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El peligro de los rebrotes: por qué es importante no dejar de cumplir las recomendaciones y obligaciones

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Nos habéis preguntado por la posibilidad de que se produzcan nuevos rebrotes. No se sabe con certeza qué puede pasar, pero es importante no bajar la guardia para evitar nuevos contagios y estar preparados para que el sistema sanitario no vuelva a colapsar. Os contamos lo que sabemos al respecto.

Que habrá nuevos rebrotes es “prácticamente una certeza”

Pese a que poco a poco vamos volviendo a la normalidad, existe la posibilidad de que se produzcan nuevos rebrotes. Algunas comunidades como Madrid o la Comunidad Valenciana se preparan para estas situaciones. En este mapa de El País se muestra el riesgo de posibles rebrotes en cada provincia de España. 

Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, asegura a Maldita Ciencia que “el peligro no ha pasado ni pasará hasta que el virus deje de transmitirse”. “Se trata de un virus bastante contagioso y con una virulencia mayor de lo que pensábamos. Ha puesto en jaque a nuestro sistema sanitario y ha causado decenas de miles de muertes. A la espera de que el virus evolucione perdiendo virulencia (lo que no creemos que vaya a ocurrir a corto plazo), solo cuando tengamos una vacuna eficaz podremos decir que ha pasado el peligro”, afirma.

Considera que habrá nuevos rebrotes, tanto en España como en otros países: “No es una probabilidad, es prácticamente una certeza”. Los principales factores que marcarán lo que ocurrirá en los próximos meses son, según explica, cómo cada ciudadano respeta las medidas recomendadas y qué políticas sanitarias adopta cada país y región. 

Misas, cumpleaños y fiestas: lugares en los que ya se han detectado algunos repuntes

De hecho, ya se han detectado algunos repuntes. María Isabel Porras Gallo, catedrática de Historia de la Ciencia de la Facultad de Medicina de Ciudad Real en la Universidad de Castilla-La Mancha, explica a Maldita Ciencia que en España la mayoría se han producido en aglomeraciones. 

Pone como ejemplo la celebración de una fiesta de cumpleaños en Ceuta, Lleida y Badajoz; una comida familiar en Tenerife; o una fiesta en Córdoba. “En Totana se ha detectado en un grupo de jornaleros y en Gijón en una residencia de mayores, que no había tenido casos hasta ahora”, añade Porras, que también forma parte de la Sociedad Española de Microbiología. 

Fuera de España también se han detectado repuntes en diferentes países. Por ejemplo, en Alemania, 107 personas dieron positivo tras participar en una misa en Frankfurt, según la radiotelevisión pública alemana DW. 

También se produjo en mayo un repunte en Corea del Sur, que obligó a dar marcha atrás en la desescalada y cerrar algunos bares. Porras explica que se han detectado dos posibles focos y se están investigando. “El primero de ellos ocurrió a principios de mayo en un barrio de Seúl y está ligado a la presencia de un joven infectado de coronavirus en una zona de locales nocturnos. Este suceso parece haber provocado más de 260 positivos relacionados, aunque se calcula que el número podría elevarse. Dicho joven parece que estuvo en contacto con más de 3.000 personas en esa zona de bares nocturnos”, afirma.

El otro foco, según cuenta, se ha localizado en un centro de logística a las afueras de Seúl y ha generado más de 79 casos, entre sus trabajadores y personas relacionadas con ellos: “Se teme igualmente que pueda seguir aumentando el número de casos porque en la empresa trabajan más de 3.000 personas”.

Predecir cuándo ocurrirán nuevos rebrotes “es una tarea muy complicada”

Lorenzo Armenteros del Olmo, portavoz COVID-19 de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) afirma a Maldita Ciencia que el riesgo de contagios puede ser más alto en otoño, ya que es más frecuente el contacto de grupos de personas en aulas, salas de reuniones y otros espacios cerrados. 

Aún así, tanto él como el resto de expertos consultados coinciden en que es difícil saber cuándo tendrán lugar nuevos rebrotes. Pedro Gullón, miembro de la Junta de la Sociedad Española de Epidemiología, explica a Maldita Ciencia que estimar con exactitud cuándo y cuántos rebrotes se producirán es “una tarea muy complicada y en la que existen muchas variables fuera de nuestro control”.

Por ejemplo, como ya os explicamos aquí, no hay un consenso entre los expertos sobre si el tiempo cálido durante el verano podrá frenar la expansión del coronavirus. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) aclaran en su web que "aún se desconoce si el tiempo y la temperatura afectarán la propagación del COVID-19”. Un estudio científico publicado el 1 de abril afirma que no existe evidencia clara para creer que el coronavirus se expandirá menos en los meses de verano o en los países africanos. 

Ignacio López Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra, contempla tres escenarios posibles. El primero consistiría en una segunda ola mucho más intensa en invierno de 2020 seguida de olas más pequeñas a lo largo de 2021. “Este escenario sería similar a las pandemias de gripe, pero ya sabemos que este coronavirus no es una gripe y no tiene por qué comportarse igual”, afirma. 

En el segundo escenario vaticina varias olas epidémicas durante un periodo de uno o dos años. En este caso, el primer pico epidémico que acabamos de sufrir estaría seguido de olas repetitivas y la frecuencia e intensidad de estos rebrotes dependería de las medidas de control de cada país.

