRO en el que Maldita.es colabora elaborando contenidos independientes según su metodología.

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