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MALDITA CIENCIA

Gelatina y huesos de pollo, el mejor momento para ducharse y convivencia entre bebés y mascotas. Llega el 82º consultorio a Maldita Ciencia

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¡Buenos días, malditas y malditos! Llevamos unos días un poco locos a raíz del nuevo coronavirus. Sin embargo, como cada viernes, aquí tenéis una nueva entrega de nuestro Consultorio Científico semanal, para que tengáis dosis de Maldita Ciencia más allá de mascarillas, toses, jabones y recomendaciones. Para todo esto, podéis echar un vistazo a nuestro especial coronavirus aquí.

Recuerda que si quieres que investiguemos y resolvamos esa duda que te trae de cabeza (tenga o no que ver con el COVID-19), puedes planteárnosla a través de nuestro número de Whatsapp (655 19 85 38), correo ([email protected]) y redes sociales (Twitter y Facebook). Ahora sí, ¡empezamos!

¿Es cierto que la miel es una buena sustituta del azúcar?

No es la primera vez que nos preguntáis por la miel. De hecho, en Maldita Ciencia ya hablamos que esta no sirve como ingrediente en ningún mejunje "anti-cáncer" (el cual, evidentemente, no funciona). Tampoco es útil para curar heridas ni tiene memoria genénica. Esta vez nos habéis planteado si es cierto que es una alternativa saludable al azúcar. ¿La respuesta? No.

"A pesar de su buenísima fama en cuanto a sus valores nutricionales, la realidad es que nutricionalmente es básicamente azúcar simple (entre el 75-85%)", explica a Maldita Ciencia Beatriz Robles, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos. "Es verdad que tiene pequeñas cantidades de micronutrientes interesantes, pero están en una proporción mínima y tendríamos que consumir cantidades exageradas (con sus correspondientes azúcares libres) para que supusiera un aporte significativo", añade.

De hecho, según cuenta Robles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los azúcares de la miel son "libres". ¿Qué quiere decir esto? Que son exactamente lo mismo que el azúcar blanca que añadimos a cucharadas o los que se añaden en la industria alimentaria. "Sobre este tipo de azúcar, la OMS recomienda limitar su consumo al 10% del valor energético total de la dieta e, idealmente, a un 5% (unos 25 gramos al día para un adulto que siga una dieta de 2000kcal)", aclara Robles.

¿Es cierto que la gelatina se hace con huesos y tendones de pollo?

Otro de los rumores que siempre habéis oído pero de los que parece que aún os quedan dudas es de cómo se consigue la consistencia de las gelatinas y cuáles son las materias primas que se utilizan para hacerlas. En concreto, si es verdad que parte de ellas son huesos de pollo. Pues, por muy raro que parezca, así es. "En esta ocasión, lo que podría parecer un falso mito, es cierto: la gelatina se extrae a partir de piel y huesos de ciertos animales", explica en su blog Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos.

Pero, ¿qué relación tiene el postre con estos? La respuesta está en el colágeno (del que ya te hablamos aquí). Según Lurueña, el colágeno es una proteína que se encuentra en el tejido conjuntivo de los animales, principalmente en la piel, los tendones, los cartílagos y los hueso. El experto añade, además, que este tiene unas propiedades muy especiales, que se deben fundamentalmente a su composición química y a su característica estructura (tres cadenas de polipéptidos que se asocian entre sí formando una triple hélice).

Además de dejar claro que para la producción de este producto no se emplean ciertas partes del animal, como pezuñas y cuernos, Lurueña describe el proceso de extracción, aunque hace hincapié en que varía dependiendo de cada caso.

  • En primer lugar, se tratan las materias primas para eliminar las impurezas y que sea más fácil extraer el colágeno de ellas.
  • ¿Siguiente paso? Tratar con agua caliente o soluciones ácidas o alcalinas. De esta manera se consigue hidrolizar el colágeno, es decir, conseguir que la triple hélice que forma su estructura se separe y este se transforme en gelatina.
  • Lo que queda es aplicar tratamientos físicos (como filtración, clarificación, evaporación y esterilización) para eliminar el agua de la solución de gelatina que se obtuvo en la fase anterior y asegurar la destrucción de posibles microorganismos.