En el tercer escenario se producirían pequeños brotes sin un patrón claro de nuevas olas epidémicas. “Esta primera ola estaría seguida de pequeños rebrotes que se irían apagando poco a poco, dependiendo también de las medidas de control y contención de cada país. Este escenario no requeriría volver a medidas tan drásticas de confinamiento, aunque el número de casos y de muertes podría continuar durante un tiempo”, explica en su blog

¿Y dónde tendrán lugar los nuevos rebrotes? Amós García Rojas, Jefe de la Sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública canaria, considera que “en los ambientes más desfavorecidos”. Es decir, entre personas “con más hacinamiento en sus domicilios o más dificultades para poder hacerse con mascarillas”. 

Intentar predecir cómo se comportará el coronavirus basándonos en otros virus puede ser “engañoso”

En muchas ocasiones, cuando los expertos hablan de que habrá nuevos rebrotes, se basan en las experiencias previas con pandemias anteriores.López explica que en el siglo pasado hubo tres pandemias de gripe y la de 1918 fue la más mortífera. “Se desarrolló en tres oleadas: en primavera de 1918, en otoño de ese mismo año y en invierno de 1919. La realmente virulenta y mortal fue la segunda, en la que ocurrieron el 64% de los fallecimientos”, afirma. 

Lo que ocurra con el SARS-CoV-2, según reconoce, dependerá del propio virus, de nuestra inmunidad y de nuestra capacidad de transmitirlo y controlarlo. Gullón recuerda que cada pandemia se comporta diferente según las circunstancias en las que se produce, tanto sanitarias como económicas y sociales. “Además, ni los mecanismos de transmisión ni la capacidad infectiva son iguales en todas las pandemias”, afirma.

En la misma línea se posiciona Jiménez, que subraya que “intentar predecir el comportamiento de este virus en comparación con nuestra experiencia pasada con otros virus pandémicos puede ser engañoso”. 

En primer lugar, “nunca hemos estado tan prevenidos como ahora”. En segundo lugar, “comparar este virus con ‘su primo’ el SARS (que se extinguió, pero no se transmitía de manera ‘invisible’ porque no existían portadores asintomáticos) o con la gripe (un virus que se asemeja en la vía de transmisión y en parte del cuadro patológico, pero que tiene una capacidad evolutiva distinta y una clara tendencia a la estacionalidad) nos ha llevado a errores al principio de la pandemia que no debemos volver a cometer”.

Con la gripe A y la gripe española las medidas de distanciamiento redujeron la transmisión

Como os contamos aquí, medidas como el distanciamiento social han mostrado su efectividad en pasadas pandemias. Un estudio sobre los cierres de escuelas, cines y restaurantes durante 18 días y otras medidas de distancia social en México durante la pandemia de gripe A en 2009 lo asoció con una reducción de entre el 29% y el 37% de la tasa de transmisión de la gripe A.

Otro estudio publicado en la revista científica PNAS en 2007 analizó las medidas tomadas por 17 ciudades estadounidenses durante la pandemia de 1918 (conocida como gripe española). Las ciudades que tomaron diversas medidas de distanciamiento social en una fase temprana de la pandemia tuvieron un pico de tasa de muertes en torno a un 50% inferior que aquellas ciudades que no las implantaron y tuvieron una curva epidémica menos pronunciada. El exceso acumulado de mortalidad fue en torno a un 20% menor en las ciudades que sí tomaron medidas tempranas ya que estas decisiones no duraron más de 6 semanas.

Ninguna intervención por sí sola se asoció con una reducción generalizada de muertes pero sí con las múltiples medidas de distanciamiento social. Esto apoya la hipótesis de que la toma rápida de estas medidas de distancia social puede reducir significativamente la transmisión de gripe pero la difusión viral se incrementa cuando se relajan las medidas, según los autores del estudio.

Lavarse las manos, evitar aglomeraciones y ponerse bien la mascarilla para evitar nuevos contagios

“Ahora es lógico y razonable que queramos demostrar nuestro cariño y afecto a gente que no hemos visto durante este tiempo, pero seguimos en pandemia y es importante no olvidarlo para no volver a la casilla de salida. Hoy la mejor manera de demostrar nuestro cariño y afecto es manteniendo la distancia física”, afirma García.

Evitar que haya nuevos rebrotes está en la mano de los ciudadanos y de las autoridades sanitarias. Rafael del Pino Casado, de la Asociación de Enfermería Comunitaria, cuenta a Maldita Ciencia que la probabilidad de que haya nuevos rebrotes va a depender fundamentalmente del nivel de concienciación de la población y de la capacidad de rastreo y testeo del sistema sanitario. 

Además de usar correctamente las mascarillas y lavarse frecuentemente las manos, recomienda elegir los lugares de ocio en los que se cumplan las medidas higiénicas y evitar reuniones multitudinarias. “Somos mediterráneos y es muy difícil bajar el nivel de contactos sociales en redes amplias, pero yo animaría a bajar un poco ese nivel de contactos y tender a la ‘monogamia’ en las relaciones sociales”, añade.

Las autoridades sanitarias deben centrarse ahora en “rastrear el virus”, según López. “No podemos seguir como hasta ahora detrás del virus, hay que tomarle la delantera. Hay que instaurar un sistema capaz de detectar a una personas infectada al menor síntoma, poder rastrear y obtener información de sus contactos, hacerles un seguimiento clínico y test de PCR y serológicos y si es necesario aislarlos. Esto requiere personal, equipamiento y sistemas de diagnóstico”.

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