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Los colores de las imágenes astronómicas, leche semidesnatada y mercurio en el pescado. Llega el consultorio 69º a Maldita Ciencia

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¡Buen viernes, malditas y malditos! Ya estamos de nuevo en tu pantalla respondiendo a cuatro de las preguntas que nos han llegado a través de nuestro número de WhatsApp (655 198 538), e-mail ([email protected]) y redes sociales (Twitter y Facebook). Si tienes cualquier otra, apunta y dispara, que la responderemos lo antes posible. ¡Vamos a ello!

¿Qué sabemos de las nuevas recomendaciones de consumo de pescado de la AESAN a causa del mercurio?

En Maldita Ciencia ya os hemos hablado sobre la relación entre el mercurio y el pescado que puede llegar a nuestro plato: desde cuáles son los más propensos a presentar esta sustancia y por qué, hasta cuántas porciones es recomendable y seguro consumir a la semana. Os recordamos que los beneficios que supone el pesado para la salud de la población en general son mayores a los riesgos que implica esta sustancia (en la cantidad en la que la podemos hallar en la pescadería).

Esta semana nos habéis vuelto a preguntar por la pareja pescado - mercurio. En concreto, cuáles han sido las actualizaciones que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha hecho en las recomendaciones respecto a su consumo.

Lo primero de todo, hay que dejar claro que la AESAN no ha informado sobre una nueva alerta alimentaria. Lo que hizo el pasado mes de octubre es corregir las recomendaciones de consumo de 2011 vigentes hasta ese momento, haciéndolas algo más restrictivas.

Las novedades las resume en este hilo de Twitter Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos: las embarazadas y los niños de hasta 10 años deben evitar el consumo de las especies de alto contenido en mercurio (pez espada, atún rojo, tiburón y lucio) y, los niños de entre 10 y 14, limitarlo a un máximo de 120 gramos al mes.

https://twitter.com/gominolasdpetro/status/1193093812282953729

Como explica en este vídeo Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos, la mayor restricción en las recomendaciones para estos grupos (mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o que planeen quedarse embarazadas y niños menores de 10 años) se debe a que el mercurio en su forma orgánica (metilmercurio) puede atravesar la placenta, llegar al feto y atravesar la barrera hematoencefálica. "Esto puede producir alteraciones en el sistema nervioso central", añade Robles.

Pero, exceptuando los casos mencionados, para la población en general no hay problema en relación al consumo de hasta 3-4 raciones de pescado semanales, sea la especie que sea. Según la AESAN, en todos los casos se recomienda variar las especies entre pescados blancos y pescados azules.

"La conclusión: limitar el consumo de esas especies (las clasificadas por el informe de la AESAN como 'especies con alto contenido en mercurio') es la forma más eficaz de obtener los beneficios para la salud del consumo de pescado (omega-3, proteínas, vitaminas, minerales), mientras se minimiza el riesgo", remata Lurueña.

El consumo habitual de leche semidesnatada, ¿puede causar intolerancia a la lactosa? No

Otra de las preguntas que nos habéis hecho a lo largo de estos días es si la leche semidesnatada puede influir en que nos volvamos intolerantes a la lactosa. Pero no, la cantidad de nata de la leche no interfiere en cómo asimilemos este elemento.

Por un lado, recordamos que la lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Para digerirla, el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa. Cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta última, es cuando hablamos de la intolerancia a la lactosa.

Además de la actividad intestinal de lactasa que tenga un individuo y la cantidad de lactosa que ingiera, la presencia de síntomas similares a los de la intolerancia a la lactosa también tiene que ver con el tiempo de vaciamiento gástrico y de tránsito intestinal y por la compensación por los gérmenes de la flora del colon, según explica a Maldita Ciencia Rosaura Leis, miembro del Comité Científico de la Organización Interprofesional Láctea (INLAC) y coordinadora de la Unidad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago.

Es decir, que dependiendo de lo rápido que se vacíe tu estómago; lo que tarde la comida en circular por tus intestinos; y los gérmenes de la flora de tu colon, es posible que presentes síntomas parecidos a los que sufren los intolerantes a la lactosa, pero eso no significa que seas intolerante a este azúcar.

Hay que aclarar que lo que varía en la leche entera, en la semidesnatada y en la desnatada es la cantidad de grasa.

"Si tenemos en cuenta que esta intolerancia se define como la incapacidad de digerir la lactosa de la leche debido a la insuficiencia del enzima lactasa y que todas las leches líquidas, independientemente de su porcentaje de grasa (entera, semi y desnatada), tienen la misma cantidad de lactosa (11-12 gramos en 250 gramos de leche), entendemos que la respuesta es negativa", aclara a Maldita Ciencia Inés Alonso, de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL). Es decir, el tipo de leche que tomemos no hará que nos volvamos intolerantes a la lactosa.

"Lo que puede ocurrir es que una persona malabsorbente a la lactosa no presente síntomas (intolerancia) tras el consumo de leche entera, pero sí tras el consumo de leche baja en grasa", puntualiza Leis. ¿Por qué? Como señala la experta, la leche con un menor contenido en grasa (como semi o desnatada) supone un vaciamiento gástrico más rápido por lo que, una persona que absorbe mal la lactosa la toleraría peor que la leche entera.

Es decir, que la leche semidesnatada no te convierte en intolerante a la lactosa pero, si tu organismo absorbe mal este elemento, puede producirte síntomas parecidos a los que sufre un intolerante.

¿Tiene más cafeína un café largo o corto? 