"La gelatina, una vez extraída, se emplea para hacer lo que se conoce como gelatina de postre, que está formada por agua, gelatina (proteínas), azúcar, algún ácido orgánico y algún que otro colorante", indica Lurueña y continúa explicando que este es un producto totalmente seguro para la salud. "Eso sí, normalmente tiene una gran cantidad de azúcar así que, si es el caso, ha de consumirse con moderación", advierte.

¿Para qué otras cosas se utiliza la gelatina? Además de para hacer gominolas, para mejorar la textura de muchos productos, como postres, yogures, helados, etc., ya que actúa como emulgente y estabilizante.

La convivencia entre bebés y mascotas, ¿puede tener alguna repercusión en la futura salud de los niños?

En Maldita Ciencia ya hablamos sobre un tema similar: si acudir a la escuela infantil podía o no tener repercusión a largo plazo en la salud de los más pequeños. Hoy nos habéis preguntado lo mismo, pero en relación a la convivencia de estos con mascotas, como perros y gatos. Lo cierto es que hay estudios que muestran que esta puede hacer que los bebés y niños, en el futuro, desarrollen menos alergias.

"El sistema inmunológico durante los primeros años de vida es inmaduro. Poco a poco se van formando las defensas", explica a Maldita Ciencia Margarida Castell Escuer, miembro de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) y catedrática de Fisiología en la facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona. "En general, vivir con mascotas tiene el papel de fomentar el desarrollo del sistema inmunitario", añade.

Por ejemplo, este estudio, publicado en 2018 en la revista científica PLoS One concluye que, en los niños de entre 7 a 9 años que participaron en la investigación y que convivían con mascotas, los casos de alergia eran menos.

Según los autores, "los principales hallazgos respaldan resultados anteriores: que el cuidado de mascotas durante la primera infancia se asocia con menos alergia y que el efecto protector de su cuidado aumentó con el incremento del número de animales". Además, indican que el efecto protector no solo influyó en la alergia clínica, sino también en la sensibilización a los animales y al polen, lo que sugiere un mecanismo subyacente de "mini-granja".

La teoría que proponen los autores de este otro estudio es que "la exposición temprana a la suciedad y las bacterias del pelaje de un perro, podría crear inmunidad temprana". La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Alberta (Canadá) y publicada en la revista Microbiome, mostró que los bebés de familias con mascotas presentaban niveles más altos de dos tipos de microbios asociados con menores riesgos de enfermedades alérgicas y obesidad.

Según Castell, las células que constituyen el sistema inmunitario, sobre todo las que tienen una vida muy larga, se forman a medida que contactan con gérmenes y "los memorizan". "El contacto de forma secuencial con ellos favorece el desarrollo de la inmunidad. Si se contacta con una cantidad excesiva de gérmenes se puede llegar a enfermedad, pero sin duda el sistema inmunitario recordará aquella infección y podrá luchar contra ellos en sucesivos ataques", concluye la miembro de la SEI.

Ahora bien, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos proponen una serie de consejos para niños, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunes debilitados que puedan corren un mayor riesgo de enfermarse por los animales: lavarse bien las manos después del contacto con animales y mantener a sus mascotas limpia y con las vacunas al día.

Además, según la Clínica Mayo, "en el caso de que las heces (en este caso de gato) estén infectadas con el parásito que causa la toxoplasmosis, las mujeres embarazadas o cualquier persona podrían contraer la enfermedad". Por ello, recomiendan evitar su contacto y una correcta higiene.

¿Es mejor ducharse antes de dormir o a la mañana siguiente?

Nos lo habéis preguntado un montón de veces: si los beneficios de una ducha son mayores antes de meternos a la cama o si nos la damos durante la previa al ir a trabajar, bien prontito. Lo cierto es que no hay evidencias científicas suficientes para que podamos afirmar rotundamente que un caso sea mejor que el contrario: para gustos, colores. Sin embargo, hoy en Maldita Ciencia, para todos los curiosos, que aún así, quieren saber los puntos a favor de una y otra situación, os contamos lo que sabemos sobre las duchas pre y/o post cama.

