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MALDITA CIENCIA

Collares de ámbar para el dolor de dientes, flores de Bach y ajo para quitar astillas. Llega a Maldita Ciencia el Consultorio XLIII

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¡Bienvenidos un viernes más, fieles malditas y malditos, al Consultorio Científico! Para los nuevos: a lo largo de la semana vamos recibiendo preguntas y dudas existenciales de quienes nos leéis y, en la previa al fin de semana, contestamos y explicamos cuatro de ellas. Y a ti, ¿también se te ocurre alguna cuestión a la que quieras dar respuesta? Pues lo tienes muy fácil: escríbenos a nuestro número de WhatsApp (655 198 538), e-mail ([email protected]) o cualquiera de nuestras redes sociales. ¡Empezamos!

¿Reducen los collares de ámbar el dolor de la dentición de los bebés?

Nos habéis preguntado si los collares de ámbar, un tipo de resina fosilizada, puede aliviar el dolor y reducir la inflamación del proceso de salida de los dientes en los bebés. Quienes utilizan o han utilizado este método se basan en las supuestas propiedades del ácido succínico, el material original previo al resultado de la fosilización.

Pero no, no hay evidencias de que los collares de ámbar sean efectivos para mitigar estos dolores y, de hecho, las pequeñas cuentas pueden ser un peligro para los más pequeños, ya que en el caso soltarse podrían tragárselas poniendo en riesgo su vida.

Lydia Almansa, experta en higiene dental, se refiere en este post de Una madre en el dentista al ácido succínico como "parte de esa resina que te quitabas con asco cuando intentabas escalar o te apoyabas en un pino de pequeño y que, dicen, es un analgésico natural que ayuda al árbol a protegerse y sanarse las heridas". Pero es contundente con respecto a su uso en collares para bebés: "No, no y no. No funcionan. Los collares de ámbar no tienen ningún poder analgésico ni antiinflamatorio en las encías. Y no hay más".

Es cierto que el ámbar procedente del mar Báltico contiene de un 3 a un 8 % de este ácido. Sin embargo, la Agencia Española del Medicamento no tienen aprobada ningún indicación para el mismo. "Es decir, no tiene propiedades terapéuticas", explica Marián García en este artículo.

Sí es cierto que la Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado su uso en Estados Unidos en la industria alimentaria. "Pero en ningún caso afirma que tenga propiedades terapéuticas", explica García y añade que, en conclusión, al igual que el ácido succínico como tal no mata, tampoco cura.

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Quienes defienden el uso de este tipo de collares, "tienen claro" su funcionamiento: en teoría, el ácido se liberaría, absorbería y pasaría a la sangre al entrar en contacto con la temperatura corporal. Sin embargo, atravesar todas y cada una de las capas de la piel hasta llegar al torrente sanguíneo es una misión algo más complicada. Como barrera externa de nuestro cuerpo, una de las funciones de la piel es protegernos frente a agentes externos, como sustancias químicas. "De hecho, engañar a las capas de la piel y 'colarse en la fiesta' es uno de los grandes retos de la industria, fundamentalmente la cosmética", explica García.

Y no solo fallan las supuestas propiedades del ácido succínico que contienen estas pequeñas cuentas de ámbar sino que, en el caso de que una de ellas se desprendiese del collar, podría causar la asfixia del pequeño en el caso de llegar a su nariz o boca. A pesar de que haya un nudo de separación entre cada uno de estos "abalorios", uno es suficiente para que se den estas fatales consecuencias.

"Para las molestias que pueden tener algunos bebés con la dentición, lo más eficaz son los mordedores, los masajitos con un dedal de silicona y los mimos", explica Almansa a Maldita Ciencia. "Los mordedores pueden ser de caucho o silicona o con gel que se enfría en la nevera ofreciendo un calmante natural, el frío. Otro recurso para calmarlas, son los helados de leche materna: están fresquitos y son muy sanos".

¿Funcionan las flores de Bach?

Extrae "un poquito de energía de flores y plantas", calentándolas en agua de manantial y mezcla el resultado con brandy del 40%. ¿Que para qué? Salvo que quieras obtener una intensa esencia, para nada: ese es básicamente el mecanismo por el que se obtienen las llamadas flores de Bach, que no han demostrado ser un tratamiento eficaz para mejorar ningún tipo de dolor físico o situación emocional. De hecho, no existen estudios científicos que hayan podido demostrar ningún efecto fisiológico relacionado con el uso de estas 38 esencias florales (a parte del placebo, del que ya hablamos en este artículo en Maldita Ciencia).

