Franco aparece con unas gafas rosas brillantes y en un balcón Mussolini saluda mientras suena Someone like you de la británica Adele. En TikTok, un vídeo en el que se gasea a unas abejas en una farola con el hashtag #extermination lleva la marcha Erika, vinculada al nazismo por su uso en actos militares del Tercer Reich. En la plataforma hay 24.500 vídeos que llevan esa misma música. Es el primer paso: la normalización del fascismo a través de la cultura pop. Memes, discursos fascistas, marchas militares…
A su vez circulan desinformaciones sobre la vivienda, los pantanos o la Seguridad Social y otros falsos logros atribuidos a Franco. Mientras, en Telegram abundan los canales que niegan el Holocausto o manipulan el número de víctimas y en un solo clic se pueden descargar libros donde se rechaza la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración nazis. El objetivo es normalizar la aceptación, impulsada por la desinformación y por la difusión de teorías de la conspiración.
La celebración de los viernes de Franco (Franco Fridays) en Twitter (ahora X), los días del Führer o los sábados fascistas que implementó Mussolini en 1935 y los discursos de Blas Piñar y Primo de Rivera, que aparecen de fondo en vídeos de TikTok, contribuyen a su idolatrización. Y todos esos contenidos ya se han extendido por las redes sociales con diferentes grados de coordinación y comportamiento en función de cada plataforma. Es el ‘pop fascismo’ y se cuela en nuestro día a día mediante múltiples elementos de la cultura contemporánea.
‘Pop Fascismo’: reescribiendo la historia en la era digital
Este artículo es el primero de una investigación internacional llevada a cabo por Maldita.es (España) y Facta (Italia). El proyecto explora cómo mediante el uso de elementos contemporáneos de las redes sociales el discurso fascista consigue entrar en nuestro día a día en tres fases: normalización, aceptación e idolatrización, mediante el empleo de múltiples estrategias, como la desinformación.
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo de Journalismfund Europe.

Desde marchas militares hasta el Cara al Sol o M come Mussolini: la banda sonora, con audios manipulados incluidos, que triunfa en redes sociales
La banda sonora del ‘pop fascismo’ en redes sociales contempla todos los géneros y se ha conseguido adaptar a las últimas tendencias y avances tecnológicos. Incluso hay cabida para una corriente musical menos actual y no por ello menos mainstream. Destacan los contenidos que utilizan canciones directamente ligadas con el movimiento franquista en España y entre los que se cuela la desinformación. Un ejemplo son los vídeos manipulados que circulan por redes en los que se ve a artistas supuestamente interpretando una versión actual del Cara al sol, el himno de la Falange Española compuesto en 1935 y convertido en el “canto nacional” del régimen de Francisco Franco en 1937. Hemos identificado vídeos alterados de actuaciones de la cantante Aitana, el canario Quevedo o el dj David Guetta.
Incluso se ha usado la imagen de futbolistas, como con un vídeo, también manipulado, del futbolista franco-español Le Normand como si estuviese tocando el Cara al Sol al piano. Vídeos falsos que se convierten en desinformación. “Con el uso de sus imágenes, canciones o apariciones públicas vinculadas a un himno emblemático para el franquismo y el falangismo como es el Cara al Sol, pretenden introducirlos en los círculos juveniles que les siguen y normalizar el himno como una canción más de su repertorio”, explica Matilde Eiroa, académica senior de la Universidad Carlos III de Madrid y autora del libro Franco, de héroe a figura cómica de la cultura contemporánea.

La normalización de esta música traspasa la pantalla. El 5 de octubre de 2024 se organizó en los alrededores de Toledo (Castilla-La Mancha) un megaconcierto que contaba con la participación de varios grupos de música internacionales RAC, movimiento vinculado a la ideología neonazi que nació en el Reino Unido a finales de los 70. En septiembre de 2024, la organización italiana Veneto Fronte Skinheads celebró un evento de rock nazi en Verona (Italia) en memoria de Ian Stuart Donaldson, fundador de la red neonazi inglesa Blood and Honour. Incluso el movimiento de extrema derecha más conocido de Italia, CasaPound, tiene su banda de referencia. El fundador del movimiento, Gianluca Iannone, formó la banda ZetaZeroAlfa a finales de la década de 1990.
La música RAC está presente en las principales plataformas de reproducción online (Spotify, Apple Music, Amazon Music...), pero también en redes sociales. Centenares de contenidos en español utilizan un audio de una canción de 2001 llamada División Azul de Toletum, un grupo de ese movimiento en español. Un audio de TikTok con esa canción se ha utilizado en más de 1.700 vídeos que aún están disponibles en la plataforma. En Spotify, el grupo Toletum obtiene más de 27.000 oyentes mensuales. En muchas ocasiones, esas canciones acompañan a imágenes de Franco o de Primo de Rivera, entre otras.

