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MALDITA CIENCIA

¿Qué sabemos sobre los pacientes de COVID-19 con insuficiencia respiratoria grave sin sensación de falta de aire? Se conoce como hipoxemia silenciosa y se han registrado casos desde el inicio de la pandemia

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Nos habéis preguntado si es cierto que hay casos, como informaba a través de este tuit la Sociedad Valenciana de Neumología (SVN), de personas con COVID-19 que sufren de insuficiencia respiratoria grave sin apenas desarrollar síntomas como la disnea (sensación de falta de aire). Esto es cierto: se ha calificado a esta peculiaridad como hipoxemia silenciosa y se caracteriza por una baja saturación de oxígeno en sangre pero sin que el paciente perciba los síntomas que eso suele provocar (dificultad para respirar grave, dolor de cabeza, problemas de coordinación...).

Estos casos particulares de los que se hace eco la SVN también se han registrado en otros muchos hospitales desde el inicio de la pandemia, como confirma a Maldita Ciencia Olga Mediano, coordinadora de área de ventilación mecánica y cuidados respiratorios críticos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

https://twitter.com/svneumologia/status/1253282630189092864

Como ya se sabe, el coronavirus produce una neumonía que da lugar a una insuficiencia respiratoria muy grave. "Sí que es verdad que, en determinados pacientes, nos han llamado la atención las cifras especialmente bajas de saturación [de oxígeno en sangre] sin que la persona lo percibiera tanto como estamos acostumbrados. Quiero decir que, en estos casos, los pacientes lo toleraban excesivamente bien", indica Mediano, que además pertenece al Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Guadalajara.

La detección de la reducida carga de oxígeno ha hecho que el soporte respiratorio en estos pacientes haya sido fundamental: ha supuesto uno de los métodos que más vidas ha ayudado a salvar, según Mediano, dada la gran demanda de oxígeno que su organismo necesitaba.

Hasta ahora, los expertos se refieren a este cuadro como hipoxemia silenciosa. Por un lado, "hipoxemia" es la cantidad de oxígeno en sangre; por otro, se la califica de "silenciosa" porque el paciente no es capaz de percibir que estos niveles de oxígeno han disminuido.

Mediano explica, además, que esta clase de situaciones no son algo novedoso, sino que se han detectado desde el inicio de la pandemia entre otras muchas consecuencias poco habituales en la enfermedad que causa este virus. Según la experta, el SARS-CoV-2 "es un bicho" en relación al cual se han observado trombos, síndromes coronarios agudos, desde hiperglucemias a hipoglucemias bestiales con taquicardias y bradicardias (descenso de la frecuencia cardíaca normal)... "Entonces, esta [la hipoxemia silenciosa] es una característica más entre lo que ha supuesto el virus: era todo nuevo", añade.

"Hemos estado muy alerta a esta posibilidad. También los médicos de atención primaria que se encargaban de hacer las llamadas a los domicilios y que, ante el más mínimo síntoma de disnea o de fatiga, valoraban realizaban una prueba para ver cómo estaban las cifras de oxígeno de los posibles pacientes con coronavirus", cuenta la neumóloga.

Aún no se sabe la causa por la que ciertos pacientes no perciban estas bajadas de oxígeno

Según las características que se conocen sobre la enfermedad COVID-19 hasta el momento, sabemos la causa de por qué se produce insuficiencia respiratoria: el coronavirus da lugar a una neumonía, se produce una cascada inflamatoria y, con ella, lo que se llama síndrome del distrés respiratorio del adulto, una reacción inflamatoria en el pulmón que da lugar a una insuficiencia respiratoria muy grave

"Ahora bien, el porqué de que el paciente no ha percibido la bajada de oxígeno, como en otras ocasiones y patologías; el por qué algunas personas con la infección no han tenido esa sensación de disnea o ese aumento de trabajo respiratorio, etc.; eso lo desconocemos todavía", admite Mediano.

Consecuencias de la hipoxemia silenciosa

Como es de suponer, que una persona no sea capaz de detectar uno de los síntomas principales relacionados con la COVID-19, la falta de aire o dificultad para respirar, retrasará el momento en el que esta reporte su situación o acuda a un centro sanitario. La neumóloga indica que, "evidentemente, si un paciente no se da cuenta de que tiene una insuficiencia respiratoria, no va a consulta tan pronto como si se diera cuenta".

Esto podría suponer que, en el momento del diagnóstico, la enfermedad estuviera más avanzada.

La importancia de los pulsioxímetros durante la pandemia de COVID-19

Para evitar que esto ocurra y que la detección sea así lo más eficaz y rápida posible, durante la pandemia ha sido indispensable el uso de pulsioxímetros. "Los sanitarios, en general, hemos estado muy alerta a la posibilidad de encontrarnos casos similares y hemos utilizado el pulsioxímetro continuamente. Yo creo que es de las herramientas más útiles que hemos tenido en esta crisis sanitaria", cuenta Mediano.

El pulsioxímetro es el instrumento con forma de pinza que permite la medición no invasiva del oxígeno transportado por la hemoglobina en el interior de los vasos sanguíneos. Este se coloca en una parte del cuerpo que sea relativamente translúcida y tenga un buen flujo sanguíneo, como es el caso de los dedos de la mano.

"Durante estas semanas, todos íbamos con el pulsioxímetro a todos lados. En la valoración de cada paciente, esta prueba era uno de los criterios para determinar si debía derivarse a urgencias o para decidir el ingreso o el alta", cuenta Mediano. "Habitualmente nos manejamos con gasometría (pinchar al paciente para medir el oxígeno), pero en esta ocasión casi no la hemos usado, porque necesitábamos una monitorización casi constante del oxígeno en la sangre y el pulsioxímetro es un dedil, que se le puede poner al paciente prácticamente todo el rato", añade.

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