A todos nos ha ocurrido alguna vez que nos hemos quedado dormidos en el sofá viendo una película y al trasladarnos a la cama para seguir durmiendo, ha aparecido el desvelo y nos ha costado mucho volver a dormirnos. Pueden haber pasado apenas unos segundos entre un momento y otro y el sueño se nos ha perdido por el camino, ¿por qué ocurre esto?
El motivo tiene que ver con la naturaleza del sueño y también con nuestras expectativas hacia él.
Qué tiene que ocurrir para que podamos dormir
"El sueño no es un proceso voluntario", explica Francesca Cañellas, psiquiatra de la Unidad Multidisciplinar del Sueño del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca y miembro del Grupo de Trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño, "sino algo que ocurre cuando se cumplen determinadas condiciones".
Una de ellas es que hayamos pasado un tiempo despiertos, continúa la experta, un tiempo durante el que la necesidad de volver a dormir se va acumulando hasta alcanzar un nivel suficiente para que tengamos sueño. Otra de ellas es que se den determinadas circunstancias ambientales: que sea de noche, que haya oscuridad, un nivel térmico confortable, que estemos tumbados, que nos sintamos seguros y tranquilos... "Esto obviamente no tiene que ser así siempre, pero son los requisitos generales para quedarnos dormidos".
En la cama, la ansiedad por no dormir nos impide dormir
En principio, la cama debería ser el lugar ideal para que se cumplan esas condiciones, y para la mayoría de la gente, así es. Pero para otras personas, especialmente para las que ya han tenido problemas de sueño previamente, meterse en la cama es un momento cargado de expectativas y ansiedad precisamente por la preocupación anticipada de no poder dormirse. "Acaban creando una asociación negativa entre meterse en la cama y dormir que termina siendo precisamente la causa, o una de las causas, de que no puedan dormir", dice Cañellas.
Lo mismo explicaba a Maldita.es Olga Mediano, neumóloga y coordinadora del área de sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR): “Cuando una persona empieza a pensar que no va a dormir bien y al día siguiente se va a encontrar peor, ese pensamiento genera una ansiedad que dificulta más el quedarse dormido”, aseguraba al hablar sobre algunos consejos por si te desvelas en medio de la noche y te cuesta volverte a dormir.
Si además antes de acostarnos hemos dado una cabezadita en el sofá, hay otra dificultad añadida para dormirnos al llegar a la cama: hemos descargado esa necesidad de volver a dormir que habíamos ido acumulando durante todo el día desde que nos despertamos por la mañana, así que en ese momento ya no tenemos tanto sueño.
En el sofá podemos estar más relajados pero ojo con la tele
¿Y por qué en el sofá no hemos tenido problema para quedarnos dormidos? "Porque cuando estabas viendo esa película no estabas agobiado por no poder dormir", responde Cañellas. En ese momento estabas realmente relajado y sin expectativas, en un sitio cómodo y seguro. Se cumplían prácticamente todas las condiciones necesarias para poder entrar en ese estado deseado pero involuntario.
Casi todas, porque hay una que no. "La luz en general inhibe la producción de melatonina, una hormona que interviene en el momento de conciliar el sueño. Esto es especialmente acusado con la luz azul que emiten las pantallas". Por eso, según la experta, la televisión no es realmente amiga del sueño, sino todo lo contrario. Sobre esto puedes leer más aquí.
Qué puedes hacer para evitarlo
Si esto te pasa una noche, puede ser molesto pero poco importante. Pero si te pasa a menudo puede convertirse en un problema. Aquí van algunos consejos para solucionarlo.
Por un lado, evita quedarte dormido en el sofá, delante de la televisión. Si estás viendo una película y notas que te adormilas, apaga la tele y vete inmediatamente a la cama. Si quieres seguir viendo la tele, "siéntate en una silla o en un sitio menos cómodo hasta que se termine la película", recomienda Cañellas.
Además, crea una rutina básica y fija antes de acostarte en la que el dormitorio esté reservado solamente para dormir: ni trabajar, ni usar el ordenador, ni ver la tele... "La cama solo debe ser para dos cosas: dormir y sexo", zanjaba Irene Cano, neumóloga de la Unidad de Sueño del Hospital Universitario Ramón y Cajal y miembro del Área de Sueño de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) en la Twitchería de Maldita.es en la que hablamos del sueño.
Primera fecha de publicación de este artículo: 02/09/2021