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MALDITA CIENCIA

De conjuntivitis a déficits de memoria o diarrea: los posibles síntomas menos conocidos de la COVID-19

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Los síntomas más habituales de la COVID-19 son la fiebre, la tos seca y el cansancio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Otros menos frecuentes pero también comunes son la congestión nasal, el dolor de cabeza, de garganta o la pérdida del gusto y el olfato. Pero existen muchos otros posibles síntomas menos conocidos que también afectan a algunos pacientes: desde erupciones cutáneas a diarrea, flatulencia, conjuntivitis, visión doble o borrosa, mareos, déficits de memoria o incluso alexia (dificultad para leer) y anomia (dificultad para recordar palabras). Os contamos lo que sabemos al respecto.

La COVID-19 afecta a todo el organismo

Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz COVID-19 de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), indica que la COVID-19 es una enfermedad muy heterogénea y que afecta a todo el organismo. Los pacientes pueden presentar multitud de síntomas, según el experto, que ha facilitado a Maldita Ciencia una lista en la que menciona más de 80 posibles síntomas del coronavirus: de algunos cardiacos o respiratorios a otros dermatológicos, neurológicos y cognitivos, oftalmológicos o osteomusculares.

Entre los síntomas que menciona hay algunos que también cita la OMS o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos como los dolores y molestias, la congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el dolor de garganta, la diarrea, la pérdida del gusto o el olfato y las erupciones cutáneas. Y también otros como la sudoración abundante, presión o pinchazos en el pecho, palpitaciones, miocarditis o pericarditis (inflamación del músculo cardiaco o de la membrana que lo cubre), afonía o dísfonía (alteraciones del timbre de voz), infección de orina, dolor de espalda o calambres.

La mayoría de los síntomas menos conocidos son experimentados por un pequeño porcentaje de pacientes, según Armenteros. Pero subraya que, en ocasiones, persisten en el tiempo y afectan a la calidad de vida de quien padece la COVID-19. El experto afirma que aún hacen falta más estudios al respecto. La SEMG trabaja en un proyecto de investigación en el que se va a hacer un seguimiento de pacientes durante al menos dos años. El objetivo es obtener evidencia científica clara sobre lo que le ocurre a los afectados. 

Diarrea y otros síntomas gastrointestinales

Guadalupe Fontán, enfermera del Instituto de Investigación del Consejo General de Enfermería, afirma a Maldita Ciencia que cada vez es más común encontrar a pacientes con diarrea y una grave disminución del apetito.

Cita un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Stanford (EEUU) publicado en la revista Gastroenterology, que encontró que casi un tercio de 116 pacientes infectados informaron de síntomas gastrointestinales leves. Un 22% experimentó pérdida de apetito o tuvo náuseas y vómitos y un 12% tuvo diarrea.

Los CDC también incluyen estos problemas gastrointestinales en su lista de síntomas de la COVID-19. Armenteros añade además la flatulencia (acumulación excesiva de gases), la pirosis (acidez en esófago que provoca una sensación de quemazón) o la epigastralgia (dolor de estómago). 

Algunos pacientes de COVID-19 padecen dos tipos diferentes de conjuntivitis

El profesor y doctor en oftalmología Jorge Alió explica a Maldita Ciencia que algunos pacientes con COVID-19 padecen una conjuntivitis que les provoca tener los ojos irritados, sentir molestias y segregar lágrimas.

“En China se estimó que esta conjuntivitis afectaba hasta el 15% de los casos. El tratamiento solo consiste en métodos higiénicos puesto que no hay antivíricos para ella”, afirma Alió, que ha publicado una revisión científica al respecto. Esta conjuntivitis suele durar entre siete y diez días y en las lágrimas del paciente se detecta el virus por PCR.

También hay otra conjuntivitis en la cual el paciente tiene molestias y los ojos muy enrojecidos pero casi no segrega lágrimas, según Alió. En este caso, ocurre cuando la enfermedad ya ha avanzado y el paciente está grave. La PCR en la lágrima es negativa.

