Una recomendación habitual para protegernos de la COVID-19 es mantener una distancia de 2 metros entre personas. El objetivo es evitar que nos alcancen las gotículas que las personas habitualmente generamos al toser, estornudar o hablar.
Sobre esto, nos habéis preguntado si hay situaciones en las que esas gotículas pueden llegar especialmente lejos. En concreto, si es cierto que al gritar o cantar puede ocurrir que generemos más gotículas y estas lleguen más lejos, aumentando así el riesgo de un posible contagio.
José Luis Jiménez, experto en aerosoles de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, explica a Maldita Ciencia que sí, la emisión de partículas aumenta al hablar alto o cantar y que estas gotículas podrían llegar más allá de los dos metros ayudadas por el aire espirado. Pero no se sabe con certeza cuál es su carga infectiva. Os contamos lo que sabemos al respecto.
La cantidad de gotículas que generamos varía si respiramos, hablamos, cantamos, gritamos o estornudamos
Cuando hablamos, tosemos, estornudamos, cantamos o gritamos salen despedidas de nuestra nariz y boca unas gotículas. Podemos contraer la COVID‑19 al inhalar las gotículas procedentes de una persona infectada por el coronavirus, según la Organización Mundial de la Salud, o si esas gotículas se depositan sobre un objeto, lo tocamos y luego nos llevamos las manos a la cara, especialmente si nos tocamos la nariz o la boca.
“La cantidad de partículas que generamos varía si respiramos, hablamos, cantamos, tosemos o estornudamos. En los primeros casos es inferior y la velocidad de emisión es inferior con respecto a toser o cantar”, afirma a Maldita Ciencia Maricruz Minguillón, científica del Grupo de Geoquímica Ambiental e Investigación Atmosférica del IDAEA-CSIC, que hace referencia a este estudio.
Por ejemplo, un estornudo provoca en torno a 40.000 gotículas de todos los tamaños, y las más finas pueden volar hasta los ocho metros en un ambiente cerrado, tal y como recoge Materia. La tos lanza entre 1.000 y 3.000 gotitas y hablar durante unos pocos minutos puede provocar entre 100 y 6.000, dependiendo de la vocalización, porque hablar en alto o a gritos genera el triple de partículas que hacerlo en voz baja.
De hecho, por este motivo los parques de atracciones de Japón han empezado a pedir a los visitantes que suban a las montañas rusas y otras atracciones emocionantes que eviten chillar y que "griten dentro de su corazón". *
Al cantar o gritar, las gotículas pueden llegar más lejos “porque el aire espirado las ayuda”
José Luis Jiménez, experto en aerosoles de la Universidad de Colorado en Estados Unidos, afirma que existen dos tipos de partículas: las más grandes de 30 micras y las más pequeñas.
Las primeras caen al suelo en unos segundos, según cuenta. Normalmente a unos dos metros. Por ello, organismos como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomiendan respetar esa distancia social con otras personas, tal y como os contamos aquí. Pero “si uno canta o grita, pueden llegar un poco más lejos porque el chorro del aire espirado las ayuda”.
Las más pequeñas de 30 micras “se quedan en el aire más tiempo”. En concreto, las más pequeñas de cinco micras podrían permanecer, según Jiménez, durante horas. “Esas son las más peligrosas para el contagio de la COVID-19 porque se acumulan en espacios cerrados si la ventilacion (con aire externo) no es suficiente”.
También influyen otros factores como el viento
Minguillón explica que hasta dónde pueden llegar las partículas depende de múltiples factores. Por ejemplo, de las condiciones del viento, tal y como afirman los investigadores de este estudio.
“Cuando la velocidad del viento era aproximadamente cero, las gotas de saliva no viajaban dos metros, lo cual está dentro de las recomendaciones de distanciamiento social. Sin embargo, con velocidades del viento que varían de 4 a 15 kilómetros por hora descubrimos que las gotas de saliva pueden viajar hasta seis metros con una disminución en la concentración y el tamaño de las gotas en la dirección del viento”, afirman los investigadores.
