¡Al fin es viernes, malditas y malditos! Para celebrarlo, os traemos una nueva entrega del consultorio científico, la herramienta definitiva para resolver desde esa pequeña duda que se te pasa rápidamente por la cabeza hasta las cuestiones sobre diferentes y trascendentales ámbitos científicos. En esta ocasión nos habéis preguntado si hay que dejar un hueco en el medio del plato al calentarlo al microondas, si sirven de algo las gafas con filtro de luz azul, si comer regaliz ayuda a las embarazadas a evitar el ardor de estómago y si tras vacunarse y donar sangre, se transfiere a quien la recibe algún tipo de protección.
¿Que tienes otras preguntas que podemos resolver? ¡No te las guardes! Pregúntanos utilizando nuestro WhatsApp (644 229 319), e-mail ([email protected]) o redes sociales (tanto Twitter como Facebook). Esperamos leerte pronto. ¡Vamos a ello, oye!
¿Hay que dejar un hueco en el medio del plato al calentarlo al microondas?
Esta semana nos habéis preguntado si es cierto que, para calentar de la manera más homogénea posible los alimentos que metemos en el microondas, es recomendable hacer un hueco en medio, formando una especie de “rosquilla”. Esto puede ser útil, pero no la única forma de que el contenido se caliente de forma más o menos uniforme. De hecho, sería más eficaz extender la comida por todo el recipiente y no meterla en forma de "montón", para que el espesor fuese menor.
La explicación es que la capacidad de penetración efectiva de la radiación en el microondas, dependiendo de las diferentes características del alimento (por ejemplo, la cantidad de agua y de sal), es de unos pocos centímetros (uno o dos, más o menos).
“Dependiendo de lo que vayamos a calentar, por ejemplo, un plato de macarrones, si los introducimos dispuestos en una especie de montaña, el centro se quedará frío. Lo mismo sucede al descongelar un alimento: al núcleo siempre le cuesta más descongelarse. Esto sucede porque las microondas no los llegan a atravesar, sino que se absorben en los primeros centímetros”, explica a Maldita Ciencia Alberto Nájera, profesor del área de Radiología y Medicina Física en la Universidad de Castilla-La Mancha.
De hecho, indica que no es necesario el hecho concreto de hacer un agujero en el contenido que introducimos al electrodoméstico. “Si, en vez de hacer una montaña con la comida, la desparramas, la extiendes en el plato o recipiente, en forma de torta más o menos homogénea, también se calentará de forma más equilibrada”, explica.
Es decir, la clave es conseguir que haya el menor espesor posible en la capa de alimento que vamos a calentar. Si hacemos ese donut por el que nos habéis preguntado pero, al final, resulta que es ‘muy gordo’, el centro de este tampoco se va a calentar.
Nájera recuerda que lo más efectivo para conseguir calentar la comida toda por igual en el microondas es dejarla la mitad del tiempo necesario, moverla, y poner a calentar la otra mitad del tiempo que resta (por ejemplo: calentarla un minuto, parar el microondas, remover el contenido y volver a dejarlo otro minuto).
¿Sirven de algo las gafas con filtro de luz azul?
Otra consulta que nos habéis hecho es si las gafas con filtro azul sirven de algo. Estos filtros se comercializan frente a supuestos daños que estas luces emitidas por las pantallas hacen a la vista pero la respuesta corta es que no hay evidencia de que la luz azul afecte a los ojos ni de que estos filtros aporten beneficios.
Pese a que hay algún estudio que apunta a posibles daños de la luz emitida por las pantallas, la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) ha aclarado que la luz azul de las pantallas no afecta a los ojos ni provoca ceguera: “Hasta el momento, estas investigaciones no demuestran que la luz azul que desprende el uso cotidiano de las pantallas sea perjudicial. Los resultados alarmistas de otros estudios, hoy en día no pueden ser tomados como recomendaciones reales”.