Rubén Pascual, oftalmólogo y fundador del Proyecto Ocularis, hace hincapié en que  aún faltan investigaciones para asegurar con certeza que estas conjuntivitis se deben al coronavirus. “Los cuadros de ojos rojos e irritados son frecuentes en pacientes graves por sequedad ocular y falta de parpadeo por la ventilación mecánica. Y también hay más riesgo de infecciones por bacterias y otros virus”, cuenta a Maldita Ciencia.

Entre los posibles síntomas oftalmológicos menos conocidos de la COVID-19, Armenteros menciona otros como la diplopía (visión doble), la visión borrosa, la fotofobia (molestia ocular en presencia de luz brillante), la pérdida temporal de visión o el dolor ocular. 

Mareos, dolor de cabeza y confusión: los posibles síntomas neurológicos y cognitivos

Fontán indica que otros indicadores de la enfermedad son los mareos, el dolor de cabeza y la confusión. De hecho, un estudio publicado en JAMA Neurology indica que más del 36% de 214 pacientes en Wuhan (China) tuvieron síntomas neurológicos durante la enfermedad. Entre ellos, eventos cerebrovasculares agudos, alteración de la conciencia y lesiones musculares.

Armenteros menciona unos 20 posibles síntomas neurológicos y cognitivos de la COVID-19: desde convulsiones a temblores, falta de concentración, déficit de memoria, alexia (dificultad para leer), déficit de atención y concentración, anomia (dificultad para recordar palabras), desorientación, cefaleas, mareos, anosmia de larga duración (pérdida de olor), cacosmia (sensación de un olor desagradable o avinagrado), disgeusia de más de 90 días (trastorno del sabor) o accidentes cerebro vasculares.

Sabañones en pies y manos y lesiones urticariformes, entre las manifestaciones cutáneas en pacientes con COVID-19

Como hemos visto, la Organización Mundial de la Salud incluye las "manifestaciones cutáneas" entre los posibles síntomas menos frecuentes de la COVID-19. Cristina Galván, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, explica a Maldita Ciencia que el SARS-CoV-2 “tiene sus tejidos preferentes, como el pulmón, pero afecta a muchísimos más órganos”. “La piel es uno de ellos”, afirma.

Las manifestaciones cutáneas en pacientes con COVID-19 son muy diferentes entre sí: “Así como la varicela tiene una erupción, las erupciones asociadas a esta enfermedad son muy variadas”. Galván ha coordinado un estudio en el que más de 100 dermatólogos españoles han recopilado información de 375 pacientes contagiados y han identificado cinco tipos de manifestaciones cutáneas diferentes. 

Entre ellas, están las erupciones similares a sabañones en pies y manos en pacientes jóvenes, las erupciones vesiculosas (similares a pequeñas ampollas) principalmente en el tronco y a veces en las extremidades o las lesiones urticariformes (como ronchas enrojecidas) especialmente en el tronco o dispersas por el cuerpo. También incluyen las máculo-pápulas (manchas rojas y ligeramente inflamadas) y lesiones que conducen a daños graves en los vasos sanguíneos como la livedo-reticularis (moteado rojo y violáceo que aparece principalmente en las piernas) y la necrosis (muerte de algunos tejidos). En Maldita Ciencia os hemos explicado en qué consisten estas manifestaciones cutáneas con más detalle.

Las próximas investigaciones, según explican los autores del estudio, deberían centrarse en tener más pruebas para poder confirmar que se trata de casos de COVID-19 y excluir otras infecciones. 

¿Hasta qué punto son frecuentes estas lesiones cutáneas? La dermatóloga Inés Escandell que nos ha prestado sus superpoderes explica a Maldita Ciencia que según los estudios ocurren en un 20% de los pacientes con COVID-19. Pero hay que tomar las cifras con precaución. Galván afirma que cualquier estimación al respecto sería poco fiable, ya que no sabemos la cifra exacta de personas que padecen la COVID-19. “Hay mucha gente asintomática no diagnosticada”, concluye. 

“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.

Primera fecha de publicación de este artículo: 24/09/2020.

Para la redacción de este artículo, nos ha prestado sus superpoderes la dermatóloga Inés Escandell.

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