En Italia, canciones pop famosas como Someone Like You de Adele o temas que son tendencia en las redes sociales como Mine de Bazzi, acompañan fotos y vídeos de Mussolini —por ejemplo, mientras pronuncia discursos en la Piazza Venezia de Roma. Las imágenes aparecen con frases como “deseo nada más que lo mejor para ti, también”, propagando una imagen alterada, inofensiva e incluso deseable del Duce.
En TikTok y YouTube se pueden encontrar vídeos generados con IA de un avatar de Mussolini bailando en un escenario, en los pasillos de una escuela y en una cancha de baloncesto, a menudo con pegadizas canciones originales que alaban al Duce. La letra de una de estas canciones, por ejemplo, dice: “M como Mussolini / le gusto a todo el mundo / a las madres y a los niños”.


De los discursos de Primo de Rivera a los Franco Fridays: cómo se ensalzan estas figuras mediante múltiples estrategias, incluida la desinformación
Van más allá de la música. Los contenidos también emplean fragmentos de discursos, con dos protagonistas principales: José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y Blas Piñar, político y jurista que ejerció de presidente de Fuerza Nueva durante el paso de la dictadura a la democracia. Se utilizan intervenciones públicas de ambos en formato audio (y, en menor medida, vídeo) para ensalzar su figura, idolatrarlos, o defender sus ideales políticos.
Un ejemplo es un audio de TikTok empleado en casi 400 vídeos en el que se utiliza uno de los lemas del franquismo: “España, una, grande y libre”, el eslogan fundacional del imaginario franquista que condensaba el mito de la España eterna e indivisible en tres palabras fáciles de memorizar y repetir, como indica un artículo de la Universidad de Alicante.

Generalmente, en los contenidos que utilizan estos recursos aparece simbología relacionada con el movimiento franquista como, por ejemplo, el Valle de Cuelgamuros, (hasta 2022 denominado Valle de los Caídos), símbolo de memoria del franquismo y lugar donde estuvieron enterrados Primo de Rivera y Francisco Franco hasta sus exhumaciones en abril de 2023 y en octubre de 2019, respectivamente, tras la aplicación de la Ley de Memoria Histórica (Ley de Memoria Democrática en 2022); o la bandera de España que se utilizó durante la dictadura franquista con el águila de San Juan Evangelista.
En 2024 la organización Media Matters for America, alertó de que se estaban difundiendo audios de Hitler en TikTok dando discursos en inglés, con indicios de haber sido generados con inteligencia artificial, y que habían obtenido millones de visitas. Para Matilde Eiroa, este tipo de contenidos se centran en “aspectos superficiales como la estética militar” o los “logotipos con colores agresivos” (como pueden ser el rojo y el negro, identitarios de la Falange y también usados en la bandera nazi) que glorifican la “estética fascista o nacional-socialista y logran convertirse en elementos de una subcultura digital”.
Para ello, también difunden narrativas y contenidos desinformadores que ensalzan supuestos logros de estos dictadores mediante diversas técnicas. En España, por ejemplo, a través de contenidos que comparan el franquismo con la actualidad con temas como la vivienda o la construcción de pantanos, desinformaciones que se han viralizado en los últimos meses.
En ocasiones, mediante entrevistas de gente que va por la calle, aparentemente espontáneas, donde acaban afirmando opiniones como “con Franco vivíamos mejor”, tratando de legitimar la narrativa.
Otras formas de ensalzar a estos dictadores es dedicándole un día a la semana. El régimen de Mussolini instauró en 1935 los “sábados fascistas”, que dejaron de existir de manera formal en julio de 1943, cuando cayó el régimen del Duce. Sin embargo, algunos usuarios han seguido reviviendo esta tradición fascista en redes sociales, 90 años después de su implementación.
No es la única jornada en la que se elogia la figura de un dictador en redes sociales. Los viernes se conmemoran las figuras de Hitler y Franco. Para hablar del alemán se utiliza el término Führer Friday, que hace referencia al cargo que adoptó Hitler en 1934 tras abolir la presidencia.

