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Por qué hay personas que se desmayan al ver o hablar de sangre y cómo pueden intentar evitarlo

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Quizás conozcas a alguien así. O quizás sea tú esa persona. Personas que se desmayan cuando ven sangre. O incluso cuando se habla de sangre nada más. ¿Por qué pasa esto? ¿Podemos hacer algo para evitarlo?

El nombre médico de estos desmayos es síncope vasovagal. "Es una reacción de nuestro sistema cardiovascular. La tensión baja mucho en milisegundos y disminuye el flujo de sangre al cerebro, lo que supone mareos. Es una pérdida repentina del tono muscular y a veces de la conciencia pero dura muy poco. La tensión se recupera enseguida", explica a Maldita Ciencia José María Molero, médico de familia en la Comunidad de Madrid.

En este caso, la bajada de presión arterial se debe a una fuerte emoción, que desbarajusta el sistema nervioso autónomo con una bajada de la tensión arterial que provoca el síncope, añade Molero. El médico de familia aclara que son casos leves o benignos. Suele ocurrir más en personas jóvenes y hay que prevenirlos en lo posible conociendo en qué circunstancias nos puede dar un síncope.

Además, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), el miedo o ansiedad marcada a ver sangre es considerada una fobia específica. ¿Se puede tratar esta fobia a la sangre? La respuesta es sí.

¿Cómo se hace? "Afrontando poco a poco las situaciones temidas, empezando por las que generan menos ansiedad hasta llegar a las situaciones más difíciles", explica en su blog Elena Miró, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada.

Con una técnica concreta para evitar los desmayos, se enseña a tensar los músculos más grandes del cuerpo para lograr un aumento de la presión sanguínea que impida el desmayo. También se enseña a detectar los descensos en la presión sanguínea para que en ese momento pueda aplicarse la técnica.

En ese momento, la persona se sienta y tensa los músculos de los brazos, piernas y tronco unos 10 segundos, hasta notar una sensación de calor que sube hacia la cabeza. A continuación, se elimina la tensión durante unos 20 segundos y se repite el ciclo.

Tras aprender a controlar los picos de tensión sanguínea, la persona se expone a lo que provoca la impresión, en este caso la sangre. Por ejemplo, la persona con fobia va a una extracción de sangre y mantiene en tensión el torso, los músculos de las piernas y el brazo en el que no le vayan a pinchar, manteniendo el otro relajado para permitir la extracción de sangre.

Otra técnica que ha probado su efectividad es ralentizar la respiración sin relajar los músculos para eliminar la hiperventilación típica de la ansiedad previa al desmayo.

Primera fecha de publicación de este artículo: 2/11/2020.


Primera fecha de publicación de este artículo: 09/11/2020

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