Nos habéis preguntado por una imagen que circula por redes sociales y que proporciona las supuestas instrucciones necesarias para hacer un uso eficaz de las mascarillas. Según esta, una persona infectada debería colocarla con la parte azul hacia fuera, para evitar contaminar a los demás y una persona sana, al revés, con la parte blanca, para protegerse a sí mismo de partículas en el ambiente.
En ocasiones, la imagen se mueve acompañada del siguiente texto:
Según el Sistema Español de Notificación en Seguridad en Anestesia y Reanimación(SENSAR), esto es falso. "Puestos en contacto con el Profesor Andrés Santiago, Presidente de la Unidad Funcional de Gestión de Riesgos Sanitarios En Hospital Clínico San Carlos, ha desmentido que dicha información provenga de dicho centro", indican en su página web.
A continuación, explican la estructura interna de las mascarillas quirúrgicas, compuesta por tres capas: la externa, generalmente de color azul o verde, y que es impermeable; la intermedia, con filtro antibacteriano y la interna, que absorbe la humedad. "Por lo tanto: la parte coloreada (impermeable) debe mantenerse como cara externa", indica SENSAR, y añade que se deben seguir las instrucciones del fabricante en todo momento.
Seto Wing Hong, codirector del Centro de Colaboración para enfermedades infecciosas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y profesor en la Universidad de Hong Kong explica en este vídeo cómo debe colocarse la mascarilla: con la parte coloreada hacia fuera, ya que es la impermeable y la blanca hacia dentro, pues es la absorbente. Es decir, el uso es el mismo independientemente de si una persona está infectada o no.