En paralelo, se da espacio también a los Franco Fridays, los Viernes de Franco, cuyo origen en redes sociales se desconoce (las primeras publicaciones que hemos localizado en X son de 2021). Jack Posobiec, que ya ha difundido teorías de la conspiración como el Pizzagate, también promueve los Franco Fridays en X de forma bastante activa. La primera mención a este término en su cuenta oficial es del 29 de diciembre de 2023. Desde entonces, ha publicado decenas de tuits haciendo referencia a los Franco Friday, todos con miles de visualizaciones. Incluso ha compartido una canción generada con inteligencia artificial llamada Uncle Frank (“Tío Franco” en su traducción literal al español), cuya letra incluye frases como “hace mucho tiempo, España estaba en problemas, pero entonces apareció un hombre llamado tío Franco. Era valiente y audaz” o “el tío Franco le dio una paliza a los rojos”.

“Los usuarios que se acercan a estos iconos ven a los dictadores como figuras todopoderosas que cambiaron radicalmente las sociedades en las que vivieron, transgrediendo las normas que existían en ese momento”, explica a Maldita.es la autora del libro Franco, de héroe a figura cómica de la cultura contemporánea. En palabras de la historiadora, son “ídolos a los que los jóvenes se pueden agarrar para mostrar su rebeldía ante la sociedad”. Esta idealización, afirma, no es espontánea: es una combinación de factores que tiene que ver con la “propagación de ideologías extremistas, que se beneficia de las plataformas digitales” y con la “polarización social” que perciben del entorno político, familiar y educativo.
También hay una corriente de deificación o conversión de estas referencias en santos. “Existe mucha santificación de estas figuras históricas”, explica Key Allen, doctor en Relaciones Internacionales e investigador en la Universidad de Oxford y autor de múltiples artículos sobre extremismos y redes sociales. Especialmente, cuenta el experto, aquellas que fueron ejecutadas y se presentan “como una especie de mártires del neofascismo”. Así sucede, por ejemplo, con Benito Mussolini, que fue fusilado el 28 de abril de 1945 junto a su amante, Clara Petacci, para después ser expuestos y sometidos a todo tipo de vejaciones en una plaza de Milán; o Primo de Rivera, fusilado el 20 de noviembre de 1936 tras ser acusado de conspiración contra la Segunda República y rebelión militar.

Franco con gafas rosas, Hitler jugando al fútbol o Mussolini bailando: cómo la propaganda fascista ha adaptado su lenguaje a las plataformas
Franco caracterizado como una rana verde, la Rana Pepe, un personaje inofensivo del cómic Boy's Club creado por Matt Furie, que acabó convirtiéndose en un símbolo de odio; Mussolini y Franco bailando o Hitler imitando la celebración de Cristiano Ronaldo. Las imágenes tienen una capacidad de impacto emocional superior a la del texto escrito y quienes lo emplean son conocedores de ello.
Los memes se han convertido en una arma crucial en campañas de desinformación y manipulación, según un estudio de la National Defense University Press, debido a su capacidad para viralizarse fácilmente, incluso entre personas con un alto grado de formación (en realidad, la evidencia académica ha demostrado que es poco probable que el público identifique inmediatamente el origen y el propósito de estos contenidos con discurso de extrema derecha).
Key Allen asegura que los memes pueden llegar a grupos jóvenes y “convencerlos de una narrativa revisionista histórica” como, por ejemplo, que durante la dictadura de Benito Mussolini en Italia los servicios ferroviarios eran puntuales. “Los grupos neofascistas siempre se han adaptado a las tecnologías predominantes de la época, es natural que ahora se estén desplazando hacia las redes sociales”, comenta Allen. Así, han reconfigurado sus estrategias añadiendo a su discurso nuevos elementos. Como, por ejemplo, los memes: una imagen o un vídeo que contiene un bloque de texto y que se puede compartir fácilmente en las redes sociales.

Con este tipo de contenidos, que hacen que la comunicación sea más visual y menos radical, los grupos que los promueven tratan de convertirse en algo más mainstream, más pop. De hecho, un artículo de investigación publicado en 2019 afirma que la difusión de la ideología de extrema derecha en internet está estrechamente ligada a los memes, que son capaces de alcanzar una amplia difusión y alcance. A largo plazo, pueden dar lugar a una aclimatación a los contenidos extremistas, acompañada de la normalización de las declaraciones radicales.
El periodista italiano y experto en política y teorías conspirativas Leonardo Bianchi, explica a Facta que “la ironía es una herramienta crucial en la propaganda de la extrema derecha actual porque permite una negación plausible: se dicen (o se escriben) cosas racistas, antisemitas o extremistas, pero al mismo tiempo la persona niega haberlo hecho escondiéndose tras la pantalla de una broma”.
Un ejemplo de cómo se difunden teorías de la conspiración y desinformaciones mediante memes son los que se usan con la frase "Salven a Europa", a menudo usado junto con referencias interrelacionadas al hashtag "Clásico Ario" (#aryanclassic en inglés). Para Allen, estos memes presentan al continente europeo “como una entidad asediada, amenazada por la migración, el liberalismo y las llamadas élites globalistas”. Este discurso, afirma, “se basa en gran medida en imágenes y música codificadas, la nostalgia por una Europa idealizada y pura, y una ironía lúdica para enmascarar ideas extremistas”, por ejemplo contra inmigrantes. En otras ocasiones, se usan memes para negar el Holocausto y sus víctimas, (entre 5,1 y 6 millones de acuerdo a los historiadores).

Jugadores de fútbol y dibujos animados: el ‘pop fascismo’ en la vida cotidiana
El fútbol es otro de los contextos en los que se glorifica a dictadores aprovechando fichajes y actualidad. Se utiliza el nombre y la imagen de algunos jugadores para hablar de Franco, Hitler o Mussolini. El caso con más repercusión en España recientemente es el de Franco Mastantuono, un futbolista argentino de 18 años que firmó un contrato con el Real Madrid en el mercado de verano de fichajes de 2025. Hasta que se oficializó el traspaso, en las redes sociales se especuló sobre el futuro del centrocampista donde se pueden ver publicaciones con decenas mensajes haciendo referencia a Francisco Franco o a la dictadura franquista, aprovechando la coincidencia del nombre del argentino con el apellido del dictador.
Algunos fantaseaban con el público del estadio Santiago Bernabéu (recinto deportivo donde juega el equipo madrileño de titular) coreando el nombre de Franco, otros debatían cuál sería el nombre que luciría en su camiseta o si llevaría el dorsal número 39 (año en el que finalizó la Guerra Civil española) y otros tantos hacían juegos de palabras con su posición en el campo: extremo derecho.

Esta misma tendencia también ha aparecido con otros jugadores como Angelo Stiller, un futbolista alemán que protagoniza contenidos en redes sociales por su supuesto parecido a Hitler. Otro ejemplo es Romano Benito Floriani Mussolini, jugador italiano y bisnieto del dictador Benito Mussolini. Antes jugaba en el Lazio, un club cuya afición ha exhibido pancartas en las gradas con lemas que glorificaban el fascismo. Aunque el italiano ha pedido públicamente mantener su segundo apellido (Mussolini), en el Cremonese, equipo en el que juega esta temporada como cesión, lleva el nombre de Romano. En diciembre de 2024, circuló un vídeo en redes sociales en el que los aficionados de su entonces equipo celebraron un gol haciendo el saludo fascista.
Entre finales de agosto y principios de septiembre de 2025, coincidiendo con el inicio de la nueva temporada de la Serie A y el debut del futbolista italiano, en X proliferaban los memes. Tenían como objetivo presentar al jugador como el continuador ideal de la tradición familiar y transmitían consignas y citas fascistas como “Vincere e vinceremo” (Ganaremos y conquistaremos), el grito de guerra fascista que Mussolini pronunció en su discurso anunciando la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.

¿El Pato Donald era un icono del fascismo? Puede que sea una pregunta que ronda por la cabeza de algunos usuarios tras ver un vídeo del personaje animado de Walt Disney haciendo el saludo romano ante una imagen de Adolf Hitler o durmiendo en una habitación llena de esvásticas (cruz en forma de gancho adoptada como símbolo del partido nazi en 1920). Puede parecer que son imágenes manipuladas, pero lo cierto es que son reales. Se trata de un corto propagandístico llamado Der Fuhrer's Face (1942) producido por la empresa de animación estadounidense a petición del ejército de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
El objetivo de esta película, que llegó a ganar un Oscar al Mejor Cortometraje de Animación en 1943, era “ridiculizar y condenar los males del nazismo”, según explica la página web de The Walt Disney Family Museum. Sin embargo, las redes sociales lo han dotado de un significado opuesto: se usan fragmentos de este corto para ensalzar la figura de Hitler y la ideología fascista. Como, por ejemplo, este tuit con casi 5 millones de visualizaciones (ahora eliminado) en el que un usuario dice que son “los dibujos que les pondré yo a mis hijos”.

Existen otros ejemplos de dibujos animados que originariamente se utilizaban como propaganda contra el movimiento nazi o fascista pero que ahora se difunden en las redes sociales como mensajes de apoyo a estas corrientes. Ha sucedido también con The Ducktators (1942), una producción de la Warner Bros publicado como parte del ciclo de cortos de propaganda emitidos durante la Segunda Guerra Mundial en el que aparece un pato con bigote (que es, en realidad, una caricatura de Adolf Hitler), otro pato sin pelo y con acento italiano (representando a Benito Mussolini) y un pato con gafas y voz chillona (parodia de Hideki Tōjō, militar japonés que ocupó el puesto de primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial). Los tres forman una dictadura dentro de la granja en la que simulan marchas militares, hacen saludos fascistas y proclaman discursos. Imágenes de estos momentos circulan por plataformas como X, Facebook y TikTok.
Redes multiplataforma, en ocasiones coordinadas: cómo y dónde se difunden estos contenidos
Circulan por múltiples plataformas, aunque se adaptan a las especificidades de cada una de ellas. Mientras en TikTok abundan los vídeos con música de fondo como el Cara al Sol o discursos de Primo de Rivera, entre otros, que acompañan a fotos o vídeos, en la red X en cambio, se publica más contenido en forma de memes o alusiones al Franco Friday (Viernes de Franco). Esto también tiene que ver con los usuarios que lo difunden.
En Telegram y X, principalmente, Maldita.es ha identificado más de 70 grupos y canales dirigidos a un público hispanohablante, que comparte este contenido de forma habitual. Para el experto Kye Allen, “cuando observamos este tipo de discurso en TikTok, Instagram y similares”, la coordinación, según su experiencia “está mucho más fragmentada”. A menudo, afirma, “se trata de individuos con sus propias cuentas que mueven contenido” de este tipo, sin necesidad de estar coordinados con otros. Sin embargo, añade, “existe cierto grado de coordinación: siempre se aprende y se adoptan ideas entre ciertos individuos y grupos”. Para el experto, esto se manifiesta de diversas maneras: a nivel estético, copiando estilos similares o mediante ciertos géneros de contenido. “Un género popular hoy en día es el llamado 'género salvador'”, género donde se agrupan los memes de “Salven Europa” y las teorías de la conspiración del Gran Reemplazo o del Plan Kalergi.
El medio italiano Facta identificó en 2021 en la red social X (antes Twitter) a los llamados mattonisti (albañiles), un grupo de varios cientos de cuentas italianas coordinadas entre sí. Detrás de las cuentas, explica Facta, se esconde una organización precisa: el canal mattonisti coordinado a través de Telegram, donde se reúnen para decidir qué hashtags impulsar en las tendencias de X, aprovechando la actualidad para amplificar contenidos reaccionarios y normalizar símbolos fascistas y nazis. La marca distintiva de los mattonisti es el uso de Wojak, un personaje meme dibujado de forma tosca que se utiliza como máscara para representar emociones negativas como la tristeza y la melancolía. En el contexto de los mattonisti, Wojak se convierte a menudo en Mussolini o Hitler, transformando a personajes históricos en iconos pop con un poderoso atractivo visual.

Un estudio de 2024 publicado por el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD por sus siglas en inglés), señalaba la identificación de una red de TikTok de más de 200 cuentas “que apoyaban abiertamente el nazismo y utilizan la aplicación de vídeo para promover su ideología y propaganda”.
Aunque no siempre haya una coordinación directa, el doctor en Relaciones Internacionales e investigador en la Universidad de Oxford, Key Allen, insiste en que “habrá redes informales donde veremos diferentes cuentas promocionando contenido similar. Se seguirán, se darán 'me gusta' y compartirán contenido de las demás”. Un ejemplo, dice, es el perfil de la española Isabel Peralta, condenada a un año de cárcel por la Audiencia Provincial de Madrid por delito de odio, sentencia que Peralta afirma haber recurrido. Aparece destacada en la cuenta de TikTok de Heritage & Destiny, “una revista de contenido neofascista en Gran Bretaña, y ella es su corresponsal extranjera, por lo que aparece con frecuencia en su cuenta de TikTok”, explica Allen. Ya en 2023 Jeremy Corbyn, miembro del Parlamento del Reino Unido por el Partido Laborista, expresó preocupación por una visita de Peralta al Reino Unido en un evento organizado por la revista.
Peralta cuenta con casi 16.000 seguidores en TikTok y casi 7.000 en su grupo de Telegram. En esta última plataforma vemos que comparte contenido de Núcleo Nacional y otros grupos y canales como La Semilla de la Verdad, La Escoba de Dios o La Biblioteca NacionalSocialista (un canal con apenas 600 seguidores, aunque hemos identificado hasta siete canales en Telegram con ese nombre). También de actores internacionales: RadioGenoa, el canal italiano que difunde contenidos desinformativos y xenófobos sobre migrantes (también en España); el Movimiento de Resistencia Nórdico o La Tercera Vía, “un pequeño partido de extrema derecha centrado en el sur de Alemania, fundado en 2013 con un fuerte perfil neonazi”, según lo describe la Agencia Federal para la Educación Cívica, entidad pública alemana que promueve la concienciación sobre la democracia y la participación política.
La relación de Peralta con el partido alemán se remonta a hace años. En 2021, según publicó el diario alemán Der Spiegel, la española “recibió formación en técnicas de propaganda” por parte de miembros de este partido. En 2022 las autoridades alemanas le denegaron la entrada al país tras encontrar en su maleta material con simbología nazi.
Los contenidos compartidos por esos canales de Telegram van desde capítulos del libro Mi Lucha, de Adolf Hitler, tanto en audio como en pdf, pasando por la negación del número de las víctimas del Holocausto (cifrado en alrededor de seis millones por organizaciones como el Museo del Holocausto de Estados Unidos), al que llaman “el holocuento” (u “holoverso”, “holo-lavado”, “holoengaño”), libros revisionistas que se distribuyen en pdf donde se pone en duda no sólo el número de víctimas sino la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración nazis, algo que ha sido ampliamente documentado y estudiado. En esos libros, de libre descarga, se pueden leer frases como: “El cuento del horno crematorio presentado como cámara de gas es muy interesante, porque no habiéndose encontrado jamás cámara de gas en esos campos, es un truco al que se recurrió muy a menudo”.

Metodología
Este texto forma parte de una investigación transfronteriza llevada a cabo por Maldita.es (España) y Facta (Italia) entre junio y octubre de 2025. El trabajo de estos meses se ha centrado en la recopilación de contenidos de seis plataformas (Facebook, Instagram, Telegram, TikTok, X y YouTube) así como de páginas web. En total se han registrado más de 500 contenidos, de los que hemos recopilado diferente información como: usuario, fecha de publicación, formato, lenguaje e impacto, entre otros. Se han seleccionado únicamente aquellas publicaciones que, de alguna forma, ensalzan la figura de Francisco Franco, Benito Mussolini o Adolf Hitler, así como sus actos y políticas implementadas durante sus respectivos periodos de dictadura o la simbología asociada a las mismas.
De este análisis se han extraído diferentes narrativas que hemos agrupado en subnarrativas según el objetivo y temática del mensaje. También se han identificado a los actores principales, analizado sus publicaciones e interacciones con otros usuarios.
Se han considerado como publicaciones satíricas aquellas que contienen la etiqueta “humor” visible o aquellas publicadas por cuentas auto-identificadas como parodia.
Si tienes cualquier duda, puedes consultarnos en [email protected].