Estos trabajos que señalaban posibles daños en nuestros ojos expusieron a la luz azul algunas células que en el cuerpo humano no están en contacto con este tipo de luz porque “sólo incide superficialmente en la piel y en los ojos. No puede tener ningún efecto en ninguna parte profunda del cuerpo”, aclara la Sociedad Española de Oftalmología. La SEO también señala que no hay evidencia del beneficio de los filtros azules en la prevención de daños oculares por esa radiación.
El oftalmólogo en el Hospital Universitario Sahlgrenska de Gotemburgo (Suecia), Rubén Pascual, resume en su blog Ocularis la evidencia científica al respecto. Su conclusión es que la luz azul a niveles normales no daña la retina y que no es una radiación artificial ni nueva para nuestros ojos ya que la luz solar incluye la franja del azul.
La Academia Estadounidense de Oftamología también ha publicado en su web un artículo sobre la luz azul que señala que no es necesario gastar dinero en gafas con filtros especiales porque la luz azul del ordenador no provoca enfermedades oculares y el cansancio visual que provocan los dispositivos digitales no es consecuencia de la luz azul.
Coincide con este análisis el optómetra e investigador en el Grupo de Óptica y Percepción Visual (GOPV) de la Universitat d’Alacant, David Piñero: “Se ha dicho que la luz azul era extremadamente dañina a nivel experimental, pero eso no aplica a la realidad porque las condiciones que se simulan en esas condiciones experimentales no se asemejan a la realidad en ningún caso. La luz azul en grandísimas cantidades causa daños en retina pero nada indica que esos filtros lo eviten y hacen falta estudios que lo validen”. Para Piñero no hay evidencias científicas de que funcionen los filtros frente a patologías en la retina.
Piñero señala a Maldita Ciencia respecto a la posible fatiga ocular que directamente hay evidencias de que los filtros no funcionan. Como indica el optómetra, un artículo publicado en la revista científica American Journal of Ophthalmology concluye que las gafas con filtro azul no afectaron a los síntomas de fatiga ocular con uso de ordenador respecto a las gafas normales. Otro estudio de la Universidad de Granada tampoco encontró evidencias “aunque no era un ensayo clínico y tenía menos número de pacientes”, aclara Piñero. Más estudios científicos no han encontrado evidencias de que los filtros azules prevengan o impidan la fatiga ocular por uso de pantallas.
El optómetra aclara que no niega que las gafas con filtro azul “puedan funcionar en algunos casos en que la luz azul pueda tener una dispersión mayor, pero no de modo generalizado ni sirve para todo el mundo. De hecho, hay personas que no están cómodas con ese tipo de filtros”.
Hay que señalar que las pantallas sí pueden tener efectos negativos en nuestra visión, pero por pasar demasiado tiempo sin parpadear y sin alejar ni acercar la vista, no por la luz azul. Su uso excesivo puede producir ojos secos y cansancio ocular, entre otros problemas. Para evitarlo, la SEO recomienda mirar a lo lejos durante 20 segundos cada 20 minutos de trabajo con el ordenador. También recomienda que en caso de duda o preocupación se acuda al oftalmólogo.
¿Comer regaliz ayuda a las embarazadas a evitar el ardor de estómago?
Nos habéis preguntado si es cierto que existen remedios concretos, como la ingesta de regaliz, contra la acidez durante el embarazo. Pero, hasta la fecha, no hay evidencias de que este reduzca o alivie la sensación de ardor. “Es más, se recomienda evitar un consumo elevado del mismo durante la gestación, ya que se relaciona conmenor duración del embarazo y parto prematuro, entre otras consecuencias”, indica a Maldita Ciencia Anabel Moyano Cegrí, dietista-nutricionista materno-infantil.
