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¡Buena previa al fin de semana, malditas y malditos! El consultorio científico de Maldita Ciencia está a punto un viernes más para tratar de responder a todas las dudas que nos habéis planteado durante los últimos días. En esta ocasión, las escogidas tienen que ver con pestañas, deporte, dientes y trucos para desatascar tuberías, ¡para todos los gustos!
Antes de pasar a vuestras cuestiones, recordad que nos podéis hacer llegar todas las que se os ocurran por Twitter, Facebook, correo electrónico ([email protected]) o a nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 22 93 19). ¡Nos ponemos a ello!
Los dientes, ¿son huesos?
Son duros, más o menos blancos y, aparentemente, muy parecidos a los huesos pero, ¿podemos incluir los dientes dentro de esta categoría? Lo cierto es que no. No solo por los materiales por los que están formados, sino por las características propias de esos materiales: mientras que los huesos están compuestos por tejidos vivos (como el colágeno) que les permiten repararse en caso de fracturas, el esmalte dental no tiene esa capacidad. Para ‘arreglarlo’ debemos acudir al dentista y que utilice materiales a instrumental especiales.
Aunque hay bastantes similitudes entre ambos, huesos y dientes, son estructuras muy diferentes. Mientras que los dientes están formados por tres tejidos duros (esmalte, dentina y cemento) y uno blando no calcificado (la pulpa, el centro del diente); los huesos los componen dos tipos de materiales diferentes, conocidos como hueso compacto, la parte sólida, y hueso esponjoso, lleno de médula ósea roja y amarilla.
La primera característica que hace que los dientes no pertenezcan a la misma categoría que las estructuras óseas es su capa externa y transparente: el esmalte. Se trata de la sustancia más dura de todo el cuerpo que, a diferencia de los huesos, no contiene ningún tejido vivo. Su función es proteger cada una de las piezas y dar a nuestra dentadura la resistencia adecuada para cumplir su cometido, la masticación.
Bajo él, se encuentra la dentina, la culpable de la sensibilidad dental al tomar alimentos muy calientes o muy fríos si el esmalte se desgasta. A continuación, la pulpa, el tejido blando en el centro de los dientes que alberga los nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo.
Además de su composición, otra de las diferencias entre los dientes y los huesos es cómo se reparan. Al rompernos un hueso, comienza un proceso de curación en el que el colágeno logra producir nuevo tejido. Esta sustancia da a los huesos un marco flexible que les permite resistir la presión y, con la ayuda del calcio, los hace suficientemente fuertes para soportar el peso del cuerpo.
Los dientes rotos, en cambio, no tienen la habilidad de sanarse solos, ya que el esmalte no contiene ningún tejido vivo. Este es el porqué de que si se fisura o rompe permanecerá así hasta que un profesional en odontología lo repare. Lo mismo sucede con las caries: una vez presentes, no desaparecerán por sí solas, por mucho que esperemos o nos lavemos los dientes.
Por último, la médula ósea de los huesos es capaz de producir glóbulos rojos y blancos, lo que no ocurre en los dientes.
¿Es el ‘lifting’ de pestañas perjudicial para la piel, los ojos o las propias pestañas?
Si hace una semana os contábamos qué es el ácido hialurónico y para qué sirve, ahora nos habéis preguntado por otro tratamiento: el lifting de pestañas. O lo que es lo mismo, estirar las pestañas con determinados productos para dar una mayor longitud y espesor a la mirada. ¿Es este procedimiento perjudicial para la piel, los ojos o las propias pestañas? Depende. Si se abusa de él o no se realiza de forma adecuada, sí pueden darse algunas complicaciones.
Cuando el tratamiento es realizado por un profesional, suele ser seguro y supone pocos riesgos, según cuenta a Maldita.es la dermatóloga Gloria Garnacho Saucedo, de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Sin embargo, subraya que en muchos casos el lifting se hace con productos que se pueden adquirir y ser aplicados por uno mismo “con el riesgo que ello supone, ya que pueden aparecer complicaciones”. “En un centro especializado no están exentos de ellas, pero al tener más conocimientos pueden evitarlas en gran medida y saben cómo gestionarlas”, indica.
Todos aquellos procedimientos que alteran la estructura del pelo (ya sea pelo del cuero cabelludo o de las pestañas) “desnaturalizan las proteínas capilares para poder modificar su estructura de una forma semipermanente (hasta que vuelve a crecer)”.