Lidia Morawska, directora del Laboratorio Internacional de Calidad del Aire y Salud de la Universidad de Tecnología de Queensland en Brisbane (Australia), cuenta a Maldita Ciencia que la mayoría de las gotículas generadas durante las actividades respiratorias (incluido el canto) son “relativamente pequeñas”.
“Dichas gotas pueden permanecer suspendidas en el aire durante mucho tiempo e ir tan lejos como la corriente de aire en la habitación las lleve: varios metros, decenas de metros o más”, afirma.
Pese a que algunos estudios sugieren que hay contagio por aerosoles, aún hace falta realizar más investigaciones para saber con precisión cuál es la carga infectiva de estas gotículas. Morawska sostiene que depende “de las condiciones ambientales de temperatura, humedad relativa y radiación solar ultravioleta (si se está en un espacio abierto)”.
Los casos de los rebrotes en un coro en Washington y otro en Ámsterdam
¿Cantar en público tanto en coros como en partidos de fútbol o fiestas de cumpleaños puede ayudar a transmitir el coronavirus? Aún son necesarias más investigaciones para entender con detalle qué es lo que ocurre en este tipo de eventos y qué factores influyen.
En el caso de los coros, ya se han producido algunos rebrotes. El equipo de Jiménez está a punto de publicar un artículo sobre un caso de “superpropagación” en un coro en el estado de Washington.
“Una persona que empezaba a tener síntomas contagió a 52 y solo siete de las personas presentes no se contagiaron”, afirma el experto. En ese caso, “se dieron todas las peores circunstancias”: “Un tiempo largo (2.5 horas), poca ventilacion y que cantando generaban más partículas respiratorias”
No es el único caso de este tipo en las últimas semanas. Por ejemplo,el 8 de marzo el Coro Mixto de Ámsterdam interpretó la Pasión de San Juan, de Bach, en el auditorio Concertgebouw. Hasta 102 de los 130 coristas se contagiaron con coronavirus, según recoge ABC.
El profesor Christian Kähler, experto en mecánica de fluidos de la Universidad Bundeswehr de Múnich, ha estudiado cómo los cantantes expulsan gotículas al cantar. “El tamaño y el número de gotas aumentan con el volumen. Cuanto más impulso, mayor es la distancia”, cuenta a Maldita Ciencia. Aun así, considera que en algunas ocasiones puede ser “más peligroso” hablar porque se hace cara a cara.
Hablar bajo y cantar en grupos pequeños y en espacios bien ventilados: recomendaciones para evitar contagios
¿Es recomendable hablar en voz baja y evitar cantar cuando se esté en grupo? Tanto Kähler como José Luis Jiménez consideran que sí. En el caso de los coros, expertos como Jiménez o Donald Milton, investigador de bioaerosoles de la Universidad de Maryland, van más allá y recomiendan que no se reúnan en persona hasta que haya una vacuna. En su lugar, aconsejan que practiquen a través de Internet.
En el caso de querer practicar igualmente de forma presencial, aconseja que mejor se haga en grupos pequeños que grandes y mantener la mayor distanciamiento social posible: “Unos cinco metros si es posible”.
También los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) subrayan la importancia del distanciamiento físico y evitar reunirse en grandes grupos para controlar la propagación de la COVID-19.
Los expertos consultados aconsejan además optar por espacios abiertos. Jesús Pla Alonso, catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, cuenta a Maldita Ciencia que “las actividades al aire libre son mejores que en ambientes cerrados pues la dilución del potencial riesgo (las gotículas) con el aire hace que la probabilidad de adquisición baje mucho”.
“Si es en interior, es mejor con ventilación externa y una buena renovación de aire, pues hay que tener cuidado con corrientes de aire que puedan diseminar de forma no adecuada las gotículas”, afirma. Es decir, por ejemplo, solo mover el aire con un ventilador no ayudaría. Además, Pla recomienda mantener distancia entre los cantantes y usar mascarillas siempre que sea posible.
*Hemos actualizado esta pieza para incluir la petición de los parques de atracciones japoneses a sus visitantes.
Primera fecha de publicación de este artículo: 30/07/2020.