Según Moyano, tras las náuseas y los vómitos, la acidez o ardor estomacal es una de las principales molestias durante el embarazo (afecta hasta al 45% de las gestantes), sobre todo a partir del tercer trimestre, pues el bebé ya tiene un tamaño considerable y el útero empuja y ejerce presión sobre el estómago. “A esto se le suma el aumento de la progesterona en esta etapa, la cual provoca una relajación de la musculatura del cardias (unión del estómago con el esófago), permitiendo el paso de jugo gástrico hacia el esófago y produciéndose así la sensación de acidez o ardor”, añade.
En cuanto al uso de regaliz para paliar estos efectos, los estudios científicos realizados hasta el momento coinciden en sus resultados: no está demostrado que el regaliz reduzca o alivie la sensación de ardor. De hecho, un consumo excesivo está relacionado, como indica la experta, con una menor duración del embarazo, parto prematuro, mayor riesgo de padecer preeclampsia y posibles alteraciones en relación a la memoria y la cognición del niño.
“Estos efectos son producidos por la glicirricina, uno de los componentes del regaliz, la cual altera el correcto metabolismo del cortisol y las prostaglandinas, pudiendo inducir el parto”, explica Moyano. “Por eso, no se debe recomendar el consumo de regaliz durante la gestación, o hacerlo en dosis pequeñas; lo mejor es aplicar el principio de precaución y evitar consumirlo en esa etapa, pues además como hemos comentado no te va a quitar el ardor”, concluye.
Además, como explica a Maldita Ciencia Fernándo Díaz-Rullo, nutricionista especializado en fertilidad, embarazo y lactancia y maldito que nos ha prestado sus superpoderes, la glicirricina es un inhibidor de la aldosterona, una hormona que regula los niveles de sodio.
En el cuerpo tenemos un equilibrio de electrolitos, como son el potasio (con mayor concentración intracelular) y el sodio (en el líquido extracelular). “Si se rompe ese equilibrio, si hay un exceso de sodio, se produce lo que coloquialmente se conoce como retención de líquidos. Si se toma glicirricina o regaliz, al bloquear la aldosterona, el cuerpo no elimina el sodio sobrante, por lo que aumenta el líquido extracelular y, con ello, la presión arterial”, explica Díaz.
Según Moyano, sí se puede reducir el ardor estomacal con ciertas intervenciones nutricionales. Por ejemplo, fraccionar las ingestas a lo largo del día: “Es preferible que se hagan comidas más frecuentes pero a la vez más pequeñas; por ejemplo, 5, 6 e incluso 7 pequeñas ingestas diarias”, indica la experta.
Por otro lado, masticar bien, comer lentamente y evitar alimentos que puedan dificultar la digestión. “Es recomendable beber agua entre horas y no durante las comidas principales, pues si bebemos mientras comemos aumentará más el volumen del estómago y pueden aumentar nuestras molestias”.
También es útil reducir los productos y alimentos integrales o con mucha fibra (tardan más en digerirse) y evitar tumbarse o acostarse justo después de las comidas. “Si nada de esto nos funciona, podemos recurrir a ciertos antiácidos que son seguros durante el embarazo. Por supuesto siempre bajo previa consulta y prescripción médica”, concluye Moyano.
Si me vacuno y dono sangre, ¿la persona que la recibe tendrá algún tipo de protección frente al coronavirus?
El escritor Stephen King explicaba esta semana en Twitter que en unos días iba a recibir la segunda dosis de la vacuna de Moderna. “Si doy sangre una o dos semanas después, ¿la persona que recibe mi pinta de A negativo conseguirá algún tipo de refuerzo de inmunidad?”, preguntaba. La literatura científica al respecto es limitada. Aunque es posible que el plasma de pacientes vacunados pueda ofrecer algún tipo de protección, aún no hay evidencias suficientes sobre si se transfieren suficientes anticuerpos a quien recibe la donación y hasta qué punto sirven de protección.
