Nos habéis preguntado por varios tuits y post de Facebook e Instagram que dicen que la futura vacuna contra la COVID-19 "causa esterilidad". El origen de esta desinformación es un documento de julio de 2020 atribuido a una supuesta Junta Argentina de Revisión Científica que afirma que un receptor importante para la penetración del virus, la enzima angiotensina 2 (ACE2), se encuentra "mayormente en los testículos y no se expresa en ninguna parte el tracto respiratorio". Se trata de un borrador negacionista, que concluye que el virus SARS-CoV-2 no existe, sin relación con ninguna revista científica y que ni si quiera incluye la esterilidad entre sus conclusiones.
No, no es verdad que "la enzima ACE2 no se expresa en tejido pulmonar"
Los tres conceptos protagonistas en el documento negacionista por el que nos habéis preguntado, la enzima ACE2, la COVID-19 y la futura vacuna, sí están vinculados entre sí.
"La relación es sencilla", afirma en Maldita Ciencia Sonia Zúñiga, investigadora de coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología. "La enzima ACE2 es el receptor celular para el SARS-CoV-2. Es decir, es la proteína que el virus reconoce en la superficie de las células para entrar en ellas. Por tanto, si una vacuna induce anticuerpos neutralizantes, éstos van a impedir la unión de la proteína de la espícula del virus a la ACE2 de las células", explica.
A lo largo de todo el texto atribuido a la supuesta Junta Argentina aparecen afirmaciones como que "la enzima ACE2 no se expresa en tejido pulmonar". También que "la enzima ACE2 se expresa solamente en el corazón, riñones y testículos". Esto es falso: se expresa también en los pulmones.
La proteína ACE2 se expresa en muchos tejidos, incluidos también los del sistema respiratorio, como el de los pulmones, según señala tanto Zúñiga como Jaime Jesús Pérez Martín, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Vacunología.
El documento negacionista no menciona la esterilidad entre sus conclusiones, ni ésta es uno de los efectos adversos descritos en los ensayos clínicos de la vacuna
Los posts de Facebook e Instagram por los que nos habéis preguntado presentan al documento de la supuesta Junta Argentina como "la explicación técnica de por qué la vacuna transgénica del COVID-19 produce esterilidad". Sin embargo, esta consecuencia ni siquiera se encuentra entre las conclusiones del texto. En cambio, sí que concluyen que el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, no existe. Lo único similar que menciona al respecto es que la enzima ACE2 "estaría relacionada con la reproducción y la fertilidad", al expresarse en testículos y ovarios.
"No se entiende como podría afectar o como podría explicarse este fenómeno", opina Pérez. "Hay muy pocos estudios sobre las repercusiones de la infección del COVID-19 en el esperma humano", añade.
Pérez recuerda que lo que la vacuna pretende es generar anticuerpos frente a una parte del virus (la espícula). Anticuerpos que se pueden crear tanto por la vacunación como por la propia infección. "Los de la vacuna son más específicos pero son igualmente anticuerpos neutralizantes", matiza. "Es decir, inmunológicamente la vacuna va a ser una versión 'buena' de la infección".
Además, el miembro de la SEV incide en que ni siquiera se ha descrito esterilidad en las personas infectadas supervivientes a la infección por COVID-19. "Por lo tanto, no sería lógico que ocurriera tras la vacunación. No está entre las hipótesis de trabajo y tampoco se ha descrito como efecto adverso en las 60.000 personas vacunadas en los ensayos clínicos".
El documento no es ni un estudio científico ni un preprint y no proporciona información sobre quiénes son sus autores
El texto no solo no es un estudio científico, sino que tampoco se trata de un preprint (la versión de un artículo académico o científico previa a su revisión formal por pares). De hecho, no tiene relación con revista científica alguna. Tampoco proporciona el nombre de los supuestos autores, por lo que no se puede comprobar si realmente se trata de "especialistas en virología, genética, biología molecular, epidemiología y estadística", como se afirma al final del mismo.
"Se titula como 'borrador' y es de julio de 2020. Es decir, han pasado 4 meses sin dejar de ser borrador. Además, descalifica artículos publicados en Nature sin prueba alguna. Por último, lo firma una junta argentina de la que no sabemos nada: ni quiénes son los autores ni sus cualificaciones profesionales. Nada de nada", señala Pérez.
De hecho, como indica el medio de verificación colombiano Colombia Check, al buscar por las combinaciones de palabras "Junta Argentina de Revisión Científica y vacuna COVID19" o "Junta Argentina de Revisión Científica y COVID19" no existe registro alguno de esta en las bases de datos de información científica tales como Pubmed, Litcovid, Cochrane Iberoamérica o en Google académico.
"Todo esto creo que es un buen punto aclaratorio. Primero hay que tener en cuenta que en julio de 2020 se sabía muy poco sobre los efectos adversos de las posibles vacunas contra el coronavirus y, desde luego, nada relacionado con esterilidad", apunta Pérez. "Segundo, aunque haya que desmontar algunas hipótesis, al menos se debe saber quién las plantea. Es un dato interesante para saber, entre otras cosas, si existe conflicto de intereses", recuerda el experto.
Además, la conclusión del documento no es que la vacuna cause esterilidad (aunque en tres ocasiones haga referencia a la reproducción), sino que el virus no existe. "Es decir, son negacionistas, lo mismo que si fueran terraplanistas, antivacunas y todas estas cuestiones. Según ellos, la humanidad y la comunidad científica llevaría sufriendo una pandemia durante casi 10 meses por un virus inexistente", enfatiza Pérez.
Primera fecha de publicación de este artículo: 10/11/2020.