Llegas a la piscina sudando. Tu objetivo está cerca: darte un chapuzón para refrescarte. Pero los carteles te avisan que antes debes darte una ducha. No lo entiendes: al fin y al cabo, en estas instalaciones se utiliza cloro precisamente para desinfectar el agua, ¿no? Además, también te recomiendan ducharte tras salir de la piscina. Tienen razón: no son consejos absurdos.
La ducha previa al chapuzón es sobre todo por higiene, aclara a Maldita.es la dermatóloga y maldita Inés Escandell: “Se exige en piscinas comunitarias en las que entran varias personas al día para retirar productos que puedan contaminar la piscina o suciedad que pueda afectar al agua”.
En cambio, la ducha 'posbaño' tiene su razón de ser en la salud cutánea. “El cloro es un irritante para nuestra piel y en algunos casos especiales, como ocurre en pacientes con dermatitis atópica, solo un baño en una piscina con cloro ya podría desencadenar un brote”, señala Escandell.
Con la ducha tras el baño, “nos aseguramos que retiramos los irritantes en contacto con nuestra piel de la forma más precoz posible y así evitamos la sensación de irritación, sequedad, tirantez y, en los individuos predispuestos a ello, prevenimos la dermatitis”.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes la maldita Inés Escandell.
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