Nos habéis preguntado si la cafeína que contiene un café depende de si es largo o corto. La respuesta rápida es que los cafés largos tienen más cafeína. Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y divulgadora especialista en alimentación, explica a Maldita Ciencia que el paso de la cafeína al agua depende de varios factores

  • El método de preparación: a mayor tiempo de contacto entre el agua y el café, cantidad de agua, temperatura del agua o presión aplicada, mayor extracción de cafeína.
  • El propio café: aunque tienen menos influencia que el método de preparación, el contenido en cafeína del café y el grado de molienda afectan a la concentración final. 

La nutricionista afirma que "si igualamos estas variables (cantidad y tipo de café, temperatura del agua, presión, tiempo de contacto del agua con el café…) y hablamos exclusivamente del contenido en cafeína al hacer pasar más o menos agua, tendríamos una mayor extracción de cafeína en el café más largo". Robles aclara que estamos hablando del contenido total de cafeína, no de concentración: el café largo contiene más cafeína pero está más diluida.


La cafeína es una de las "drogas" más usadas, que se suele tomar como estimulante. Además de encontrarse en el café, también la contienen el té y las bebidas de cola. Esta sustancia fue identificada por primera en 1819, por un químico alemán. Curiosamente, en algunos países el café llegó a estar prohibido en algunas épocas, como en Suecia. Si quieres saber más sobre los efectos del café sobre nuestra salud, puedes leer este artículo

¿Son reales los colores de las imágenes astronómicas?

La Nebulosa NGC 2467: El Pirata de los Cielos Australes (ESO)

Nos habéis preguntado por los colores de las espectaculares imágenes de astronomía. ¿Son reales? La respuesta es "depende": muchas veces sí, otras veces, no tanto. Hemos consultado a Angel López-Sánchez, astrofísico en la Universidad de Macquarie (Australia) y divulgador científico. ¿Cómo consiguen los científicos estas imágenes tan impactantes? El astrofísico explica a Maldita Ciencia que, además de contar con un gran telescopio, es necesario tener un buen instrumento que capte la luz del cosmos. "El truco para detectar objetos lejanos y difusos es usar cámaras que sólo ven 'en blanco y negro' (escala de grises)", señala y añade que "estas cámaras son mucho más sensibles que las digitales en color como las que tenemos en nuestros móviles".

Entonces, ¿de dónde salen los colores? López-Sánchez nos da más detalles. "Los astrónomos siempre empleamos filtros para captar una parte concreta de la luz que nos llega. Por ejemplo, observamos el mismo objeto usando un filtro azul, uno verde y otro rojo", indica. De esta forma, si la imagen astronómica en color se consigue codificando una toma en filtro azul con el color azul, una toma en filtro verde con el color verde y una toma en filtro rojo con el color rojo, la imagen estará reproduciendo, aproximadamente, lo que verían nuestros ojos.

El astrofísico añade que si hacemos otra combinación o añadimos colores que nuestros ojos no ven (luz ultravioleta, infrarroja o incluso rayos X o radio) la imagen sigue siendo "real" en el sentido de que codifica la información que nos interesa, "pero nuestros ojos jamás serían capaces de ver algo así".

Con algunas imágenes se han usado 'filtros especiales' para conseguir el color. Un ejemplo es esta de la Nebulosa del Águila, tomada por López-Sánchez. Una nebulosa es una región de gas en el espacio. Mientras que las estrellas emiten luz en todos los colores del arco iris, en las nebulosas la luz se emite en unos colores muy concretos. El astrofísico explica que estos colores vienen dados por los elementos químicos (hidrógeno, helio, oxígeno, nitrógeno o azufre) que existen dentro de la nebulosa, "todo determinado por las leyes de la física cuántica”.

Nebulosa del Águila. Imagen tomada con el telescopio Isaac Newton en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma). Créditos: Ángel R. López-Sánchez (AAO/MQU), Sergio Simón-Díaz (IAC), Miguel Urbaneja (Institut für Astro- und Teilchenphysik, Universität Innsbruck) y Alfred Rosenberg (IAC).

Los astrofísicos han diseñado estos 'filtros especiales' para dejar pasar solo la luz emitida por esos elementos químicos. "En la imagen el color azul se ha conseguido usando un filtro que solo deja pasar la emisión del oxígeno, el color verde viene dado por un filtro que ve la emisión del hidrógeno y para obtener el color rojo se ha usado un filtro que solo ve luz emitida por el azufre", detalla López-Sánchez. 

¿Qué nos dicen estos colores? "Los astrónomos usamos esta información para estudiar las propiedades físicas y químicas de las nebulosas, las causas de la formación de las estrellas y cómo estrellas y gas interaccionan y evolucionan conjuntamente dentro de las galaxias", resalta el científico. Por ejemplo, las estrellas jóvenes y calientes brillan mucho en colores azules, mientras que las estrellas viejas y frías tienen colores rojos.

"En astronomía los colores otorgan valiosa información", destaca el experto. Otro ejemplo son las galaxias que destacan en colores azules (las galaxias de tipo espiral, como la nuestra), que tendrán gran proporción de estrellas jóvenes, mientras que las galaxias amarillentas (las galaxias de tipo elíptico) estarán constituidas sobre todo por estrellas viejas. "Las nebulosas nos regalan este tipo de imágenes etéreas llenas de colorido y de una belleza singular que hacen reflexionar sobre la belleza del universo que nos ha tocado vivir", concluye el astrofísico.

Y antes de terminar...

Siempre os decimos que estamos encantados de ayudaros y responder a vuestras preguntas. Pero también os decimos que, para algunas preguntas, no nos necesitáis a nosotros sino a un médico especialista que conozca vuestro caso y pueda orientaros.

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