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En Maldita.es elaboramos un artículo en el que desmentíamos algunos mitos que relacionaban el semen con supuestos beneficios para la salud de las mujeres y también hemos explicado si existe alguna forma de mejorar la cantidad y la calidad de este fluido. Ahora nos habéis preguntado por un chascarrillo muy concreto que circula en redes sociales desde hace mucho tiempo: si tomar piña (o productos que contengan esta fruta, como zumos o preparados) puede influir de alguna forma (según muchos de esos contenidos, a mejor) en el sabor del semen.
En primer lugar, debemos contar que en los repositorios de artículos e investigaciones científicas (como Google Scholar, Web of Science, Sciencedirect o el repositorio de prepublicaciones de ciencias de la salud medRxiv) no aparece ningún estudio que haya explorado la relación entre el consumo de este alimento y el sabor del fluido seminal. Por lo tanto, no hemos encontrado literatura científica que avale que comer piña pueda cambiar el sabor del semen.
Sí que existe evidencia científica que vincula un patrón alimenticio adecuado con una mejor calidad del semen. Este estudio observacional publicado en 2012 en la revista Human Reproduction explora varios parámetros del semen (concentración, capacidad de movimiento y morfología del esperma) en dos grupos de personas con pene: uno con una dieta rica en carnes procesadas, snacks, bebidas energéticas e insana en general; y otra rica en pescado, pollo, verduras, frutas y alimentos saludables. Los investigadores comprobaron que el grupo de la dieta sana presentaba parámetros del semen mucho más favorables que el otro, aunque no se tuvo en cuenta el sabor de este fluido dentro de los parámetros de calidad.
Por qué experimentos y estudios de internet que “demuestran” esta relación no son científicamente precisos
Si cualquier maldito o maldita acude a algún motor de búsqueda con esta duda, encontrará contenidos que afirman que esta relación es cierta o incluso supuestos experimentos que lo “demuestran”. Por un lado, encontramos contenidos en los que profesionales de la sexología (como este, este, este o este) deducen que esto es verdad alegando que la dieta afecta a la calidad de los fluidos corporales, también del líquido seminal (hablaremos de esto a continuación) y, por tanto, al sabor. Sin embargo, estos profesionales o no aportan referencias científicas que sustenten este argumento o reconocen que aún no se han completado estudios en la materia.
Sí que existen contenidos de portales especializados —como Healthline o Health.com, que también explora si este producto afecta al sabor de los fluidos vaginales— que recogen un listado de productos que pueden influir en el sabor del semen. Pero esta relación de alimentos se basa en lo que reportan algunas personas sobre una impresión subjetiva como es el sabor, e insisten en que no hay evidencia definitiva que vincule la ingesta de piña con un mejor sabor del semen.
Por otro lado, también es fácil toparse con contenidos en YouTube, Reddit o artículos periodísticos que dicen confirmar de manera empírica que esto es cierto. Aunque es cierto que una de las claves del método científico es la experimentación, estos intentos de demostrar esta relación carecen de elementos necesarios para demostrar evidencias: una escasa muestra poblacional (solo una persona, en lugar de un grupo en el que se pueda evaluar los efectos de la piña), no existe un grupo control que no esté expuesto al producto para descartar que otros factores estén interfiriendo en el sabor del semen, se desconocen si se han tomado medidas para evitar sesgos, estas “investigaciones” no están revisadas por pares o evaluadas por otros expertos en la materia, etcétera.
Una figura muy empleada para determinar si algo presenta evidencia científica es la pirámide de la evidencia, que es una clasificación que ayuda a determinar si las pruebas, textos o casos que se nos presentan están fundamentados en evidencia científica.
En el caso de la piña y el sabor del semen, las pruebas que existen actualmente se encuentran en la base de dicha pirámide: son ideas, opiniones, anécdotas y valoraciones. Esto no quiere decir que sean menos importantes, ya que esta parte de la pirámide ayuda a formular hipótesis y preguntas que puedan resolverse con los escalones más altos de esta figura. Este artículo explica más a fondo el concepto de pirámide de la evidencia.
Un semen saludable no se determina por su sabor, sino por la cantidad, movimiento y estructura de los espermatozoides
La evidencia científica sí ha explorado otros factores que se analizan del semen y que están relacionados con una mejor fertilidad y una buena salud. Estos factores, según la Clínica Mayo, son la cantidad de espermatozoides en el líquido seminal, la motilidad (capacidad de movimiento) de estas células sexuales y la morfología (estructura) de los espermatozoides. Por lo tanto, el sabor del semen no es un indicativo de la calidad de este fluido.
¿Qué hay que hacer para tener una buena calidad seminal? Como os contamos en este artículo, mantener un peso y una dieta saludable, tomar las precauciones necesarias para prevenir infecciones de transmisión sexual, controlar el estrés y realizar actividad física. Además, es recomendable evitar el tabaco y el consumo de alcohol, el uso de lubricantes durante las relaciones sexuales, consultar con un profesional médico los medicamentos que pueden intervenir en la fertilidad (bloqueadores de los canales de calcio, antidepresivos tricíclicos, los antiandrógenos...) y mantener una temperatura adecuada en la zona.
Primera fecha de publicación de este artículo: 01/10/2021
