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De evitar tocar la taza del váter a cerrarla antes de tirar de la cadena: consejos para reducir el riesgo de infección en un baño público

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Probablemente hayas tenido que entrar infinidad de veces a baños públicos de restaurantes, hoteles, centros comerciales o estaciones de servicio. En esos casos, algunas personas evitan sentarse en la taza del váter y prefieren ponerse de cuclillas, algo que puede resultar realmente incómodo. ¿Es recomendable hacerlo para evitar infecciones? Os lo explicamos. 

La probabilidad de coger una infección por sentarse en la taza es baja, pero existe

Al sentarte en la taza del váter, entras en contacto con la microbiota de la piel de los anteriores usuarios. Aunque podrías infectarte si tienes una herida en la piel, el riesgo principal se produciría si tocas cualquier superficie contaminada y después no te lavas las manos. 

Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, explica a Maldita.es que la mayoría de estas bacterias no revisten ninguna peligrosidad y no es probable que se desplacen a la propia piel de uno mismo.

No obstante, “no se puede descartar que sobre esa superficie haya microorganismos patógenos (bacterias o virus) de anteriores usuarios”. Por ejemplo, menciona las cepas patógenas de E. coli (un tipo de bacteria que vive en el intestino y que puede producir enfermedades y causar diarrea) o norovirus procedentes de las secreciones orina, heces, gotículas o esputo (pueden provocar gastroenteritis). 

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) indican que alguien puede infectarse si toca superficies u objetos contaminados con norovirus y luego se lleva los dedos a la boca.

Una revisión publicada en Science of The Total Environment indica que en los baños públicos suele haber más diversidad microbiana que en los privados y, probablemente, más riesgo de infección. Especialmente si tocas una superficie contaminada y luego te llevas la mano a la boca. Las superficies que se tocan con frecuencia en los baños pueden estar contaminadas con patógenos de origen fecal o urinario, según un estudio publicado en PLOS ONE.

Una infección también podría producirse a través de un corte o una herida en las nalgas o en los muslos, aunque es muy poco probable, según el portal de noticias médicas WebMD. Judy Daly, profesora de patología en la Universidad de Utah, explica a este portal que “incluso si se entra en contacto con virus o bacterias particulares, habría que contraerlos en cantidades lo suficientemente grandes como para enfermar”.

¿Cuándo es recomendable evitar sentarse en la taza del váter?

Los riesgos de sentarse en un inodoro dependen en gran medida de la calidad de la higienización del lugar público, según explica Jiménez: “En hoteles a veces hay una ‘etiqueta’ con garantía de desinfección cuando ocupas la habitación, pero en bares y restaurantes no es posible desinfectar entre uso y uso y, claro, no sabes si el último usuario ha sido microbiológicamente pulcro”. 

La revisión citada anteriormente indica que los baños públicos pueden ser antihigiénicos si están sujetos a un uso intensivo y una limpieza y un mantenimiento poco frecuentes o deficientes.

Jiménez recomienda evitar sentarse en cualquier inodoro público o privado “fuera del entorno íntimo siempre que se dude de sus condiciones higiénicas”. Esto, según cuenta, es especialmente importante en el ámbito hospitalario: “En este entorno los servicios pueden ser un nodo de transmisión de bacterias multirresistentes a los antibióticos y el personal sanitario podría transmitir esos patógenos a personas de riesgo (por ejemplo, pacientes inmunosuprimidos o en UCI)”.

El microbiólogo aconseja además “higienizar las superficies de contacto antes de sentarse o utilizar algún tipo de aislamiento”. “Hay lugares que ofrecen círculos de papel desechable, que aíslan pero no valen si la superficie está húmeda”, añade.

El “viejo truco” de cubrir la taza con papel higiénico “supone un aislamiento físico entre los posibles contaminantes depositados en la taza y la piel o mucosas del usuario”. No obstante, Jiménez asegura que si hay humedad (por ejemplo, si la taza está mojada o se suda) las bacterias van a difundirse fácilmente a través del papel: “La malla de celulosa del papel higiénico no está diseñada para retener eficazmente los microorganismos”. 

¿Pasar una toallita mojada por la taza puede ser una buena opción? Depende. El microbiólogo explica que a veces hacerlo “puede resultar cosmético pero no eficaz al contribuir a diseminar y no necesariamente a diluir los microorganismos”. “Otra cosa es que sea una toallita desinfectante, con alcohol u otro desinfectante. Entonces sí”, afirma. El cloro que trae el agua del grifo “no asegura una eliminación inmediata de posibles patógenos”.

Bajar la tapa antes de tirar de la cadena, lavarse las manos y otros consejos al utilizar un baño público

Al ir al baño, hay varios factores a tener en cuenta: además de las superficies potencialmente contaminadas, también hay que prestar atención al ambiente. Jiménez subraya que habitualmente se trata de lugares sin ventilación que pueden estar cargados de aerosoles de origen respiratorio o generados por el flujo de agua del inodoro. Por lo tanto, considera que en los baños públicos “la mascarilla es un plus”.

También sería aconsejable bajar la tapa del váter antes de tirar de la cadena. “El inodoro concentra microorganismos de origen fecal y el flujo violento de la cadena puede aerosolizar una mínima parte de agua contaminada que se mantendrá en el el ambiente o se proyectará en gotículas sobre las superficies adyacentes (por ejemplo, en la tapa o las paredes) que luego podemos tocar”, indica Jiménez. 

Una investigación publicada en Antimicrobial Resistance & Infection Control indica que la nube de aerosoles al tirar de la cadena puede llegar a permanecer en el aire media hora. En Maldita.es ya os hemos contado qué sabemos sobre la posible transmisión de COVID-19 al tirar de la cadena antes de cerrar la tapa del inodoro.

Una higiene adecuada de manos, la limpieza y desinfección de superficies y el mantenimiento y ventilación de los baños también pueden reducir al mínimo el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas, según una revisión publicada en Science of The Total Environment.

Jiménez confirma que la principal medida preventiva es el lavado de manos. También aconseja optar por las toallitas de papel desechables frente a los sistemas de secado con aire, ya que también pueden contribuir a dispersar aerosoles. “En definitiva, lejos de caer en la hipocondría, la higiene, el lavado de manos, la ventilación y, sobre todo, el sentido común son las mejores medidas preventivas”, concluye.

“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.


Primera fecha de publicación de este artículo: 19/11/2021

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