El nombre de esta "terapia natural" hace referencia a su creador, Edward Bach, homeópata*, quien a comienzos del siglo XX seleccionó los ingredientes principales de cada uno de estos líquidos supuestamente curativos, las flores, en función de lo que estas le transmitían (es decir, utilizando un criterio aleatorio lejos del método científico). Además, no tiene efectos farmacológicos conocidos y su "mecanismo de acción" no coincide con los principios básicos de la química y la fisiología (este va más allá de lo que permite la divisibilidad de la materia).

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Entonces, ¿qué dice la ciencia sobre la eficacia de las flores de Bach? Que no existe, que no hay evidencia alguna de que esta "terapia" tenga efectos reales en nuestra salud física y/o emocional y que, en los casos en los que su uso repercuta de alguna manera de forma positiva, será gracias al placebo. Esta es la conclusión de diferentes revisiones, como puedes comprobar aquí, aquí o aquí. Además, se encuentra en la lista de terapias en evaluación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Un último inciso: como ya contamos aquí en Maldita Ciencia, las flores de Bach tampoco son un remedio eficaz para perro. De nuevo todo es obra de efectos parecidos al placebo.

*Actualización: Hemos matizado esta frase para señalar que Edward Bach era homeópata, pero las flores de Bach no se consideran a día de hoy una variante de la homeopatía.

¿Funciona el ajo para sacar una astilla incrustada en la piel?

Nos habéis preguntado por un supuesto remedio casero consistente en utilizar ajo para extraer astillas, recomendado por varias páginas web como esta, esta o esta.

En teoría, si cortamos una fina lámina de ajo, la situamos sobre la zona de la piel en la que se ha incrustado una astilla y esperamos a que sus propiedades antiinflamatorias "hagan su magia" durante unas horas, podremos sacar el trocito de madera, vidrio o metal sin problema. A pesar de que puedes encontrar muchas publicaciones que aconsejen esta "solución natural", desde Maldita Ciencia no hemos podido encontrar evidencia alguna de que esto realmente sea eficaz.

De hecho, todos los expertos médicos a los que hemos planteado esta pregunta, si el ajo funciona para sacar astillas, coinciden: nunca han oído un remedio similar y no hay nada de ciencia en él. "A nivel científico, al menos, utilizar ajo para sacar una astilla no tiene nada de sentido", explica a Maldita Ciencia Sara Gómez Armayones, dermatóloga del Hospital Clinic, en Barcelona. A Elisa Lopera y Juanjo de la Fuente, jefa y médico de urgencias del Área Sanitaria Norte de Córdoba, respectivamente, no les consta nada parecido y "no le ven base más allá de un bulo".

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"No creo que mejore la situación", opina Jaime Ribas, enfermero de urgencias y a domicilio en Barcelona. "Si utilizase ajo en un caso así, ya me hubieran echado de urgencias", bromea. Lo que recomienda Ribas si una astilla de madera o metal provoca una infección, es utilizar una pomada antibiótica y, en el caso de que sean astillas procedentes de un erizo de mar, por ejemplo, preguntar por cremas específicas.

"Utilizar ajo en estos casos no tiene un efecto positivo conocido, pero tampoco negativo. Hoy en día podemos encontrar productos científicos desarrollados para muchos casos específicos diferentes", explica Ribas. "Si las pomadas de 10 y 15 euros se pudiesen sustituir por ajo, yo sería un fan más. Pero no es así", bromea de nuevo.

Según lo que explica aquí Rosa Pérez Losa, enfermera de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), lo que habría que hacer en esta situación es lavar bien la zona donde esté incrustada la astilla, así como las manos y el instrumental que vayas a utilizar (pinzas, aguja fina de coser...).

"Si ves la punta de la astilla fuera de la piel, trata de tirar de ella con su mismo ángulo de entrada para evitar romperla. Si no la ves, pero la notas bajo la piel, rasca suavemente la piel con la punta de la aguja para poder acceder a la astilla y tirar de ella con la pinza", explica Pérez y añade que no debes clavarte la aguja en la piel, rasparla demasiado o hacerte una herida; tampoco apretar la zona con las uñas, ya que esto podría introducirla más. "Si notas molestias mayores y no puedes acceder a la astilla, deberás acudir a un centro sanitario".

*En el Consultorio de esta semana solo hemos respondido tres de vuestras preguntas, pero hay un porqué: la cuarta está en proceso. Cuando la tengamos completa la añadiremos.

¡Espera, espera...!

Antes de que te vayas, queremos hacer un inciso: si necesitas un diagnóstico personalizado o consultar temas sobre problemas concretos, acude a tu centro de salud. Nosotros no somos especialistas médicos y allí seguro que pueden aclarar todas tus dudas y proponerte la mejor solución o tratamiento, en el caso de que fuese necesario.

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