Por ello, si la aplicación es muy reiterada o agresiva o si la persona es especialmente vulnerable, “puede dañarse el pelo de base y después crecer más débil, menos grueso y con menor brillo”. La experta aconseja no abusar de este tipo de tratamientos y esperar meses de descanso entre uno y otro.
Además, antes de hacer el lifting a veces hay que tratar las pestañas con agentes químicos para hacerlas más moldeables, tal y como indica a Maldita.es Óscar Muñoz, dermatólogo de la Unidad de Tricología y Trasplante Capilar del Grupo Pedro Jaén. Esto puede repercutir en la pérdida de pestañas: “Hemos visto bastantes casos de alopecia permanente de pestañas por el uso de estos métodos, de manera que no solemos recomendarlos”.
Y más allá de las pestañas, ¿cómo afecta este tratamiento a los ojos? Ana Belén Cisneros del Río, vicedecana Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, explica a Maldita.es que los productos utilizados “pueden causar alergias oculares e incluso a veces pueden producir alteraciones como blefaritis (inflamación, irritación y enrojecimiento de los párpados), dermatitis de contacto y edema (hinchazón) de párpados”.
La experta hace hincapié en que si se tiene algún problema en los ojos, no sé debería optar por este tipo de técnicas. El lifting tampoco sería recomendable para pacientes con antecedentes de dermatitis atópica, rosácea, dermatitis de contacto o alergias, según Garnacho, ya que en estos casos es más fácil que surjan complicaciones.
¿Hacer demasiado deporte tiene efectos negativos en la salud?
Con el comienzo del curso escolar y el año nuevo, es habitual apuntarse al gimnasio o comprometerse a hacer ejercicio de forma regular, algo que ya hemos contado que tiene muchos beneficios para la salud, además de adelgazar. Si eres capaz de mantener ese objetivo puede que incluso aumentes la frecuencia o intensidad del ejercicio. Incluso puedes que llegues al punto de hacer ‘demasiado deporte’. Nos habéis preguntado si un exceso de actividad física tiene efectos perjudiciales en la salud. La respuesta es que sí puede tenerlos, en forma de inflamación o daños, si la intensidad o la duración son excesivas sin que hayamos realizado una adaptación previa.
“El sistema inmunitario tiene una respuesta en forma de V invertida respecto a la actividad física. En el eje horizontal se pone la intensidad del esfuerzo y en vertical la calidad de nuestro sistema inmunitario”, explica a Maldita Ciencia Raquel Blasco, médica internista especializada en medicina del deporte y maldita que nos has prestado sus superpoderes.
“Un individuo sedentario tiene un sistema inmunitario normal tirando a poco desarrollado por un estilo de vida poco saludable. Pero al avanzar en duración e intensidad de esfuerzo que haga, esa inmunidad va mejorando hasta llegar a un tope, en torno a una actividad saludable” que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija entre los 150 y los 300 minutos semanales de actividades físicas aeróbicas moderadas o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos a la semana. No obstante, recuerda que los beneficios de la actividad física aparecen con cada aumento del ejercicio que pongamos en práctica, incluso aunque no lleguemos a los 150 minutos semanales, como ya explicamos.
No obstante, “al avanzar la intensidad o duración del esfuerzo se deteriora el esfuerzo inmunitario” y tras un fuerte esfuerzo físico es probable que ocurra un bajón de defensas y es más fácil que caigas enfermo, señala Blasco. Esto ocurre porque, añade la médica deportiva, “si la intensidad del esfuerzo ha sido muy grande salen al torrente circulatorio unas células de defensa, los linfocitos, que nos defienden de casi todo. Pero si esa intensidad es muy prolongada, salen otras células, los monocitos, que bloquean la actuación normal de los leucocitos”. Además, libera hormonas del estrés como el cortisol que pueden suprimir la función inmune. También la actividad física excesiva genera estrés oxidativo, daño muscular, inflamación, deficiencias al sistema cardiovascular y alteraciones al sistema endocrino, entre otros problemas, añade la experta.
Como concluye un estudio científico de 2019 que revisa la evidencia científica sobre el ejercicio físico y la actividad inmune, un esfuerzo continuado como correr una maratón genera una respuesta inflamatoria e inmunitaria durante más tiempo y mayor que andar 30 o 45 minutos.
