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Cómo la pandemia ha influido en el infradiagnóstico, el tratamiento y la supervivencia de los pacientes con cáncer

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En España una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres desarrollarán cáncer, según la Asociación Española Contra el Cáncer. Este organismo indica que la supervivencia de los afectados ha crecido un 20% en los últimos 20 años gracias a nuevas herramientas de diagnóstico precoz y tratamientos más específicos y eficaces. Pero la pandemia de coronavirus ha supuesto un descenso tanto en el número de nuevos diagnósticos como en el inicio de nuevos tratamientos en la población con esta enfermedad. 

El cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de mortalidad. Los tumores más frecuentemente diagnosticados en el mundo en el año 2020 fueron los de mama, pulmón, colon y recto, próstata y estómago, todos ellos con más de un millón de casos, tal y como indica el informe Las cifras del cáncer en España 2021. 

Por ejemplo, en España el cáncer de pulmón es el tumor más mortal y fue la segunda causa de muerte en hombres en los cinco primeros meses de 2020 (por detrás de la COVID-19), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que recoge la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

Uno de cada cinco pacientes con cáncer no ha sido diagnosticado o ha sido diagnosticado tarde por la pandemia

En España se diagnostican 277.000 nuevos casos de cáncer cada año, según la Sociedad Española de Oncología Radioterápica. “Pero se estima que debido a la pandemia, se están diagnosticando entre un 10% y un 20% menos de casos de cáncer, lo que supondría diagnosticar 30.000 casos menos al año en nuestro país”, cuenta a Maldita Ciencia Esther Holgado, jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital La Luz (Madrid).

Un informe sobre el impacto sanitario del coronavirus en la atención hospitalaria a pacientes oncohematológicos en España concluye que entre marzo y junio de 2020 el número de primeras consultas (es decir, de pacientes nuevos) decreció casi un 21% con respecto al mismo periodo de 2019. Los autores del informe estiman que uno de cada cinco pacientes con cáncer no ha sido diagnosticado o ha sido diagnosticado tarde.

“Sabemos que el número de nuevos casos de cáncer se incrementará en los próximos años. Al continuo aumento de nuevos casos que hemos constatado, habrá que sumar el retraso del 21% de nuevos casos no diagnosticados durante la primera ola de la pandemia”, afirma la Sociedad Española de Oncología Médica, que ha participado en la elaboración del informe.

Javier Cortés, director del Centro Internacional de Cáncer de Mama (IBCC, por sus siglas en inglés) del Grupo Quirón en Barcelona, afirma a Maldita Ciencia que la situación “está siendo un drama”. “Aproximadamente estamos diagnosticando un 20% menos de cáncer, lo que significa que estos pacientes debutarán con una enfermedad mucho más avanzada”, señala. 

La situación es similar con otros tipos de cáncer. Por ejemplo, en España una quinta parte de los melanomas (un tipo de cáncer de piel) no se diagnosticaron durante la pandemia, según una encuesta realizada por desarrollada por la Coalición Global para la Defensa del Paciente con Melanoma que recoge la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Algunos diagnósticos se realizan cuando la enfermedad ya es incurable

¿Por qué es tan importante la detección precoz del cáncer? Una vez que aparece esta enfermedad, cuanto más precoz sea la detección, más probabilidades hay de curación, según los expertos consultados. Pero, tal y como indica Holgado, con la pandemia se están diagnosticando tumores en fases muy avanzadas, “cuando los síntomas son evidentes en muchos casos y la enfermedad ya es incurable”. 

Según la experta, esto conlleva una menor supervivencia de los pacientes, una menor calidad de vida y un mayor gasto sanitario, “ya que los tratamientos empleados para cronificar una enfermedad en estadios avanzados son mayores que los gastos del tratamiento en estadios precoces de la enfermedad”. “Por no hablar de los gastos indirectos que supone tener un paciente con una enfermedad crónica incurable”, añade.

Fátima Santolaya Sardinero, miembro del Grupo de Trabajo de Oncología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), confirma a Maldita Ciencia que el diagnóstico de cáncer en fases tempranas es fundamental para mejorar el pronóstico en estos pacientes, limitar el tamaño y la extensión del tumor, la aparición de metástasis y las complicaciones. “Un retraso en el diagnóstico puede condicionar las posibilidades de supervivencia del paciente así como su calidad de vida”, señala.

Teresa Alonso, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica y oncóloga médico del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, explica a Maldita Ciencia que un diagnóstico precoz, además de incrementar las opciones de curación, facilita que el tratamiento sea menos agresivo.

En tumores localizados, “puede ser suficiente el tratamiento quirúrgico o la radioterapia”. “Sin embargo, en tumores más avanzados, se suele requerir un tratamiento multimodal que requiera un tratamiento más agresivo quirúrgico con mayor riesgo de complicación y de secuelas, así como tratamiento quimioterápico y radioterápico”, añade.

El colapso de la asistencia primaria, el miedo a desplazarse a centros de salud y otros factores que influyen en el infradiagnóstico

Detrás de este descenso del número de diagnósticos hay varios motivos. Gemma Sancho Pardo, del Servicio Oncología Radioterápica del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y vocal de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) explica a Maldita Ciencia que ha influido el colapso de la asistencia primaria focalizada en la atención de pacientes Covid-19. “Esto ha llevado a la suspensión temporal de los programas de cribaje de cáncer y retraso de las visitas de pacientes con síntomas leves y moderados, aparentemente no urgentes, pero que eran la primera manifestación del cáncer”, señala. 