Para los que se consideren del equipo "noche", los que prefieren irse bien limpios a dormir, una ducha nocturna puede hacer que conciliemos el sueño antes y que este sea de mayor calidad. "Depende mucho de las personas pero, en general, creemos que una ducha templada (ni demasiado caliente ni demasiado fría) antes de irse a dormir, puede favorecer el tener una temperatura corporal que facilite el inicio del sueño". explica a Maldita Ciencia Javier Puertas, vicepresidente de la Sociedad Española del Sueño (SES).

Puertas indica que, aunque, en cuanto a sueño se refiere, se recomienda que el dormitorio esté fresco, tener frío dificultará que nos durmamos. "Para dormir, es recomendable tener un poquito de vasodilatación periférica. Esto lo conseguimos cuando tenemos un pelín de calor o estamos a una temperatura agradable", añade.

Es decir, irse a la cama con una temperatura corporal reconfortable favorecerá a esa pequeña vasodilatación antes de dormir y, por lo tanto, a la posibilidad de que nos durmamos antes. También nos ayudará no practicar actividades físicas intensas al menos durante dos horas antes de irnos a la cama, así como tratar de no utilizar dispositivos electrónicos. "Hay que desconectar física, psíquica y emocionalmente", recomienda Puertas.

Pero no nos olvidamos del equipo de las duchas mañaneras, porque el remojo antes de iniciar el día también puede tener ciertas repercusiones positivas (entre ellas, despertarnos). ¿Por qué? Porque según explicaba a El País Juan José Ortega, especialista en Neurofisiología clínica una ducha o bien fresquita, o bien templada (entre 24 ºC y 30 ºC) al despertarnos contribuye a disminuir ese periodo de somnolencia al levantarse de la cama. "El enfriamiento de las extremidades al despertar provoca vasoconstricción periférica y disminuye la inercia de sueño, es decir, el tiempo que tardamos en recuperarnos completamente de las horas de descanso", aclara Ortega.

Pero, ¿y nuestra piel? ¿Agradece el remojón más o menos en función de cuándo nos lo demos? "Evidencia científica al respecto hay poca. Lo que recomendamos, en general, es lo que sea más agradable para cada persona", vuelve a insistir la especialista en dermatología Inés Escandell. "Lo que sí es cierto es que hay ciertas patologías cutáneas faciales, como podría ser el acné o la rosácea, en las que es fundamental lavarse la cara antes de irse a dormir". Es decir, bien sea en la propia ducha o bien sea en el lavabo, es importante acostarse con la cara bien limpia.

Escandell explica a Maldita Ciencia que esto se debe a los demodex folliculorum, minúsculos ácaros que viven en nuestros poros y folículos pilosos. "Estos suelen influir mucho en las personas que tienen problemas cutáneos, porque se mueven por la noche. Irse a la cama con la cara bien limpia reduce el riesgo de lesiones de rosácea pustulosa porque hace que disminuya la carga de demodex y conseguimos que la funda de la almohada no se llene de microorganismos", añade. También recomienda la ducha nocturna y posterior hidratación a los pacientes con atopia, sobre a niños pacientes con mucho picor nocturno, ya que será más fácil que concilien el sueño.

La ciencia tampoco nos dice cuándo toca "ducha con cabeza" (ni tampoco que no podamos lavarnos el pelo diariamente). "No hay nada que haga que sea mejor hacerlo por la noche que por la mañana: ni la grasa acumulada (da igual que se acumule por la noche que por el día) o que nos acostemos con el pelo algo húmedo", indica a Maldita Ciencia David Saceda, miembro del Grupo Español de Tricología de la Asociación Española de Dermatología y Venerología (AEDV). "A nivel capilar no sé me ocurre por qué podría ser mejor una elección que otra".

Y por último...

Siempre os decimos que estamos encantados de ayudaros y responder a vuestras preguntas. Pero también os decimos que, para algunas preguntas, no nos necesitáis a nosotros sino a un médico especialista que conozca vuestro caso y pueda orientaros. ¡Hasta el viernes que viene!

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