Blasco recomienda que si sólo tienes un día a la semana para hacer deporte lo mejor es no pasarse ni de intensidad ni de duración. En cambio, es mejor ir adaptándose poco a poco subiendo de forma paulatina la intensidad y/o la duración. Respecto a competiciones deportivas de larga distancia como el triatlón Ironman, que consiste en nadar 3,8 kilómetros, una prueba de ciclismo de 180 kilómetros y además correr una maratón de 42,2 kilómetros, Blasco aclara que se tiene que preparar a lo largo de un año o año y medio con pausas prolongadas de recuperación.
El deporte de alto rendimiento no es deporte saludable, sólo se pueden reducir los efectos negativos en los deportistas, aclara la médica deportiva. “Los deportistas profesionales no tienen mejor salud”, añade. La médica señala que el deporte saludable serían unas 5 o 7 horas semanales que aproximadamente se dividen un tercio en entrenamiento de fuerza para lograr incrementar la resistencia muscular con dos tercios de ejercicios de cardio extensivo como andar, correr, nadar o pedalear.
Además, la quinta edición de la principal guía de diagnóstico psiquiátrico, la llamada DSM-5, editada por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, recoge la vigorexia o dismorfia muscular como un subtipo de trastorno obsesivo-compulsivo en el que la persona está preocupado por la idea de que su complexión corporal es demasiado pequeña o insuficientemente musculosa.
¿Es buena idea echar vinagre y bicarbonato para desatascar un desagüe?
En Maldita.es no somos expertos en fontanería ni catedráticos en desatranques, pero con la de dudas que resolvemos sobre qué usar para desatascar las tuberías tenemos bastante conocimiento acumulado —y que estamos encantados de compartir con nuestras malditas y malditos—. Ya hemos resuelto por qué la Coca-cola sí funciona para desatascar cañerías y por qué los posos de café no solo no ayudan, sino que pueden empeorar la situación. Ahora, nos preguntáis por si usar vinagre y bicarbonato es efectivo. Según los expertos, este remedio casero puede funcionar en algunos casos de atasque leve, pero no hace nada en los casos graves.
En primer lugar, explicamos que mezclar bicarbonato y vinagre genera una reacción ácido-base o de neutralización, una de las reacciones más comunes y estudiadas de la química inorgánica y con las que se pueden hacer —siempre con seguridad y medidas de prevención— experimentos caseros. El bicarbonato casero (de sodio) es una base y el ácido acético está presente en el vinagre. Juntando ambos productos obtendremos una violenta (pero controlada) reacción que da como resultado acetato de sodio (una sal), agua y dióxido de carbono. En este vídeo tienes una explicación más detallada de esta reacción química.
Bailey Carson, directora de limpieza de Handy, una empresa de servicios domésticos de Estados Unidos, confirmó en este artículo de Insider que este remedio de limpieza funciona, aunque hay algunos trucos para mejorar la eficacia de esta reacción en las tuberías caseras, que suelen estar atascadas por grasa y aceites usados en la cocina.
“Por si sola, esta reacción no tiene suficiente fuerza para disolver los atascos, por lo que si echamos agua hirviendo antes y después de agregar la mezcla entre vinagre y bicarbonato, será lo más efectiva posible porque el calor ablanda el bloqueo al derretir la grasa acumulada”, comenta Carson.
Hemos encontrado muchísimas recetas para conseguir esta reacción, y casi todas con cantidades diferentes. La que indica la propia Carson es un vaso de bicarbonato y un vaso de agua con vinagre, en esta otra de la empresa de desatascos Econet recomiendan cuatro vasos de vinagre por dos de bicarbonato y en esta otra tres cucharas soperas de bicarbonato con un poco de vinagre. Entendemos que no hay consenso científico sobre cuál es la receta perfecta para desatascar con esta solución.
Por último, Jesús Solera, gerente de Desatranques Jaén, dice a Maldita.es que esta solución solo funciona cuando es un atasco “leve”. “Si es muy problemático, eso ya no hace nada”. Preguntado por otros remedios caseros que puedan ayudar a disolver los tapones, el experto menciona que —aparte de llamar a un profesional—, “lo mejor es una ventosa”. Cita también el ácido sulfúrico, que se puede vender para uso doméstico, aunque recalca que manipularlo sin conocimientos básicos de seguridad “es un peligro”.
Antes de que os vayáis...
Como todas las semanas llegados a este punto nos gustaría recordaros que estamos aquí para resolver todas las dudas y preguntas que tengáis respecto a información científica, pero que si lo que te inquieta tiene que ver con un diagnóstico, tratamiento o afección personal, lo único que podemos aconsejarte es que acudas a un profesional sanitario que conozca personalmente tu caso y pueda tratarte adecuadamente.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Raquel Blasco.
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