A ello se suma el “miedo de la población a desplazarse a los centros de salud por temor al contagio y la disminución del número de biopsias, pruebas radiológicas y cirugías diagnósticas por priorizarse su uso en la atención COVID-19”.

Cómo la pandemia ha afectado a los pacientes que reciben tratamientos oncológicos

Si no hay diagnóstico, difícilmente se puede iniciar un tratamiento. Pero a quienes ya lo habían empezado, la pandemia también les ha afectado. Un informe sobre el impacto sanitario del coronavirus en la atención hospitalaria a pacientes oncohematológicos indica que en la primera ola descendió un 14% el número de personas atendidas en hospitales de día respecto al mismo periodo del año 2019, un 9,5% el número de tratamientos con quimioterapia y un 9% el número de pacientes atendidos en los servicios de radioterapia.

Sánchez explica que se han tenido que retrasar cirugías por falta de respiradores e imposibilidad de derivar pacientes a las UCIS en caso de complicaciones. “También se han limitado los tratamientos con quimioterápicos para evitar una disminución de las defensas y el riesgo de sufrir infecciones graves y se han reducido los trasplantes en pacientes con leucemias”, comenta.

En cuanto a la radioterapia, “se ha diferido el inicio de tratamientos en aquellos pacientes con tumores poco agresivos, muy iniciales y que podían esperar sin tener consecuencias negativas en el pronóstico”. También se ha retrasado el inicio en pacientes con cáncer de mama o próstata que ya estaban realizando tratamientos hormonales con buen control de la enfermedad, según la experta.

Además, se ha priorizado la atención telefónica y se han ajustado tratamientos para minimizar riesgos y reducir el número de desplazamientos al hospital, según la SEOM. En aquellos casos en los que era imprescindible iniciar el tratamiento radioterápico, Sánchez cuenta que se han tomado el máximo de precauciones y se han activado todos los sistemas para crear “circuitos limpios” y evitar al máximo el contacto con pacientes infectados por SARS-CoV-2. 

Los retrasos en el tratamiento pueden dificultar la supervivencia de los pacientes 

A día de hoy no hay datos que permitan cuantificar con precisión el impacto que ha tenido la pandemia en la supervivencia de pacientes con cáncer, según los expertos consultados. Algunas investigaciones analizan cómo afecta el retraso en el tratamiento de cáncer en la mortalidad. Una revisión publicada en la revista British Medical Journal indica que un retraso de cuatro semanas en el tratamiento se asocia con una mayor mortalidad en siete tipos de cáncer.

Gracias a las campañas de detección precoz, los diagnósticos cada vez se hacen en fases más tempranas de la enfermedad. Esto, según Holgado, ha ayudado a mejorar la supervivencia de los pacientes, “que en el momento actual llega hasta el 60%”. La jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital La Luz apunta a que la crisis sanitaria del coronavirus podría lastrar hasta un 33% la supervivencia en algunos tipos de cáncer. 

El impacto psicológico de la pandemia en las personas con cáncer 

Josep Tabernero, director médico del IOB Instituto de Oncología y jefe del departamento de Oncología del Hospital Universitario Vall d’Hebrón, cuenta a Maldita Ciencia que la pandemia también ha afectado psicológicamente a estos pacientes.

“A pesar de que tienen un gran coraje, el hecho de tener una preocupación añadida provocada por el sufrimiento de otros familiares por el COVID-19 y también por el miedo a contraer la enfermedad y el acceso a la vacunación les produce más incertidumbre y más ansiedad”, señala. 

Un estudio sobre el impacto psicosocial provocado por la COVID-19 indica que una de cada tres personas con cáncer ha desarrollado ansiedad y depresión a causa del confinamiento. También concluye que las personas con cáncer se muestran bastante más preocupadas por la pandemia que la población en general. 

La edad, la situación económica, la gestión de la información, el miedo al contagio y los retrasos en las pruebas oncológicas influyen negativamente sobre el estado psicológico de estos pacientes.

Por qué la COVID-19 también ha frenado la investigación sobre el cáncer

La pandemia también ha paralizado la investigación para combatir la enfermedad. Un informe elaborado por las sociedades científicas españolas que agrupan a los profesionales sanitarios que atienden a personas con cáncer indica que se ha producido un descenso del 30% en el número de pacientes reclutados en estudios clínicos. 

Fátima Santolaya cuenta a Maldita Ciencia que “la COVID-19 y la situación que estamos viviendo en los últimos meses ha hecho que gran parte de la investigación se centre en este tema en detrimento de otros”. 

Se han suspendido ensayos clínicos por motivos de seguridad, así como la puesta en marcha de opciones terapéuticas distintas, tanto en fármacos como en técnicas”, señala. Además, considera que la crisis económica generada por la pandemia, los cambios sociales y la orientación de los recursos sanitarios hacia la COVID-19 “sin duda influirán en el desarrollo de nuevos proyectos de investigación a medio y largo plazo, algo que generará un empeoramiento de los resultados en el diagnóstico y tratamiento oncológico, así como en la calidad de vida y en el pronóstico de los pacientes”.

En Maldita Ciencia también te hemos contado qué bulos contra el cáncer te están intentando colar y por qué el lenguaje es importante y no debemos usar términos como "batalla" al hablar de esta enfermedad.


Primera fecha de publicación de este artículo: 04/02/2021

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