María del Carmen Martín Alonso, que forma parte de la Sociedad Española de Inmunología y trabaja en el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, explica a Maldita Ciencia que “lo habitual es que sangre no se trasfunda tal cual, sino que de cada donación se separan plasma, hematíes y plaquetas, que después se utilizan por separado”.
En teoría, en el caso de que lo que se transfunde sean hematíes y plaquetas de alguien vacunado, la persona que recibe la donación no recibiría suficientes anticuerpos para conseguir una protección frente al coronavirus, según Martín. “Seguramente alguno quede, pero la cantidad seguramente sería baja. Insuficiente para proteger, y esto es en teoría, porque ensayos clínicos sobre esto no he encontrado”, comenta.
En el caso del plasma, la inmunóloga cuenta que quien lo recibe sí recibiría los anticuerpos si es que la persona vacunada ya los ha producido, “ lo mismo que ocurre con el famoso plasma hiperinmune o plasma convaleciente”: “Los anticuerpos se pasan, el caso es que haya suficientes para proteger y se demuestre que efectivamente protegen”.
Cristina Arbona, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana, confirma a Maldita Ciencia que “si el donante presenta anticuerpos frente al virus, es posible que le transfiera al receptor cierta protección pasiva en el plasma transfundido”. Sin embargo, en el caso de que lo que se transfunde sean hematíes y plaquetas, considera “poco probable que transfiera ningún tipo de inmunidad”. *
“No ha habido tiempo de plantear ensayos, no hay tanta gente vacunada y además hay suficientes voluntarios que sí han pasado la enfermedad, que tienen un repertorio mayor de anticuerpos: si el virus fuera una persona, imagina que los anticuerpos de enfermos pueden reconocer manos, pies, cara, pelo… mientras que los de un vacunado solo reconocerían la cara, que es lo que se les ha enseñado”, comenta Martín.
En Maldita Ciencia ya os hemos contado qué es el plasma de pacientes curados y cómo se quiere utilizar para tratar la COVID-19. Tal y como explicaba a Maldita Ciencia Carmen Cámara Hijón, de la Sociedad Española de Inmunología, cuando una persona ha superado la enfermedad, “es porque su sistema inmunitario ha conseguido vencerla produciendo anticuerpos y células específicas capaces de bloquear y matar al virus”. Desde el comienzo de la pandemia diferentes investigadores han tratado de determinar si estos anticuerpos pueden transferirse a un paciente enfermo para mejorar el curso de la enfermedad.
En la actualidad en España, según cuenta Martín, se pide a los donantes de plasma convaleciente que tengan anticuerpos tipo IgG y que hayan pasado la infección previamente (sintomática o asintomática).
“Alguien que ha pasado la enfermedad puede donar plasma convaleciente incluso después de vacunado si tiene cantidad suficiente, pero alguien que debe sus anticuerpos exclusivamente a la vacunación, de momento no (a marzo de 2021, recordemos que todo cambia muy rápido según se van comprobando cosas)”, afirma.
Antes de que os vayáis...
Como todas las semanas llegados a este punto nos gustaría recordaros que estamos aquí para resolver todas las dudas y preguntas que tengáis respecto a información científica, pero que si lo que te inquieta tiene que ver con un diagnóstico, tratamiento o afección personal, lo único que podemos aconsejarte es que acudas a un profesional sanitario que conozca personalmente tu caso y pueda tratarte adecuadamente.
En este artículo han colaborado con sus superpoderes Fernando Díaz-Rullo, nutricionista.
Gracias a vuestros superpoderes, conocimientos y experiencia podemos luchar más y mejor contra la mentira. La comunidad de Maldita.es sois imprescindibles para parar la desinformación. Ayúdanos en esta batalla:mándanos los bulos que te lleguen a nuestro servicio de Whatsapp, préstanos tus superpoderes, difunde nuestros desmentidos y hazte Embajador.
* Actualizado el 8 de marzo de 2021 con declaraciones de Cristina Arbona, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana.